En el comienzo de esta etapa el emprendedor se siente desbordado. Asumió muchos compromisos en la etapa anterior, la variedad y cantidad de oportunidades superan sus posibilidades para cumplir con todo.
Necesita días de 48 horas. Duerme poco, su cabeza no deja de pensar en todos los problemas que debe resolver, no se divierte, solo trabaja para cumplir con los demás…
Estress, dolores musculares, migrañas y cualquier otro tipo de dolencias lo aquejan. Su cuerpo y su mente están saturados..
Dice “Basta, algo diferente tengo que hacer” y pide ayuda externa. Comienza a pensar en una estructura, en el equipo, las maquinarias, la oficina y los créditos que necesitará para continuar con su avance. Este es el momento donde el emprendedor, sin darse cuenta, comienza a convertirse en empresario.
Junto al asesoramiento y la creación de una estructura, aparecen los socios, inversores o los créditos bancarios. Esto lo compromete a pensar ya no solo en él sino que las decisiones ya son en equipo o negociadas porque el resultado de su empresa (ya no emprendimiento), influye en los resultados de terceros.
El emprendedor/empresario, deja la informalidad de lado, a veces cambia sus comportamientos, sus hábitos personales, su forma de pensar. Pueden surgir conflictos con el entorno más cercano; amigos, familiares porque necesita cosas diferentes, piensa distinto y el contexto no siempre acompaña…
Se acercan nuevos contactos, construye nuevos vínculos, asiste a reuniones, eventos, ferias donde conoce personas que hablan y viven de una forma distinta, que proponen nuevas “realidades”, nuevas posibilidades pero exigen otro tipo de compromiso y responsabilidad por parte del emprended…. Empresario…
Se puede distinguir a un empresario que transita esta etapa fácilmente: seriedad, no pierden el tiempo en nada que lo aleje de sus objetivos. Su corporalidad es tensa, son firmes de palabra, miran fijo a los ojos de sus interlocutores. Sus reuniones son cortas y directas, van al resultado que esperan.
La empresa avanza.. lentamente. Todavía depende de su creador. Los ingresos del empresario pueden aumentar paulatinamente aunque no en forma desmedida.
El empresario se siente comprometido, con la sensación de estar dirigiendo su empresa hacia un proyecto sustentable, fuerte y seguro, aumenta su autoconfianza.
Sugerencias para esta etapa:
Clarifique que necesita antes de ir por ayuda
Asegúrese que quienes lo asesorarán son expertos en la materia. No contrate amigos por el simple hecho de tenerlos a mano. Rodéese de los mejores..
Aprenda a decir no. Focalice en lo importante y descarte todo aquello que no es congruente con sus objetivos o con la capacidad de sus recursos
Encuentre espacios para su familia, sus amigos y su bienestar personal. Busque espacios para hablar con estos de lo que siente, lo que le pasa. Permítales ser parte de su cambio personal y profesional…
Oriente sus esfuerzos en el presente con vistas al futuro; hágase tiempo para pensar en el futuro y crear relaciones que lo acerquen a este sueño.
Sea medido con el retiro de capitales y los gastos superfluos; la empresa no está madura y no soportará grandes despilfarros..
Aprenda a liderar y a trabajar con personas; estas deberá delegar tareas y responsabilidades para que usted pueda hacerse cargo de nuevas y más desafiantes actividades.
Vale aclarar que tanto en esta como en las anteriores y siguientes etapas, el emprendedor o empresario puede desistir del proyecto abandonándolo. Es importante recalcar que a medida que el proyecto avanza, la responsabilidad y el compromiso del empresario es mayor, por ende, las barreras de salida, los costos por retirarse del mercado, son cada vez más altos…
Si se encuentra en esta etapa, tranquilo, ya llegan las vacaciones tan ansiadas sin pensar en los problemas de la empresa..
Marcelo Dutra / www.marcelodutra.com.ar
Fuente: Plan Emprendedor