Todo pasa, incluyendo la pandemia. La rueda comenzará a girar de nuevo y lo ideal es reempezar dejando atrás los viejos errores. Podríamos comenzar volviendo a emprender como niños.
¿No te han dado alguna vez ganas de trepar a un árbol? ¿O saltar desde un lugar alto? ¿De correr y gritar? ¿O simplemente ponerte a jugar? A mí, muchas veces, pero generalmente me quedo con las ganas y la respuesta es una sola: dejé de sentirme un chico.
Más allá del mercado, de los planes de negocios y las coyunturas económicas, creo que muchos emprendimientos fallan porque sus creadores han perdido la capacidad de actuar como un niño.
Sentirse y actuar como un niño en un emprendimiento no significa ser irresponsable, desenfrenado o inocente.
Significa, por ejemplo, no dejarse atar por el miedo. También quiere decir autoconfianza y capacidad para actuar. Tener la capacidad que tienen los chicos para visualizar ideas y proyectarlas hacia delante.
Se trata de reconocer que el plan de negocios, más allá de su importancia, es solo una planilla de cálculo, porque un chico no sabe de papeles. Se mueve con intuición, flexibilidad y es pura energía. De sentir que no hay nada imposible y que es cierto aquello de “Creer es crear”.
No era nada difícil
Uno podía ser Superman y emprender la defensa del mundo poniéndose una frazada sobre los hombros.
Con la tapa de una olla podíamos manejar el auto más veloz. Un par de medias enrolladas era la pelota que usó Maradona en el gol a los ingleses. Sólo era cuestión de tener una idea para que se haga realidad.
¿Cuándo dejamos de ser así?
Cuando comenzamos a crecer y convertirnos en adultos y entramos en el reino del “No”. “No puedo”, “No tengo tiempo”, “No tengo dinero”, “No estoy seguro”, “No es nada fácil”, etc.
Más de una vez pasa que al enterarse de un negocio exitoso que hizo otro nos viene a la cabeza la frase “pensar que se me ocurrió algo igual hace algunos años”
La única gran diferencia entre el negocio actual y tu idea antigua es que el emprendedor que la llevó adelante actuó más como un niño que vos. Tuvo la idea y actuó, intuyó y accionó. Su fuerza fue más grande que sus dudas
Ya sabes. Si quieres hacer realidad tus sueños empieza por recuperar el espíritu del niño que fuiste y que aún guardas en algún rincón del corazón.
Y una vez que te vuelvas a sentir como un chico, acuerdate de Walt Disney, cuando dijo: “Si lo puedes soñar, lo puedes hacer”.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
[email protected]
Gracias Marcelo. Un abrazo
Esa es la realidad hay que ser valiente din miedo saludos gracias por el consejo
Saludo Gustavo
Gracias Daniel
Hola Amigos! Muy interesante este artículo, de todos modos lo que me parece realmente interesante hoy en día es como todos desde nuestras casas y en cualquier lugar del planeta puede emprender su propio negocio con tan solo estudiar el método que mas te apasiona y llevarlo adelante. Para tal motivo tenemos «Aprendamus» que te ofrece varios cursos de descarga directa para aumentar tus conocimientos y así poder generar tu PROPIO NEGOCIO!!!. Es Excelente!!! ? ?? te dejo link a la plataforma de descargas. Saludos!!!
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el emprendimiento digital esta en auge, por los diferentes cambios sociales que se están presentando actualmente, pandemias como el Coronavirus que nos obligan a estar confinados en nuestras casas, nos da espacios de reflexión y estos espacios nos pueden servir como fuente de inspiración, para crear formas de emprendimiento digital desde nuestras casas. te invito a que descubras una de esas formas ?https://hotm.art/xtOQkRy
Me encanto la forma como abordaste el tema, definitivamente, el corazon de niño es la onda! me entusiasmaste de nuevo y mas que acabo de terminar un proyecto que lo hice porque me nacio y fue un exito! asi hay que hacerle!!
gracias Miguel
Excelente artículo Marcelo, no tiene desperdicio. Pleno de imaginación y realismo, con gran sentido y valoración de la esencia humana generalmente olvidada o desapercibida, base fundamental del emprendedor serio y responsable.
Gracias Juan