Compartimos un resumen de una charla que Guy Kawasaki ofreció en la Universidad de Pensilvania.
La charla se titula “El arte de la innovación” y se basa en diez puntos acerca de cómo producir algo de valor para el cliente:
- Ofrezca sentido y no dinero. Preocúpese por hacer un producto o servicio que genere sensaciones, más allá de solo ver sus atributos y la forma en que le puede hacer ganar dinero, recuerde que “las grandes empresas son generadoras de sentidos (sensaciones)”. Por ejemplo Nike con su línea de zapatos para dama vende la sensación de eficiencia, poder y liberación, y no unas zapatillas para aeróbics.
- Encuentre su nicho de mercado. Como decíamos antes hay que seccionar nuestro mercado y diferenciarnos por algún atributo especial, esa sensación que nos hace diferente ante nuestro consumidor, hay que encontrar nuestro lugar, recordemos que a mayor exclusividad la percepción es de un mayor valor. Si pudiéramos graficar esto en un cuadrante de X, Y podríamos apreciar que en el cuadrante superior derecho estaban los productos y servicios exclusivos y de alto valor.
- Renuévese constantemente. Esto nos lleva a la mejora continua que no es más que estar al pendientes de su cliente, oír sus ideas y recibir una retroalimentación después del momento de la compra.
- Con los inversores siga la regla del 10-20-30. Siempre que esté intentando convencer a un capitalista de riesgo, no use más de 10 diapositivas de PowerPoint, restrinja su discurso a 20 minutos y utilice una fuente de tamaño 30 en su presentación (simple y concisa). El objetivo de ese tipo de presentación no es volver a casa con un cheque en la mano, sino evitar “ser descartado”.
- Defina el espíritu de la empresa, mas que la misión. Opte por la definición de si mismo (misión de la empresa) por lo que usted quiere significar para el cliente. Por ejemplo Nike ofrece un desempeño atlético autentico.
- Sáltese las curvas. Innovar es más difícil que simplemente estar un poco por delante de la competencia en la misma curva. Eso es más fácil de hacer en algunas empresas que en otras. Si ponemos el ejemplo de la Refrigeración podemos ver que en tiempos anteriores la industria del hielo estaba formada por gente que cogía hielo en las regiones de clima frío usando caballos, trineos y sierras para ‘cosechar’ el hielo durante los meses de invierno. Después vino la era del ‘Hielo 2.0’: surgieron fábricas que producían hielo en cualquier lugar. El ‘hombre del hielo’ entregaba el producto en establecimientos comerciales y en las casas. Por fin, llegamos a la era del ‘Hielo 3.0’: la nevera casera. Está claro que ninguna de aquellas personas que cosechaban hielo se metió en el negocio de la producción en fábricas, lo mismo que ninguna de las fábricas se introdujo en la industria de neveras. Esto se explica por el hecho de que “la mayor parte de las empresas se define por aquello que hace y no por el ‘beneficio que genera para el cliente’”. La verdadera innovación aparece siempre que nos saltamos las curvas, y no cuando nos esforzamos por mejorar un 10% o un 15%”.
- Su producto o servicio debe ofrecer funcionalidades exclusivas. Los diseños deben ser Inteligentes, y no estar limitados al producto, sino complementarlos con soporte y servicio, además de no olvidar el buen gusto, ya que un toque elegante puede generar la sensación o emoción que se producto debe tener para diferenciarse.
- No pierda tiempo en buscar la perfección de su producto. En la historia han existido productos innovadores a los cuales se les pueden aplicar mejoras, no siembre es que no sean buenos sino que contiene elementos no del todo buenos. Por ejemplo El primer Mac tenía muchas cosas que había que mejorar, pero estableció cómo sería el futuro de la computación personal, y no necesitó esperar mucho por eso.
- Divida su mercado y polarice a las personas. No trate serlo todo para todo tipo de personas, mucha diversidad puede llevar a la mediocridad, por lo cual hay que segmentar.
- Permita que el producto siga su curso natural. Parafraseando a la frese de Mao, “no impidan que broten las flores” podemos decir que no podemos saber dónde surge una flor, simplemente debemos dejar que brote la innovación puede atraer a clientes inesperados e imprevistos, quizás tu producto está diseñado para un mercado específico pero atrae a un mercado alterno, como es el caso de la crema para la piel “Skin-so-Soft” de Avon, que acabó siendo un éxito como repelente de mosquitos. Para buscar el crecimiento hay dos reglas al respecto: la primera es conseguir el dinero, la segunda es descubrir quien esta comprando el producto, y preguntarles porque lo están comprando y darles otras razones para comprarlo.