por Miriam Testorelli – VP de Testorelli 1887
De niña y junto a mis hermanos, llegábamos de la escuela y de inmediato bajábamos al local para ayudar a nuestros padres y abuelos. Así, mirando, aprendí el oficio. Entre otras cosas, recuerdo a mi abuela enseñándome a cortar el papel para envolver los regalos. Por eso, en Testorelli 1887 se respira y se sienten profundamente los lazos familiares que aún se mantienen en el tiempo, generación tras generación.
Los conocimientos en torno a las joyas y los relojes me motivaron a perfeccionarme por lo que estudié con el profesor de gemología y orfebrería Carlos Alberto Leporace; y me diplomé en Horlogerie, el arte de la alta relojería. De esta manera, entendí el aspecto mecánico de los relojes y cómo funcionan según si es una pieza de carga automática, manual o electrónica. Gracias a esto hoy tengo a cargo las capacitaciones del personal de venta, entre otras tareas.
Testorelli 1887 es la joyería y relojería de lujo por excelencia, que cuenta con talleres propios y cinco locales en los centros comerciales más prestigiosos del país. Además de ser una empresa familiar dedicada al lujo, la pasión que se vive en la empresa consiste en que cada uno de nuestros clientes disfrute de una experiencia de compra única, ofreciendo piezas de excelente calidad y diseño, avaladas por el saber hacer de cinco generaciones de joyeros relojeros.
Nuestra historia de expansión trascendió los límites de la familia y hoy recibimos a los nietos de quienes fueron clientes de otras generaciones. Son 135 años de historia y experiencia.