EL GRIEGO DE ORO
Aristóteles Onassis tuvo todo para transformar su vida en leyenda: nació en un hogar de economía ajustada y murió multimillonario; poco agraciado físicamente mantuvo parejas y affaires con bellísimas mujeres y el escándalo y la tragedia merodearon sobre él.
Nació el 15 de enero de 1906 en Esmirna (Grecia), pero las hostilidades entre turcos y griegos obligaron a su familia a emigrar. Cuando cumplió los 17 años, llegó a Buenos Aires con 450 dólares en el bolsillo y algunas cartas de recomendación para unos griegos, ocupados en la importación de tabaco.
Sus primeros trabajos fueron como lavaplatos y albañil, hasta que se empleó como aprendiz en la Compañía de Teléfonos del Río de la Plata y un año después tuvo un puesto en una pequeña fábrica de cigarrillos. Dos años más tarde fue nombrado Cónsul de Grecia. Gracias a ello, toma contacto con la Flota Mercante Griega y tras comprar su primer barco petrolero, dejó Buenos Aires y se radicó en Londres.
A los 46 años se casó con la hija de un armador de barcos griego, Tina Livanos de tan sólo 17 años. En 1948 nació su hijo Alexandres y dos años más tarde, su hija Christina. Al tiempo conoció a la cantante María Callas, casada con Giovanni Battista Meneghini. María rompió su matrimonio para unirse a Aristóteles Onassis, su verdadero e imperecedero amor, quién a su vez la rechazó para contraer matrimonio con Jackeline Kennedy, en 1968. Se dice que la Callas y el millonario griego tuvieron un hijo que apenas vivió unas horas y falleció de muerte natural.
Su personalidad
En el selecto club de los supermillonarios, Aristóteles Onassis ha sido una de sus estrellas más brillantes.
Su audacia era legendaria y la seducción una de sus mejores armas. Amigo leal y enemigo terrible, el Griego de Oro cosechó admiración y rechazo a la vez.
La prensa lo consideraba un Rey Midas contemporáneo pero siempre resaltó sus debilidades.
Su fortuna
Luego de instalarse en Buenos Aires pasó tiempos difíciles. Alquilaba un humilde cuarto en la avenida Corrientes, a metros del Obelisco. Su sueño era también su obsesión: amasar una fortuna importando tabaco griego.
Cuando recibió el primer embarque distribuyó muestras entre varios fabricantes menores de cigarrillos, pero el resultado fue decepcionante ya que no obtuvo la respuesta esperada. Decidió aprovechar sus dotes de relacionista y logró llegar hasta el escritorio de Gaona, nada menos que el propietario de Piccardo, uno de las principales tabaqueros nacionales.
Onassis logró cerrar un trato comercial con el empresario, quién firmó y una orden de compra por U$S 10.000 dólares, una cifra altísima para la época si consideramos que un auto 0 km. costaba 2.000 dólares. La operación fue exitosa y el segundo pedido no tardó en llegar, esta vez por U$S 50.000. Al poco tiempo, el resto de las tabacaleras comenzó a incorporar el tabaco griego.
El siguiente paso fue producir sus propios cigarrillos. Alquiló un local de 400 metros en la Avenida Independencia y lanzó la marca "Grecos" en el Plaza Hotel, que se posicionó como un cigarrillo para la alta sociedad.
Pero su primer golpe económico no fue debido a la suerte sino a la astucia.
Cuando trabajaba en la telefónica, una noche interceptó una conversación en inglés, donde dos caballeros, supuestamente vinculados con las altas finanzas, hablaban del revuelo que produciría en la Bolsa de Comercio, la noticia de la compra -hasta ahora mantenida en secreto-del más importante frigorífico de la Argentina, por parte de un grupo de capitalistas norteamericanos. A la mañana siguiente, Onassis fue a ver a un comisionista de Bolsa y compró 2500 acciones y 48 horas más tarde las vendió a tres veces el valor de compra. Con los U$S 7.000 que ganó inició el negocio de importación de tabaco.
Navegando hacia su destino
Una tarde conoció a Nicolás Mihanovich, el hombre que despertó en él la pasión por el negocio naviero. Onassis descubrió que Mihanovich poseía una cantidad de cualidades que deseaba para sí mismo: visión, audacia, seduccción, mundanidad e intrepidez. De a poco fue dejando el negocio del tabaco para incursionar en los barcos (el fin de la Primera Guerra Mundial había incrementado notablemente los fletes marítimos y el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en el Golfo Pérsico demandaba embarcaciones apropiadas). Le compró a Mihanovich su primer barco y llegó a tener 500. A los 26 años partió de Buenos Aires para radicarse en Londres, tenía su primer millón de dólares, su cuenta en Suiza y la pasión de emprender nuevos proyectos.
Fue el dueño de numerosos inmuebles, salas de espectáculos y hoteles, incluido el mítico Casino de Montecarlo (1953).
En 1957, obtuvo la concesión de las líneas aéreas griegas y fundó la compañía Olimpic Airways.
Sus 9 reglas para el éxito
Estas son las reglas de Onassis para triunfar en los negocios:
1) Cuide su aspecto y no se preocupe por sus defectos
Sé que no parezco un Dios griego, pero nunca he perdido tiempo lamentándome por los rasgos menos agraciados de mi cuerpo; recuerde que nadie es tan feo como cree.
2) Coma con moderación
Especialmente evite las comidas pesadas y el alcohol cuando tenga trabajos urgentes para después. Pasar demasiadas horas a la mesa es la mejor forma de hacer la vida más corta.
3) No celebre nada antes de haber cumplido sus objetivos
Entonces, disfrute de una buena cena en compañía de sus amigos y evite tocar en la conversación el tema de los negocios.
4) Haga ejercicio y manténgase en buena forma
Una buena recomendación es practicar el yoga, tanto para la salud mental como física. También es positivo el judo: este deporte le librará de todos sus complejos.
5) Póngase moreno, aunque sea a base de rayos UVA
En invierno todo el mundo pensará que viene usted de un lugar soleado, algo que implica dinero.
6) Elija un modo de vida brillante
Viva en una bonita casa incluso aunque esté por encima de sus posibilidades; allí tratará con gente adinerada. Acuda también a cafeterías y restaurantes elegantes y siempre beba a pequeños sorbos. Observará rápidamente cómo la sociedad acecha a los que ganan mucho dinero.
7) Si necesita dinero, pida un préstamo, pero nunca pida una suma pequeña
Eso sí, devuélvalo siempre, de poder ser lo antes posible.
8) No cuente sus problemas a nadie
Deje que los demás piensen que usted se está divirtiendo al máximo.
9) No duerma demasiado
Durmiendo tres horas menos cada noche durante un año ganará un mes y medio de tiempo.