Hace años participé de un seminario en el que hablaba un importante líder de la Nasa. Uno de los puntos que me llamaron la atención de la charla fue su explicación sobre cómo los detalles, por más mínimos que sean, son importantes y tenidos en cuenta. Este científico contaba que para la agencia espacial, el software y la mecánica son tan importantes como la tecnología de punta, y los bulones y remaches de la cola de la nave.
Llevado este ejemplo a lo cotidiano, podemos asegurar que en una sociedad, es tan importante el presidente como el último de los ciudadanos.
Leyendo entre líneas, por debajo, por los costados o por las hendijas se nota que el poder político piensa una cosa, dice otra y hace una tercera. Piensa en la reelección, la niegan en el discurso y operan en las sombras. Este es solo un ejemplo de los muchos que la clase dirigente nos viene dando.
Amigos, si esperamos que el cambio llegue de arriba hacia abajo, es como esperar que las sandías floten en el mar. La transformación que perdura y trasciende es la que se produce internamente y aflora; es la que se irradia e inspira. Esa transformación comienza en uno mismo.
Comenzar a pensar con el corazón y la razón y no con el bolsillo puede ser un inicio valioso para cambiar el estado de las cosas.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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