Tina Aldatz Norris se convirtió en propietaria de un negocio millonario que ella misma creó a partir de una idea que surgió después de sufrir quemaduras de tercer grado en sus pies durante su niñez.
Pétalos para los pies
A los 10 años había sufrido quemaduras de tercer grado en sus pies en un accidente en un paseo por la playa con su familia y la mayoría de sus zapatos le molestaban. Decidió hacer algo al respecto y comenzó a diseñar sus propias plantillas.
Desde el momento en que la empresaria méxico-americana decidió iniciar en 2001, Foot Petals, un negocio de almohadillas para zapatos de mujer con sede en Long Beach, tuvo la determinación de convertirlo en un éxito, aunque ignoraba en cuanto tiempo lo lograría.
La oportunidad llegó cuando una de sus mejores amigas le presentó a su padrastro, Armando Dupont, un inversionista en nuevos negocios latinos.
Aldatz Norris impresionó de tal forma al empresario, que en la primera cita éste le entregó un cheque por usd 10 mil. A partir de allí todo fue en ascenso. Hoy, según la empresa, el negocio genera más de usd 10 millones en ventas.
Las plantillas se venden en tiendas prestigiosas como Nordstrom, Neiman Marcus, David’s Bridal, entre otros. También en otros países, incluidos México, Brasil, España, Panamá, Puerto Rico y Costa Rica.
Un cielo sin límites
Los planes futuros incluyen el desarrollo de la marca Foot Petals y la introducción de otros productos, como una línea de zapatos.
«El cielo no tiene límites», dijo Aldatz Norris.
A los siete años de edad se dibujaba a sí misma con un traje empresarial, portando zapatos altos y su maletín. Su madre, una ama de casa de origen irlandés, fomentaba la autoconfianza en sus tres hijos, pese a que la familia vivía en un ambiente de violencia doméstica producto del abuso de drogas y alcohol
Arturo Aldatz, de origen vasco y mexicano, y Phylis Tuthill, se habían conocido en su vecindario del este de Los Ángeles en un ambiente donde aumentaba las pandillas y el consumo de drogas, que en varias ocasiones llevó a Aldatz, un trabajador de la construcción, a la cárcel.
Para apartarse de ese ambiente, la pareja decidió mudarse a Arizona. Por un tiempo la situación emocional y económica de la familia mejoró, aunque en cuatro años se mudaron unas tres veces lo que creó un sentimiento de inestabilidad en los niños.
Ya de regreso en California, recrudeció el maltrato físico al punto que su madre terminó en el hospital tras una golpiza propinada por su esposo.
Después del incidente, la madre se refugió con sus hijos en un centro para mujeres abusadas, de donde se fueron a vivir a una de las áreas más pobres de Los Ángeles gracias a la asistencia social.
«Era duro para mí, embarazoso. Quería que mi vida fuera normal», expresó Aldatz Norris, quien pese a todo era una alumna destacada.
La madre trabajaba todo el día y poco a poco se fue refugiando de nuevo en las drogas y el alcohol.
Su vida en ascenso
A los 15 años Aldatz Norris logró la independencia legal de su madre, se mudó a vivir con la familia de su mejor amiga de secundaria y comenzó a trabajar en un supermercado.
Posteriormente, obtuvo su diploma de preparatoria a través del programa GED para quienes no pueden asistir a clases regulares.
Su vida laboral fue ascendiendo hasta convertirse en la gerente de la principal tienda de Victoria Secret en Nueva York, donde comenzó su desempeño en cargos de dirección especializada en mercadotecnia y comercialización. Cuando cerró la compañía de ventas por Internet para la que trabajaba en 2001 decidió iniciar su propia empresa.
Casada desde hace tres años con un policía con quien adoptó a un medio hermano de ella de 15 años, Aldatz Norris sigue involucrada al 100 por ciento en su negocio, que cuenta con 13 empleados distribuidos en la costa este, oeste y centro del país.