La historia emprendedora de Alain Coumont es sencilla: visualizó su negocio desde la visión del consumidor. Mal no le fue: Le Pain Quotidien tiene 250 sucursales en 18 países.
No sabemos si Alain Coumont nació con un pan bajo el brazo, pero sí podemos afirmar que vive con el pan entre ceja y ceja.
Nacido en Bélgica en 1961, Coumont estudió en la escuela de hotelería belga de Namur y luego trabajó durante 7 años en restaurantes de prestigiosos chefs franceses, como Michel Guérard (Eugenie Les Bains), Alain Senderens (París), Georges Blanc (Vonnas) y Joel Robuchon (París), además de ejercer como cocinero privado en Nueva York.
Cansado de no encontrar un pan artesanal que le gustase, Coumont decidió hacerlo él mismo y así nació Le Pain Quotidien.
El local nació con el objetivo de proveer pan de calidad a su restaurante, aunque pronto se convirtió en una oportunidad de negocio con identidad y vuelo propio. Hoy LPQ tiene presencia en 18 países a través de 250 locales distribuidos en cinco continentes.
Defensor de lo orgánico y cultor de la paciencia del artesano, la base del pan de Coumont es la masa madre, que se deja reposar entre 8 y 10 horas, para que su sabor sea adecuado y luego otras 2 a 3 semanas para que fermente naturalmente.
Como legítimo self made entrepreneur, la experiencia de Coumont es rica (como sus panes) para aprender de ella. Y la resumimos en estas frases:
«Lo mejor que le puede pasar a un emprendedor es tener un inicio difícil»
«Si uno es emprendedor, tiene que ir a lugares donde las grandes empresas no quieren ir, y así el nicho se va haciendo cada vez más grande»
«Uno aprende poco de sus éxitos y hay muchas más lecciones para aprender de las dificultades y las catástrofes. Mi consejo es que no tengan miedo al fracaso. Si yo fuera un doctor de emprededores, recomendaría un pequeño fracaso en el comienzo»
«El éxito no es el destino final sino la travesía. Si dejás de mejorar hoy, ya no vas a ser bueno mañana»
«En el trabajo cuando la gente te dice “estás loco, no lo hagas”, si tenés la pasión suficiente, debés hacerlo»
«Para hacer un buen pan, o un buen vino, se necesita tiempo. Si pudiera dar un consejo a los jóvenes emprendedores, les diría que es necesario no ir demasiado rápido»
«Hay que salir a buscar dinero. Los bancos no te lo dan cuando necesitás y cuando no lo necesitás, intentan darte. Podes encontrar inversores privados pero aunque parezcan buenos tipos en algún punto quieren quedarse con tu bebé. El asunto es como tomar ese dinero y al mismo tiempo seguir teniendo el control»
«El gran tema de ser emprendedor es que en el fondo uno no lo hace por la plata. Es la motivación que tiene que ver con cambiar el mundo»
«Hacer pan era un hobby, así que no había ningún plan de negocios. Solo tenía que ver con la pasión por el pan y básicamente la elaboración de un producto que no pude encontrar en mi antiguo restaurante»
«Creo que hay una especie de “inflación” de creatividad en el mundo aunque sostengo que lo más sofisticado puede ser, como en nuestro caso, volver a los orígenes»