Uruguay junto con Chile y Perú encabezan la lista de países de América Latina y el Caribe con mayor capacidad emprendedora
Otro punto clave es que el proyecto sea viable. “El inversor tiene que creer en el equipo emprendedor, que pueda llevar a cabo el proyecto, que está en buenas manos, que saben lo que están haciendo, que conocen el sector y que manejan todos los resortes de gestión para hacer de una idea una buena empresa”, subrayó.
También es importante que sea “invertible”, es decir que tenga un modelo de negocio que le permita ser escalable, que el inversor pueda obtener rendimientos. “Un negocio es escalable cuando el margen crece más que los costos. Por ejemplo, en algo lineal si vender 100 me cuesta 30, vender 200 me va a costar 60. Es escalable cuando vender 200 me cuesta 32. Eso es lo que busca el inversor, rendimientos de más del 20% anual”, explicó San José. El nivel de implicación que el inversor tendrá en el proyecto, ya sea si va a participar, agregar valor, o ser pasivo, es un punto a tener en cuenta.
10: Es la cantidad de proyectos que debe tener una red inversora; el 52% de ellos muere y 1 de esos 10 es el que hará la diferencia.
“Los modelos escalables generalmente son más posibles en proyectos tecnológicos, porque una vez que se desarrolla la tecnología, hacer una venta incremental no cuesta tanto como la primera vez”, apuntó San José.
Crecen los emprendimientos por oportunidad
Según los resultados obtenidos en 2014 por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que mide la actividad emprendedora a nivel mundial, Uruguay junto con Chile y Perú encabezan la lista de países de América Latina y el Caribe con mayor capacidad emprendedora por oportunidad, en relación a los por necesidad, que se realizan en busca de oportunidades laborales. Por cada emprendimiento por necesidad, existen 5 por oportunidad en Uruguay y Perú, y 4,6 en Chile.
Otro dato destacable es que Uruguay, junto con Argentina y Colombia, son los países que tienen peor relación entre el emprendimiento femenino y masculino.
Uruguay junto con Chile y Perú encabezan la lista de países de América Latina y el Caribe con mayor capacidad emprendedora
Otro punto clave es que el proyecto sea viable. “El inversor tiene que creer en el equipo emprendedor, que pueda llevar a cabo el proyecto, que está en buenas manos, que saben lo que están haciendo, que conocen el sector y que manejan todos los resortes de gestión para hacer de una idea una buena empresa”, subrayó.
También es importante que sea “invertible”, es decir que tenga un modelo de negocio que le permita ser escalable, que el inversor pueda obtener rendimientos. “Un negocio es escalable cuando el margen crece más que los costos. Por ejemplo, en algo lineal si vender 100 me cuesta 30, vender 200 me va a costar 60. Es escalable cuando vender 200 me cuesta 32. Eso es lo que busca el inversor, rendimientos de más del 20% anual”, explicó San José. El nivel de implicación que el inversor tendrá en el proyecto, ya sea si va a participar, agregar valor, o ser pasivo, es un punto a tener en cuenta.
10: Es la cantidad de proyectos que debe tener una red inversora; el 52% de ellos muere y 1 de esos 10 es el que hará la diferencia.
“Los modelos escalables generalmente son más posibles en proyectos tecnológicos, porque una vez que se desarrolla la tecnología, hacer una venta incremental no cuesta tanto como la primera vez”, apuntó San José.
Crecen los emprendimientos por oportunidad
Según los resultados obtenidos en 2014 por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que mide la actividad emprendedora a nivel mundial, Uruguay junto con Chile y Perú encabezan la lista de países de América Latina y el Caribe con mayor capacidad emprendedora por oportunidad, en relación a los por necesidad, que se realizan en busca de oportunidades laborales. Por cada emprendimiento por necesidad, existen 5 por oportunidad en Uruguay y Perú, y 4,6 en Chile.
Otro dato destacable es que Uruguay, junto con Argentina y Colombia, son los países que tienen peor relación entre el emprendimiento femenino y masculino.