Descubre si desde pequeño tenías estas habilidades que poco a poco te fueron llevando por el camino indicado para iniciar un negocio.
Algunos emprendedores se hacen, otros nacen. Si tienes ciertas habilidades innatas llevándote por el camino emprendedor, tal vez había señales cuando eras niño. ¿Eras el típico que siempre entregaba las tareas antes de tiempo para tener crédito extra? ¿Te elegían primero para los equipos?
Piensa en tus primeros años y tal vez veas algunas señales de emprendedurismo.
1. Te iba muy bien en los trabajos en equipo. “¡Hagan equipos!” era música para tus oídos y actualmente todavía disfrutas los proyectos en grupo. Como líder, podías tomar el mando sin dominar al grupo y hacer que los demás hicieran cosas para las que eran buenos. Además, no estabas satisfecho a menos que tu grupo fuera el ganador. Tal vez fuiste el mejor en esas cosas desde los 10 años, lo cual te hizo el mejor líder.
2. Tenías un promedio alto. Obtener 10 en todo no es necesariamente una señal de que eres un genio, tal vez sea una señal de que estabas jugando a lo seguro. Sin embargo, un promedio alto con algo de espacio para fracasar es bueno para un emprendedor.
Tal vez probaste esas clases de matemáticas avanzadas aunque no era tu fuerte y eso bajó tu promedio. Ya no eres un estudiante de puro 10, pero aprendiste más de esas clases pesadas que cuando te iba bien.
3. Eras el mejor vendiendo galletas. Sin importar en qué tipo de organizaciones estabas involucrado, si tenías que vender algo estabas en el paraíso. Ya fueran galletas, palomitas o estampas, vendías todo y sacabas tu pequeño emprendedor interno. Tal vez no te diste cuenta en ese momento, pero esa fue tu primera historia de éxito.
4. Te ponías creativo con tu domingo. Algunos niños usaban este dinero para comprarse chocolates todos los días, pero las mentes emprendedoras no se dejan llevar por las inversiones obvias. Tal vez lo ahorraste para comprarte ese Cd o cassette que tanto querías o negociaste con tus padres por un “aumento” si salías mejor en la escuela o si hacías tareas de la casa.
Sin importar lo que fuera, sabías que ganar dinero y gastarlo venía con diversas opciones y estabas comprometido a encontrar el camino que te funcionara.
5. Veías la cafetería como una red de energía. Esto no quiere decir necesariamente que te llevabas con los más populares. Sin embargo, conocías el terreno y te posicionaste en un lugar en el que podías brillar. Tal vez era con los geeks de teatro o con los deportistas.Tal vez te cambiabas de lugar con regularidad para ser importante en cada grupo.
Cuando yo era niño no me llevaba originalmente con los niños populares, pero lo logré al final. Un verdadero emprendedor reconoce el éxito y tiende a alinearse con él. Tal vez no pase de inmediato, pero eventualmente pasará.