Ciro Gabriel Avruj nació en Buenos Aires hace 44 años. Su vida y ejemplo personal e inspiración pura. Cuando vos o alguien más te diga que no podés, pensá en Gabriel y continuá avanzando.
Su infancia fue normal: concurría al colegio, compartía espacios con amigos y tenía hobbys. Fue Scout, donde participó de campamentos, actividades y comenzó a experimentar el lema “siempre listos para servir”. También se interesó por la pesca deportiva y se destacó representando a su club en varios campeonatos de la especialidad, individual y por equipos.
Pero a los 14 años vivió un hecho trágico que revolucionó por completo su existencia: Yendo a pescar con unos amigos a la localidad de Junín, el vehículo en el que viajaban chocó de frente contra un camión. Murieron dos de sus amigos y Gabriel quedó con una cuadriplejia por lesión medular. Desde entonces su vida fue diferente.
Los primeros tres años después del accidente fueron durísimos: internaciones, depresiones, broncas, no querer ni poder salir de la cama. Para la familia también fue una época difícil: angustia e incertidumbre, sumado a problemas económicos agravaron la situación. Durante la segunda etapa de este período estuvo internado en ALPI y allí se dio cuenta que no era el único en esta situación. Sobre esta etapa, dice Gabriel: «Ese período de oscuridad, que en su momento fue terrible, hoy lo veo como el proceso de aprendizaje que me ayudó a afrontar lo que vendría».
De nuevo en casa, recomenzó algunas actividades bajo la nueva realidad de desplazarse en silla de ruedas. Retomó el secundario y se insertó muy parcialmente en CompuLine, una empresa familiar dedicada a las comunicaciones y telecomunicaciones, donde realizaba tareas varias de oficina. Con la colaboración de asistentes empezó a salir de casa y a relacionarse con otras personas. En este periodo también empezó a interesarse por su espiritualidad.
Debió enfrentar la discriminación (al no ser aceptado en el colegio al que anteriormente concurría), las barreras arquitectónicas (en su propia casa, en la nueva escuela y en casi todas partes), la indiferencia, broncas por tener que adaptarse forzosamente a esta situación, etc; contando siempre con el apoyo y la compañía familiar permanente: «Importantísimo para ayudarme a salir del pozo y guiarme en la continuación de la vida», afirma.
Gabriel tiene una fortaleza interior sorprendente e inspiradora. «Las limitaciones pueden ser físicas pero los verdaderos límites se encuentran en nuestra mente» y hace cosas que muchos no nos animamos, como por ejemplo tirarse en parapente
o bucear, cabalgar y viajar por todo el mundo
Han pasado 30 años de este segundo nacimiento. Hoy la historia es diferente y él la cuenta así:
«Después del tiempo que me llevó comenzar a readaptarme, puedo contar con orgullo otros planes. La rehabilitación física fue significativa pero no suficiente, la rehabilitación mental, emocional y espiritual es la más importante y no se termina nunca, está en constante evolución. Así es que hice lo necesario para formarme y desarrollarme integralmente: estudiando, trabajando, investigando, relacionándome, paseando, ayudando, viajando, conociendo, emprendiendo, viviendo …
Descubrí que para poder desenvolverme exitosamente en el mundo tenía que desarrollar al máximo todas las potencialidades, principalmente las no afectadas directamente con el físico. Luego del secundario, donde debía subir a diario un piso por las escaleras con la colaboración de no menos de cuatro compañeros, llegó el sueño de la facultad. Entre las varias averiguaciones que hice intentando encontrar un equilibrio entre las necesidades de buenos contenidos formativos, accesibilidad arquitectónica y compatibilidad de posibilidades, me decidí por la Universidad de Belgrano. Concurrí seis años, respetando turnos de exámenes y arribando siempre a horario a las clases. El título que obtuve allí es de Licenciado en Administración aunque mi repertorio de estudios es más amplio que el de las ciencias económicas ya que considero que la formación debe ser integral. Por eso es que realizo permanentes capacitaciones relacionadas principalmente al desarrollo humano y a la educación inspirada en valores humanos.
He tenido la oportunidad de conocer diferentes culturas y modelos y trabajado voluntariamente y en forma privada en ámbitos desde donde se toman decisiones. Estas experiencias me ratifican que el gran cambio que visualizo, un nuevo paradigma que ya estamos viviendo, se dará por una apertura de la conciencia hacia una interacción entre las bondades que la ciencia y la tecnología nos proporcionan con las verdades universales eternas. Trabajo como voluntario en distintas ONGs relacionadas a temas como equiparación de oportunidades, educación en valores, apertura de conciencia y educación para la paz.
Por 1992 creamos con mi padre el Grupo Sin Barreras -Primer Emprendimiento Integral Latinoamericano para la Apertura de Barreras Arquitectónicas, Urbanísticas y Discriminatorias-. Esta empresa, dedicada a la construcción, al asesoramiento y a la concientización sobre la importancia de crear espacios accesibles a todas las personas fue el puntal desde donde desarrollé gran parte de mi actividad. Construimos un edificio que es único por sus características. Se encuentra en el barrio de Belgrano y en uno de sus dúplex vivo hoy. Actualmente estamos construyendo un segundo proyecto que contempla aún más necesidades.
Con el correr del tiempo me uní a participar de distintas organizaciones y redes tales como Conciencia Sin Barreras, la Asociación Abilities Argentina, Redepaz, Democracia Representativa, Equipo para la Humanidad, La Argentina Posible y el CPCECABA entre otras. Desde todas ellas, realizamos varias campañas exitosas de equiparación de oportunidades y elevación de conciencia. Organizando eventos, conferencias, gestiones y acciones concretas. A través de estas actividades se benefician de manera directa varios cientos de personas.
En 2003 fui candidato a legislador de la Ciudad de Buenos Aires por una fuerza nueva liderada por jóvenes. Mi intención era llevar a la arena política, los emprendimientos que vengo desarrollando desde el área social. No llegamos al objetivo esperado en dicha ocasión pero aprendí bastante para el futuro.
Actualmente soy consultor en nuevos paradigmas en integración y proyecto acciones que construyen capital social. Desarrollo una amplia y fructífera actividad comunitaria en todo lo relacionado al emprendimiento social, al fortalecimiento de la sociedad civil y a mi propia búsqueda de desarrollo personal. Este camino me llevó a tener el honor de conocer personalmente a las máximas figuras mundiales en relación a la paz; entre quienes incluyo a Sathya Sai Baba, el Papa Juan Pablo II, SS el Dalai Lama y varios ganadores del Premio Nóbel.
Un párrafo aparte lo constituye mi casamiento, que aunque hoy estemos separados fue un hecho muy trascendente en mi vida. También podría nombrar otras actividades culturales y deportivas que realizo pero por una cuestión de espacio me reduzco aquí a lo profesional.
Por mi desempeño he sido honrado con los Premios “Aplauso Munai 1997” y “Bienal ALPI 1999”. Dichas distinciones son reconocimientos por la superación de la discapacidad y la lucha diaria por la mejor calidad de vida de todas las personas. He sido nominado al premio “Entrepreneur 2002” por ser considerado uno de los emprendedores sociales del año. Rotary International, filial Catedral al Sur, me distinguió con un reconocimiento al mérito en 2003 y también son varios los premios a las instituciones en que trabajo. Mi humilde aporte al crecimiento de la sociedad generó mi participación en programas de TV, diarios, y otros medios de comunicación masiva, pero creo que el mayor logro es el respeto y buen nombre que percibo en el vivir cotidiano al tratar con la gente.
Hoy se que soy el hacedor de mi propio destino. Me considero un innovador en todos los trabajos y objetivos que me propongo: fuimos de los primeros en la construcción de espacios accesibles a todas las personas, lucho por la defensa de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades, me intereso y participo activamente en la construcción de un mundo mejor, el cual creo que estará dado cuando todos podamos encontrar la riqueza en las diferencias y desde allí trabajar por nuestro destino común: la realización de todos como seres humanos íntegros.
Creo que la base para cualquier iniciativa y la fuerza para realizar los sueños radica en el amor. El amor que puede brindar la familia, el de la pareja y el que se puede alcanzar y desarrollar individualmente con el servicio al prójimo y con la práctica de disciplinas espirituales. Una persona es mucho más que un físico: es espíritu, alma, intelecto, mente, corazón y mucho más. Identificar a una persona solo con la apariencia física es una limitación muy grande. Lo esencial es invisible a los ojos. Todo pasa por animarse, salir y enfrentar la vida con ganas. Encontrar la voluntad interna para sobreponerse a las propias creencias y al qué dirán y no dejarnos vencer por las dificultades. Así, con fuerza, intentar siempre ayudar a que los demás venzan también. Dios siempre nos acompaña!«
Entre sus múltiples actividades, Gabriel es asesor en NetSpirit, Consejero Global en United Religions Initiative, Coordinador para Argentina en Humanity’s Team, Miembro Activo en Consejo de Paz de la República Argentina, Miembro de Abilities Argentina – Asociacion Civil, de Conciencia Sin Barreras y Director en Grupo Sin Barreras