La vida del emprendedor suele ser vértigo y adrenalina. Una montaña rusa diaria en la que se sube y baja con velocidad extrema y en repetidas ocasiones. Los emprendedores disfrutan vivir así pero también les gusta, estoy seguro recibir consejos de los mayores (emprendedores devenidos empresarios o inversores). Después de todo, son “caricias” en forma de consejos
Entonces, vamos a mimarte un poco con esta editorial, pasándote algunos consejos, esperando que tu experiencia emprendedora sea más placentera.
1. ¿Full time o full life?
Las 8 horas de trabajo son para los asalariados. El emprendedor no tiene un empleo full time sino una pasión full life. Para el emprendedor no hay casa ni oficina; los espacios físicos son solo el lugar donde el corazón vibra y la cabeza trabaja. Todo momento y lugar puede ser el propicio para tener una idea, encontrar una respuesta, descubrir una alternativa, etc.
Parece duro, pero te aseguro que cuando hay amor y pasión en el emprendimiento, son momentos gloriosos donde el placer de tener ilusiones esperando que se hagan realidad, superan todo cansancio físico.
2. Amigos son los amigos, socios y empleados son otra cosa
Conozco muchas amistades con destino de irrompibles que se han desecho por temas de negocios. Amigos en las buenas y en las malas, pero no en los negocios es un buen consejo que podemos compartir. Es difícil tomar decisiones racionales cuando el afecto está de por medio; también es difícil ser extremadamente ecuánime para soportar sin inmutarse las decisiones equivocadas de un amigo cuando están involucrados nuestros sueños, nuestro dinero, nuestro tiempo y nuestra energía.
3. Un trapo para las ideas
Para el César lo que es del César y para el pasado lo que es del pasado. Hace años que tenés una idea rondando; tal vez tu idea siga siendo la misma pero el mundo y el mercado, han cambiado.
Entonces, si no implementás tu idea hoy, mañana pasale un trapo, sacale el polvo y limpiala con aggiornamiento. Mantenela siempre on time para cuando llegue el momento de implementarla.
4. Plan, plan, plan
¿Tu sueño vale tan poco como dilapidarlo en un “a ver que pasa”? ¿Tenés tanto dinero como derrocharlo lanzando tu emprendimiento a ciegas y a locas?
Tu negocio es como un barco que tiene que tener un norte y una meta.
El Plan de Negocios es la brújula que te indica si tu emprendimiento tiene chances de implementación, consolidación y escalabilidad. Ya sabemos que jamás se cumplen en un 100%, pero son necesarios para saber si el mercado necesita de nuestra idea, si competimos con otros, si tenemos diferenciales, cuánto dinero vamos a necesitar, etc.
5. Dejá la argentinidad de lado. Vos no sabés mucho de todo…
Una de los rasgos de los emprendedores que han triunfado es la humildad para reconocer aquellos temas que no conoce o domina y buscar el recurso humano adecuado para rodearse. Otra virtud es la de saber buscar a los referentes de cada tema y contactarlos para sacarse dudas…
6. El fracaso no es una derrota sino un peldaño…
La historia muestra que, salvo excepciones, el emprendedor tiene atravesar una serie de fracasos antes de su primer acierto. Errar no es sinónimo de derrota sino que es la consecuencia de intentar y avanzar. Equivocarse no implica bajar los brazos sino una oportunidad de reconocer y rectificar para seguir hacia delante con una chance menos de equivocarse.
No hay literatura ni academia que enseñe todos los errores posibles y sus soluciones. La vida es el mejor Maestro.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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