- La motivación real no es dar ánimo sino dar motivos
En los años 90 eran muy famosas las tarjetas para saludar para todo: cumpleaños, aniversarios, Navidad, día del padre/madre, día de los enamorados, etc. Para todos los eventos del año había tarjetas con un texto genérico que simbolizaba lo que Juan sentía por María.
Juan se pasaba 10 minutos frente a la góndola buscando un mensaje que se aproximara a lo que sentía por María, porque quizá él estaba seguro de sus sentimientos, pero la tarjeta no lo sabía. El que escribía esos mensajes nunca pensó en Juanes ni en Marías.
Hemos evolucionado muchísimo en términos de comunicación. Pero en medios, no en el uso que hacemos del contenido que circula por ellos. Y aún hoy, más de 20 años después, seguimos tratando de estandarizar o enlatar la comunicación. Las frases hechas que encontramos en Pinterest o en Google son hoy lo que las tarjetas de salutación en los 90.
Hay cientos, miles de imágenes de diseños hermosos con frases maravillosas, que han movilizado voluntades enunciadas por próceres y héroes de distintas partes del mundo a lo largo de la historia. Pero lo que provocaron en el momento temporo-espacial en el que fueron concebidas, no necesariamente tiene que ver con lo que hoy pueden generar en las personas.
Las frases motivadoras que encontramos googleando no son en realidad frases motivadoras, sino frases inspiradoras o que brindan ánimos o aliento. No son motivadoras porque esas frases (ni las personas que las pronunciaron) saben lo que te motiva hoy a vos. Básicamente porque motivar no es dar ánimos, es dar motivos. Y si lo que hayan dicho Jobs, el Dalai Lama o Napoleón Bonaparte te motiva hoy a vos, es pura casualidad.
Estás emprendiendo y quizá no te está yendo bien. No tenés los ingresos que quisieras, tu día a día puede resultar más caótico de lo que esperabas, tus proyectos quizá no te desafíen. ¿Querés motivarte? Recordá los motivos que te llevaron a tomar la decisión de emprender. Las frases «motivadoras» que todos alguna vez (algunos mucho) compartimos en nuestras redes en realidad dan ánimo, que viene a ser como cargar un 10% o un 15% del tanque de combustible: vas a recuperar algo de fuerzas para seguir un tiempo más, pero hasta que no te conectes con tus verdaderos motivos, no vas a llenar el tanque nunca. Dicho de otra manera: esas frases genéricas que encontrás por todos lados en internet no te motivan, sino que te recuerdan los motivos que te motivan. Si, casi un trabalenguas.
En 2011 dejé mi trabajo para emprender por mi cuenta porque quería retomar las riendas de mi carrera profesional, estar más con mi familia y tener más libertad para organizar el tiempo. Cada vez que flaqueo o pierdo fuerzas me recuerdo los motivos por los que tomé esa decisión en aquel momento para volver a mi eje. Y como dice Zig Ziglar, conocido como el mejor vendedor del mundo: «A menudo la gente me dice que la motivación no perdura. Bueno, tampoco un baño, por eso hay que hacer ambas cosas todos los días».
Lo mismo ocurre en el ámbito laboral: si tu jefe no te conoce no va a poder motivarte y sólo alcanzará a darte ánimos. En la práctica, ¿cuál es la diferencia entre dar ánimos y dar motivos?
– «Vamos Juan, vamos! Tres ventas más y llegas al objetivo del día y alcanzas el primer puesto del ranking de ventas del mes!» Salvo que tu motivación real sea estar primero en el ranking, tu jefe sólo estará animándote. Hay una tendencia a suponer que todos queremos salir primeros en todo y que sólo eso es suficiente. Bueno, no.
– Vamos Juan, dale! Tres ventas más y te pagás las vacaciones en Playa del Carmen que querías sólo con las comisiones de este mes! Acá, tu jefe sabe que el motivo que te motiva es irte de vacaciones a un lugar soñado y te lo recuerda. Tu jefe te conoce y sabe qué botones apretar.
Para ir cerrando, algunas claves con las que suelo trabajar, tanto conmigo como con mis clientes:
Algunas claves con las que trabajo en mis capacitaciones:
– La motivación es pura comunicación, tanto inter como intrapersonal.
– No se motivan equipos, se motivan personas. Una por una.
– Motivar no es dar ánimos, es dar motivos. Mirá el diálogo entre Alec Baldwin y los vendedores en la película «Glengarry Glen Ross».
– Si te quedás sin fuerzas para seguir, recordá los motivos que te llevaron a comenzar para retomar.
– Tus motivaciones pueden cambiar: yo ya trabajo en casa y paso tiempo con mi familia. Ahora mis motivos son otros.
Franco Baldissare
Comunicación para conectar personas y organizaciones
www.francobaldissare.com.ar
[email protected]
Linkedin: http://www.linkedin.com/in/fbaldissare
Facebook: https://www.facebook.com/FrancoBaldissare
Instagram: https://www.instagram.com/franbaldissare
Twitter: https://twitter.com/FranBaldissare