Chris Lowney, exdirectivo de JP Morgan y seminarista jesuita, traslada ideas de la Compañía a la que pertenece Francisco al mundo corporativo.
Tras haber trabajado 17 años para JP Morgan, donde se desempeñó como director General en Nueva York, Londres, Tokio y Singapur hasta 2001, Chris Lowney preside la junta directiva de Catholic Health Initiatives, un servicio de cuidado de la salud de los EE.UU. Por si fuera poco, fue seminarista jesuita, es licenciado en Historia, tiene una maestría en Filosofía y cinco doctorados honoris causa.
Escribió cinco libros (uno en coautoría), algunos traducidos a 12 idiomas, como El liderazgo al estilo de los jesuitas (2004) y Papa Francisco (Granica). De visita en la Argentina, analizó los retos que enfrentan los dueños de las pymes y qué pueden aprender del Sumo Pontífice. “Cuando Bergoglio fue electo Papa, mi editor me dijo: ‘El jesuita es el líder de la Iglesia y quizá puedas escribir otro libro. Mi idea fue usarlo como caso de estudio: un ser humano en una posición de liderazgo”.
¿Cómo conjuga su experiencia jesuita con su labor en el mundo de los negocios?
Pasé seis años como jesuita y, si bien soy católico, entendí que no era mi vocación. Mientras estaba en JP Morgan, a veces, me parecía que la formación jesuita era de más ayuda que, en cierto modo, algún nuevo libro sobre gestión y pensé en desarrollar algunas de estas ideas. El problema era que en la firma había cristianos, judíos, musulmanes, ateos y laicos. No quería que se creyera que yo estaba ejerciendo presión por una religión. Busqué trasladar conceptos jesuitas sin caer en la cuestión religiosa.
¿Cómo ve el liderazgo del Papa?
Tengo una impresión positiva. Una claves del liderazgo es dar una idea clara de lo que es esencial. Francisco es muy claro. La Iglesia debe reconectarse con gente pobre, debe ser más acogedora. Él está haciendo su trabajo como líder. Otro tema es decir la verdad. Hay gerentes que solo quieren decir que está todo bien, pero no es así. Todas las empresas tienen retos y la Iglesia, también. Mi punto no es la doctrina, sino que el trabajo del líder es mostrar hacia dónde estamos yendo. Y él lo hace.
¿Qué pueden aprender los dueños de pymes de Francisco?
El ecosistema moderno de los negocios es increíblemente caótico. Y el mundo emprendedor, también. Es una rueda de hamsters, del animal que corre cada vez más rápido pero no va a ningún lado. Este es el problema de muchas empresas. La idea de Francisco es que en algún momento del día, hay que bajarse de la rueda para reflexionar sobre lo que es importante: qué debería estar haciendo y cómo es mi comportamiento con mis compañeros y colegas. En los negocios no tenemos un modelo de reflexión.
Y funciona tanto para pequeñas como grandes empresas.
Este concepto viene de la tradición jesuita: en el medio y al final del día hay que parar a pensar por qué estamos agradecidos. También, pensar en los objetivos, rever las últimas horas y tomar lecciones para las próximas horas.
¿Por qué se interesó por Francisco como caso de estudio?
Cuando se habla de liderazgo, solo se piensa en la gente que está en el top: presidentes, CEOs, líderes políticos. Esta no es la solución a ningún problema sino que ese es el problema. En un ecosistema complejo, no se puede tener a una sola persona liderando todo. Necesitamos personas en muchos niveles. Con el libro mi idea no era mostrar a Bergoglio como un héroe sino mostrar qué podemos aprender de él, cómo estoy liderando hoy, en mi vida, en mi pequeña empresa y qué puedo hacer distinto.
¿Qué es lo esencial que pueden aprender los emprendedores?
Además de reflexionar, ensuciarte los pies. Bergoglio era rector del colegio Máximo, en San Miguel. Estaba levantando una parroquia cerca de ahí y las calles no estaban pavimentadas. Y les decía a los seminaristas que fueran a visitar a la gente. ¿Cómo constataba quién hacía su trabajo? Miraba quién regresaba con los zapatos sucios. Muchos hombres de negocios están fuera de la realidad, solo la perciben a través de mails y reportes. Un colega en JP Morgan, cada vez que tomaba un área nueva, se sentaba con cada persona dos horas. Solo miraba. Él creía que no podía tomar decisiones importantes si no entendía qué estaba pasando ni cuáles eran los desafíos. Cosas que solo podés decubrir si los zapatos están sucios. También puedo decir es tenés que ser profundo. Hay gente que es un saco vacío, que es muy superficial.
¿Hay una analogía entre los retos de los empresarios y los del Papa?
Cuando estás a cargo de una empresa que necesita un cambio. Como Francisco. No es suficiente con que uno quiera cambiar. Necesito 20% o 25% de la gente para que se pare en el frente conmigo. Si puedo llegar a ellos, puedo llegar al próximo 40%. Un problema está en cómo armar esa coalición que me ayude a liderar. Este es un business problem para él. Otro tema es la gente joven. En la mayoría de los países, no están interesados. Y es un tema porque los que están gestionando la compañía, en este caso, la Iglesia, no son de la misma generación que la del target. Tengo 57 años y no entiendo bien la mentalidad de alguien de 25. Es uno de los problemas de los negocios y la Iglesia: llegar a la gente joven.
Muy buen comentario, y le agrago que el Santo Padre Francisco, en su comentario a los fieles de Michoacan
les dijo que LE ECHARAN MUCHAS GANAS , refiriendose a los Jovenes que estaban desesperados y muy
tristes sin ninguna esperanza de poder desarrollarse en su Pais.