Luego de un cronograma cargado de intensas actividades orientadas a promover el espíritu emprendedor,finalizó la Semana Mundial del Emprendedorismo, una iniciativa global de la que participan 77 países y se realiza por primera vez en la Argentina.
Desde el lunes 17 y hasta el domingo 23, más de 135 instituciones de nueve provincias realizaron 140 talleres, conferencias, jornadas y seminarios orientados a promover la actividad emprendedora en el país.
La semana comenzó formalmente en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA donde cerca de 500 participantes asistieron a la charla “Argentina Emprende” en la que se expuso el marco emprendedor local y mundial, se enfatizó la importancia del emprendedorismo como herramienta de desarrollo y se brindaron distintos consejos a la hora de llevar adelante un proyecto. Asimismo, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entregó los certificados a las instituciones participantes del programa “Buenos Aires Emprende 2008”.
Otro de los puntos destacados se produjo en el Chaco donde se realizó la primera Conferencia Endeavor que reunió a 300 asistentes. Con impacto no sólo en esa provincia, sino también en Corrientes y Formosa, la apertura fue inaugurada por el gobernador local, Jorge Capitanich, quien señaló que “en cada argentino existe y anida un creador, un innovador por excelencia que ha sabido superar las adversidades. Un innovador chaqueño con más restricciones que el resto del país, tiene premio por partida triple”.
Las otras provincias en las que se realizaron eventos fueron Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Chubut, Entre Ríos, Tucumán y San Juan.
La Argentina está ubicada entre los diez países más emprendedores del mundo según el GEM (Global Entrepreneurship Monitor). Este estudio se realiza en 42 países y monitorea la actividad emprendedora en todo el mundo. Según datos de 2007 de esta investigación, en nuestro país uno de cada siete adultos realiza una actividad emprendedora. Los motivos que llevan a los argentinos a emprender son, por un lado, buscar una oportunidad de negocios y, por otro, resolver una necesidad económica, aunque esta última depende siempre del ciclo económico por el que atraviese el país.