La semana pasada hablamos de los miedos, hoy te hablo sobre la felicidad al emprender.
Emprender es siempre un desafío, un riesgo y una aventura, como la vida misma.
Todos nacemos con la posibilidad de emprender algo. Sólo es cuestión de reconocer y asumir nuestras virtudes y falencias para actuar dentro las posibilidades múltiples que nos da conocer nuestro potencial.
En la actualidad, quien quiere iniciar un emprendimiento cuenta con una multiplicidad de herramientas, casas de estudios, literatura, estadísticas, materiales, gurúes, publicaciones, consultores, etc., sin embargo lo más importante no lo encuentra en ningún otro lado que en sea su propio ser interno.
La actitud firme, el carácter perseverante, el coraje para caerse y levantarse las veces que sean necesarias, la paciencia para sembrar y la sabiduría para cosechar, no se adquieren en ningún lado pues están dentro nuestro desde el día uno de nuestra vida.
Todos nacemos potenciales emprendedores: sociales, comerciales, empresarios, religiosos, familiares, etc. Cada mañana emprendemos el desafío, el riesgo y la aventura de vivir. Cada noche nos acostamos para juntar fuerzas para seguir emprendiendo.
En un viaje que hice por la India hace veinticinco años alguien me enseñó que en esta vida sólo tenemos una única obligación: ser siempre felices. Con esta consigna emprendo cada acto en mi vida. A veces gano, otras pierdo, siempre lo intento.
No te voy a dar fórmulas para ser feliz simplemente porque no las hay o simplemente cada uno tiene la suya. Pero sí hay tips para intentar ser feliz en el trabajo, como los que da Beth Thomas, autora del best seller ‘Powered by Happy: How to Get and Stay Happy at Work’:
1. Piensa en el presente
Muchos de nuestros pensamientos negativos surgen de preocuparnos por situaciones que tal vez nunca ocurran.. Aunque los emprendedores deben tener planes de contingencia, pensar constantemente en los peores escenarios puede provocarte estrés en el cuerpo y en la mente y dejarlos sin recursos que podrían usarse de mejor manera.
La mejor forma de lidiar con los pensamientos negativos es separar la ficción de la realidad. Así que la próxima vez que tengas un pensamiento negativo, analiza la situación y pregúntate si estás reaccionando ante algo real o imaginario.
2. Ten pensamientos positivos
Transformar los pensamientos negativos en positivos puede ayudarte a cambiar tu humor y mentalidad. Siempre que tengas un pensamiento negativo detente y piensa en uno positivo. Haz esto por algunas semanas y pronto notarás que estás creando un nuevo hábito que motivará la felicidad, no sólo en el trabajo sino también en tu vida diaria.
3. Ayuda a los demás
Ya sea involucrándote en actividades filantrópicas o ayudando a tu equipo a mejorar su trabajo. La felicidad en el trabajo no se trata de lo que logras en solitario. No se trata de lo que te hace ver mejor, sino de hacer que todo tu equipo se desempeñe mejor. Establecer un programa de mentores donde los miembros más antiguos ayuden a los nuevos, o hacer que tu equipo forme parte de una actividad filantrópica o ambiental como recolectar ropa y juguetes o plantar árboles puede mejorar la felicidad de toda la oficina.
4. Tómate un descanso
Aunque muchos emprendedores se sienten motivados por el estrés positivo -aquel que nos motiva a trabajar más- es importante reconocer cuando tu mente y cuerpo necesitan un descanso. Incluso si te gusta tu trabajo, el estrés puede hacerte infeliz.
5. Mantén un diario de agradecimientos
La felicidad no viene de tener algo que no tienes, sino de reconocer y apreciar lo que sí tienes. Escribe cinco cosas por las que agradeces todos los días antes de que inicies tu trabajo, antes de salir a la oficina o al final del día. Esto hará que tu cerebro se concentre en pensar positivo.
Que el emprendimiento diario de cada uno de ustedes sea también un camino de felicidad.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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