Dicen que la adversidad y la incertidumbre suelen actuar como potenciadores de la creatividad, la capacidad de liderazgo, gestión y ejecución. ¿Será el plus que tenemos los latinos?
Siempre me llamó la atención que los equipos de fútbol más poderosos del mundo necesitan gastar fortunas contratando jugadores de otras latitudes.
Más allá del negocio detrás del deporte, ¿qué mueve a equipos como Barcelona, Real Madrid, Manchester United, Juventus, Bayern Munich a tener que buscar fuera de sus fronteras lo que podrían generar dentro con tanto presupuesto? ¿Podrían haber llegado Di Stefano, Pelé, Maradona, Neymar, Arturo Vidal, James Rodriguez, Luis Suárez o Messi al cielo del fútbol si hubiesen nacido en Europa? ¿O será que los más talentosos necesitan crecer jugando en canchas de tierra con pisos sin césped, de arena o pedregosos antes que hacerlo en el Bernabeu, el Camp Nou o el Allianz Arena?
Con los emprendedores sucede algo similar. Latinoamérica es un semillero notable de emprendedores e intraemprendedores; una tierra fértil donde hay “buena madera” y donde casi todo está por hacerse.
Creo que la región está en un incipiente camino de despegue basado en su fuerza entrepreneur.
Hay países con un ecosistema emprendedor en proceso en vigoroso desarrollo, como Argentina, de donde han nacido empresas que hoy son multinacionales de tecnología, como Mercado Libre, Despegar.com o Globant. En la tierra de Messi y Maradona, el emprendedorismo se está haciendo un lugar importante en la agenda pública, en la educación y en las economías regionales.
Otros países como Chile, Brasil y Uruguay están sumándose vigorosamente con ambiciosos planes. Los tres países cuentan con planes para el desarrollo de emprendimientos locales y de atracción de emprendedores extranjeros dispuestos a llevar adelante su proyecto en estas tierras a cambio de incubación, mentoreo, dinero y facilidades. Colombia y Perú son también dos mercados emprendedores atractivos, en crecimiento y con un potencial humano notable.
Hay naciones como Estados Unidos o Israel, por ejemplo, que fomentan el emprendedorismo, valoran haberlo intentado y aceptan el fracaso como lo que es: una oportunidad de adquirir experiencia y crecer. En Latinoamérica, en cambio, el fracaso es un estigma que acompaña al emprendedor durante mucho tiempo.
Definitivamente es más desafiante emprender en Latam que en Silicon Valley. Aquí, salvo excepciones como Chile, no solemos hacer alarde de visión largoplacista y solemos tener crisis económicas recurrentes, inestabilidad política, crédito casi ausente y cambios de reglas periódicos. Crear empresas en sociedades que fomentan el emprendedorismo es bueno pero emprender con éxito en países con ambientes más hostiles para la creación de empresas es aún más meritorio.
Precisamente son estas condiciones del entorno la que generan emprendedores más creativos, flexibles, atentos y “con hambre”. Sabemos que vivimos en una tierra que lo tiene todo para prosperar pero también tiene políticos para impedir.
Llevo una década investigando el ecosistema emprendedor y sus actores. Definitivamente, creo que el dios de los entrepreneurs tiene una parcela de cielo en estas latitudes
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein