Se llaman “Altcoins” (monedas alternativas). Engloban a todas aquellas criptomonedas excepto a bitcoin. Estas criptomonedas cuentan con el 36 % del total del ecosistema cripto y tienen propuestas de uso disruptivas como los contratos inteligentes, monedas DeFi (finanzas descentralizadas), monedas privadas, stablecoins (monedas estables).
Las altcoins han tenido un auge notorio dentro del ecosistema y, estas últimas semanas, Ether alcanzó máximos históricos con un precio por encima de los $1.400 dólares. De igual manera, altcoins del ecosistema DeFi como $LINK tuvieron un incremento en su precio que supera más de 660 % de rendimiento en 2020.
Esto ha hecho que las altcoins no pasen desapercibidas, sino que, por el contrario, han incrementado 6 veces su participación en el ecosistema cripto desde enero del año pasado. Sin duda, este año será de gran importancia para estas monedas, ya que los proyectos están entregando productos terminados y tienen mayor adopción por los usuarios dentro y fuera del mundo cripto.
El caso de Ether
Ether, la criptomoneda de Ethereum, es la segunda cripto más importante del ecosistema. Su oferta inicial de moneda (ICO por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en junio de 2014. El proyecto recaudó 31.529 BTC (18.4 millones de dólares en ese momento) y vendieron 60.000.000 de ETH a un precio promedio de $3.5 dólares por token.
Al día de hoy, Ethereum es la plataforma de contratos inteligentes más importante del mundo, con un precio de US$ 1.400. Esto gracias a los ecosistemas construidos sobre su infraestructura.
Algunos proyectos destacados que fueron construidos sobre la red de Ethereum son Uniswap, Cardano, Descentraland, MakerDAO, DAI, USDC y AAVE. Prácticamente DeFi y las stablecoins están construidas en esta blockchain.
Y en 2020 presenciamos un repunte en el precio de ETH gracias a la subida de precio del ecosistema cripto en general. Sin embargo, en estos primeros días de 2021, el precio de esta cripto ha incrementado su valor 72 %, lo que ha acaparado la atención de los inversionistas.
Unos de los puntos a destacar es que el equipo de Ethereum ha trabajado día y noche en el lanzamiento de ETH 2.0. Se trata de una serie de actualizaciones en la red que mejora la velocidad, la eficiencia y la escalabilidad de la red. Además, como ya mencionamos, en esta blockchain corre gran parte del ecosistema DeFi que ha crecido más de 1.200 % en los últimos 12 meses.
El caso de las Stablecoins
Se trata de activos que están ligados al precio de una moneda de algún país o de algún activo en específico. Un proyecto que ha creado muchas expectativas es DAI, la stablecoin de MakerDAO. DAI es una moneda que mantiene el precio de un dólar americano ($1), lo que refugia a sus usuarios de la volatilidad de las criptomonedas o de las monedas fiduciarias de sus países.
Esta criptomoneda ha tenido una gran adopción por los países latinoamericanos debido a la inestabilidad de la economía en la región.
Cómo las altcoins se correlacionan con el comportamiento de BTC
Las altcoins tienen un mercado relativamente pequeño en comparación con bitcoin. Si las comparamos con una empresa, el valor de Mastercard es igual al valor de todas las alts. ($335 billones de dólares). Ahora que entendemos la proporción del tamaño del mercado, es más fácil comprender que es un mercado relativamente pequeño en comparación con otros. Por este motivo, los inversionistas institucionales todavía ven al mercado cripto como uno solo, lo que causa una correlación entre las alts y bitcoin.
Históricamente las altcoins están correlacionadas al precio de bitcoin, es decir que si bitcoin baja, generalmente las alts lo siguen; de igual manera, si bitcoin se aprecia, las alts suben de valor. Sin embargo, esta correlación histórica parece estar bajando.
La siguiente imagen muestra la correlación entre Eth y bitcoin, donde se puede observar que la correlación es cada vez es menor entre las dos monedas más importantes del mundo cripto.
En consecuencia, las altcoins se tornan cada vez más y más atractivas debido, en parte, a esta creciente disociación de Bitcoin, por un lado; y la enorme diversidad de altcoins que existen, lo cual permite cubrir distintas necesidades y complementar cada portafolio en particular. Sin duda, más allá de Bitcoin, se trata de un ecosistema que no debemos pasar por alto.