- El sueño hecho realidad de un emprendedor de utopías
El mito bíblico dice “No construirás tu casa sobre la arena”.
Y sí, la naturaleza tiene condicionamientos para el hombre; muchas veces tan fuertes y determinantes que la inteligencia no logra anticiparlos. Pero hay racionalidades que se funden con emociones y derriban los obstáculos más difíciles.
Aunque cada grano de arena sea un fracaso más tras cada intento.
Soñador
Carlos Gesell vivía con mariposas y pajaritos en la cabeza; tal vez por eso enfrentó la realidad natural con su propia filosofía cultural y no claudicó en el camino hacia su meta. Ese bosque que hoy los turistas atraviesan deteniéndose en los tonos de verde y en las palomas blancas, en las hojas rosas y en el perfume de los pinos, tiene el encanto de quien dejó su alma para que exista; caminos bifurcados, laberintos de tierra que te conducen a la magia de un mar embravecido, allí abajo, tras pasar por la casa donde el inventor de lo imposible vivió el mejor tramo de su vida. Respirando la conjunción del aire salado y el viento arrebatador de los árboles que destruía su proyecto de construir su casa sobre un montón de arena.
Inventor
Carlos Idaho Gesell nació el 17 de marzo de 1891 en Buenos Aires. Inventa, entre tantas creaciones, un mecanismo para aprovechar la energía producida por las mareas, la plancha anticorrosiva para barcos, los principios de la fotografía en colores y de la heladera eléctrica, pero no le basta. Sueña con un bosque de pinos que le de madera barata y buena para su fábrica. Y se lanza a la difícil tarea de hacer de los médanos la superficie firme de su vida. De su casa. De su trabajo. Del lugar de veraneo de centenares de turistas que encuentran paz allí dónde él dejó toda su furia.
En 1932 construye su casa sobre la arena, a pocos metros del mar. Planta árboles a su alrededor, pero el viento salino deja las raíces al descubierto. Intenta. Pelea. Su inteligencia desafía a la naturaleza. Detiene el movimiento de la arena. Los árboles prenden. Tres acacias y detrás un pino. Frente al mar. Haciendo lo que el llamó “nidito”. Allí detrás, su casa, donde se instaló en 1937 con Emilia Luther, su segunda esposa.
Entorno ideal
Rodeada de una naturaleza cómplice, de caminos seguros que conforman un bosque encantador y encantado. Porque cada semilla tiene ya la voz de su fruto. Porque cada paloma sabe que sólo allí conservará su blancura. Porque las hojas nacen verdes, mueren amarillas, y caen rosadas. Como semáforos que señalan el proceso de la vida. Carlos Gesell, el fundador de la villa donde tantos hombres buscan su descanso anual.
Y una comunión con el ruido lejano o cercano de un mar que se lleva botellas en cuyo interior están nuestros propios sueños.
nooonooo muy maalllll no me gustooo
Carlos Gesell nacio el 11 de Marzo, no el 17! corrijan please 🙂
Con respecto a cuando se dice en el artículo mito biblico a la frase: “No construirás tu casa sobre la arena”, no es ningún mito, es una enseñanza de Jesús que hace referencia a que tipo de fundamento ponen las personas en su vida, si lo ponen a Dios primero y hacen su voluntad, la casa permanecerá, a pesar de que vengan las tormentas de la vida, en cambio si ponen su fundamento en otras cosas (riquezas,fama,etc) la casa se vendrá abajo. No es mi intención polemizar, pero si uno no sabe algo es mejor no hablar.
es un caca