El kickboxing, según el autor, tiene muchas semejanzas con el mundo empresarial. Se siente frecuentemente que estás en una pelea, siendo golpeado por la competencia o la economía.
Hace cuatro años buscaba una manera de aliviar el estrés y tonificar mi cuerpo. Así que comencé a tomar clases con un campeón de kickboxing. Lo que aprendí cambió mi visión sobre el conflicto y me hizo mejor al enfrentar situaciones de mucho estrés, tanto en el ring como en el mundo empresarial.
A la gente no le gusta ser golpeada, particularmente en la cara. La primera vez que recibí un duro golpe en la clase me sentí aturdido, desorientado, enojado e intimidado. Reaccioné de la peor manera, me congelé.
Ese tipo de violencia es muy personal. Pero después de trabajar con mi entrenador, aprendí que si te controlas, mantienes tu cabeza en el juego y reaccionas adecuadamente, puede ser muy poderoso recibir un golpe en la cara y regresarlo.
El mundo empresarial es tan rudo como un ring. Sientes frecuentemente que estás en una pelea, siendo golpeado por la competencia o la economía. Los conflictos son muy comunes entre la competencia, empleados, jefes y tú. Cómo enfrentas el conflicto y esos momentos cuando te sientes cubierto, puede hacer una gran diferencia entre el éxito y el fracaso.
Aquí hay tres maneras en las que el kickboxing me ayudó en el negocio:
1. Controla tus emociones, especialmente el miedo
Prepararse para pelear con alguien es casi tan malo como la pelea real. La anticipación de resultar lastimado y hacerle lo mismo a alguien induce a una pelea natural o algún tipo de respuesta. Tu corazón se acelera y cuando cruza cierto umbral, tu habilidad para razonar se ve disminuida. Experimentas una visión de túnel y tus habilidades motrices básicas se deterioran rápidamente. Luego la adrenalina llega a tu sistema lo que te da una carga de energía pero se quita rápidamente y te deja sin aliento.
Estos son instintos naturales que nos ayudan a sobrevivir de los depredadores. Pero en conflictos prolongados o situaciones donde necesitamos razonar a un nivel mayor, como muchos de los conflictos que enfrentamos en el negocio, pueden convertirse en responsabilidades. Desafortunadamente salir corriendo de un cuarto o salir unos minutos de una junta para recuperarte de la adrenalina no es algo práctico.
Entender por qué pasa esto me ayuda. Saber que es natural me deja lidiar con los efectos. Aprender a bajar el ritmo de mi respiración ayuda a relajar mi cuerpo y ritmo de mi corazón, lo que hace que mi habilidad para razonar aumente, ya sea en mi oficina o en el ring.
2. Cómo enfrentar tu pelea
¿Contra quienes estás luchando? ¿Cuáles son tus fortalezas en el ring? ¿Cuál es la probabilidad de que ganes?
En el kickboxing hay muchas maneras de pelear de acuerdo al estilo de tu oponente y debes saber cómo tomar ventaja de tus debilidades y fortalezas. Si es un luchador con un buen derechazo vas a querer alejarte de esa amenaza. Si tienes un poco de ventaja puedes usar tus golpes mortales para hacerlo pedazos.
Tal vez él es muy fuerte, pero no tiene resistencia. Debes aumentar el ritmo, presionarlo y cansarlo para que lo elimines. Al final, lo más importante es atenerte a tus fortalezas y al plan de juego y no jugar el de tu oponente.
Los mismos principios aplican al negocio. Los Davids vencen a los Goliats al luchar contra sus fortalezas. Muy frecuentemente la gente y las empresas se meten en problemas cuando subestiman la fuerza de sus oponentes y se olvidan de la suya.
3. Cuándo retirarse
Realmente disfruto el combate físico. No porque me guste lastimar a la gente, sino porque te saca de tu zona de confort y te forzar a reaccionar y tomar decisiones bajo presión.
La ultima cosa y la más importante que aprendí es cuando retirarse de una pelea. Pelear esas batallas sangrientas te da conocimiento. Aprendes que es mejor saber escoger tus peleas que golpearse todo el tiempo.