La práctica hace al maestro. Coach, mentor, son los nuevos nombres de los maestros, que ejercerán la nueva educación, la profesión del futuro.
La primera revolución le quitó recursos al artesano para darle trabajo a los que menos sabías, hoy los menos calificados son sustituidos por la tecnología. La educación puede enseñarles tecnología para que no sean reemplazados o bien para que obtengan nuevos empleos. Hoy es necesario mezclar contenidos para armar combos diferentes con una formación versátil. La mezcla es lo que se impone para saber adaptarse a los cambios.
La economía premia las disciplinas tecnológicas, las ciencias duras. Hay un filtro porque son más difíciles. Las tecnologías blandas son también muy importantes. La programación es una tecnología dura, pero se precisan tecnologías blandas para el diseño y habilidades sociales y empatía cultural para la comunicación. La programación no sustituye a la persona, deben combinarse. Hoy hay pocos ingenieros y muchos docentes, pero la carrera docente, la vocación por la docencia, no está fomentada. El fracaso de la docencia es porque se la ve tan solo como salida laboral.
La intersección entre pasión y talento
Como pasión y talento suenan difíciles para la mayoría, suelen rebajarse al interés y la habilidad, a los que debemos sumarles actitud y oportunidades. La actitud está relacionada con la confianza en uno mismo. La oportunidad hay que salir a buscarla.
Uno de los problemas para el desarrollo de estas cualidades reside en el sistema educativo, que no promueve el pensamiento crítico ni creativo y limita la cuestión de la inteligencia a unos pocos valores y disciplinas, sin aceptar que existen múltiples inteligencias y que podemos ser hábiles en unas materias y torpes en otras. Las escuelas usan el examen como método de evaluación, generando incertidumbre, temor al fracaso e inseguridad. Son instituciones que promueven el pesimismo y personas pasivas que no se animan a plantearse desafíos y metas que salgan de la regla.
En los colegios no se les enseña a defender sus ideas. No aprenden trabajar para conseguir sueños, sino para recibir un salario.
Lo importante es buscar mentores, la profesión del futuro, que les permitan identificar sus aptitudes, confiar en sus propios recursos y encontrar grupos de pertenencia con otros que compartan sus intereses. Antes de buscar la actividad que les alegre la vida, deben identificar sus deseos, comprender cómo y por qué surgieron, hallar a sus guías y, finalmente, diseñar un plan para llevarlos a la práctica,
Ciudadanos del mundo global
Un país que atrasa en su educación con respecto a la que brindan los países de avanzada, debe incluir las herramientas para convertir a sus estudiantes en ciudadanos del mundo global. Es necesario enseñar tres idiomas. El primero es el lenguaje del cerebro, que, siendo el mismo para todos los habitantes del planeta, muy pocos lo saben usar. El segundo es el idioma inglés, es el que hablan la ciencia y la tecnología. Es el idioma universal por excelencia. Y el idioma de las máquinas, el idioma tecnológico está cambiando al mundo y sube por el ascensor mientras que el hombre asciende por la escalera. Esto produce la brecha digital, una deuda a saldar con el conocimiento.
Lo que no se mide no se puede mejorar
Cada año que pasa deja una marca en el cerebro y si no se mide no se puede superar. El «Test de rendimiento intelectual» (IQ), permite ver cómo funciona la mente y las neurotécnicas que potenciarán su rendimiento. Incluye una descripción de los métodos para aplicar las neurociencias a la educación. Aquí agregamos los links que permiten comparar.
A- Para ver la diferencia entre un lector lento para leer un texto (columna izquierda) y un lector veloz leyendo el mismo texto (columna derecha)
B- Para determinar la velocidad y comprensión en la lectura hacer click aquí:
C- Programas de Neuroeducación – Emprendedores. News
A mayor educación, menor pobreza
Hace 10 años que los diarios daban una noticia dramática sobre Argentina: “Hambre en el país de la carne”. Hoy sigue habiendo hambre y el flagelo de la pobreza. Más allá de algunas iniciativas no son prioridad. Los argentinos reclaman más por los medios (trabajo, salarios, seguridad) que por alcanzar el fin. Y la Educación, como objetivo popular, no logra ocupar un lugar trascendente.
El ciudadano no percibe que el aprendizaje es su verdadero camino a un futuro mejor. Y es allí donde se requieren políticas de Estado que definan un plan estratégico nacional, donde la buena educación pública sea la estrategia de integración. Hay tres ideas claves:
Hacer de la educación una política de Estado
Los alumnos no aprenden y no terminan el ciclo obligatorio (el 66% no alcanza las habilidades mínimas para la vida adulta y el 50% no termina el Secundario). Declarar la emergencia es una herramienta de política pública.
Se la ha usado para declarar la emergencia económica, agropecuaria o social pero no para afianzar la Educación. Su declaración permitiría asignar recursos extraordinarios para las jurisdicciones que más están sufriendo la combinación de miseria y falta de aprendizaje. La Educación de excelencia es la madre de todas las batallas que debería dar un país contra la pobreza.
Como el futuro no existe hay inventarlo. El político hace mal en no apostar al futuro. Las encuestas lo condicionan a hacer lo que suma votos. La verdadera política es el arte de alcanzar objetivos. Una visión magnética del futuro cambia el presente porque varía las acciones necesarias para producirlo. Vale más cambiar la mirada sobre los recursos ya que desarrollo no es lo que tenemos sino lo que hacemos con eso.
Cuando Finlandia reconoció que era un país muy pobre como para no invertir en educación puso en marcha un proyecto que eliminó la pobreza. En Finlandia todos reciben una educación de primer nivel. Cualquier país puede generar cambios en poco tiempo si tiene un proyecto, una agenda y gobernantes eficaces y honestos. En 10 años como en Finlandia, se puede lograr que ser maestro, sea la profesión del futuro, y que los maestros sean las estrellas de la sociedad y no los ricos y famosos como ocurre en los países con gobiernos populistas.
Dar mejores escuelas a los más necesitados
La declaración de emergencia educativa no es una herramienta autónoma. Debe estar acompañada de asistencia Social y de Salud y de una mirada integral desde otras áreas del Estado que permita un plan integral. Y es con ese eje que se debe utilizar a las Escuelas públicas de los lugares más vulnerables del país, seleccionados con mediciones objetivas y fundadas, como integradoras de un decidido ataque al flagelo que la pobreza supone. Chile y Brasil, por citar experiencias en Latinoamérica, han llevado adelante planes similares como el Mil Escuelas chileno o las Escuelas del Mañana en Brasil, llevando la mejor infraestructura y los mejores profesores a las Fabelas y/o jurisdicciones más precarias. ¿Por qué no hacerlo aquí? Esto sería usar esta institución, la Escuela Pública, como un centro de reconstrucción.
Brindar acceso a la tecnología
No es posible seguir educando con un maestro al frente, un pizarrón y pupitres, en la era de las computadoras un celular permiten el acceso a todo el conocimiento a solo un click de distancia. Inclusive para los alumnos de zonas más desfavorables el teléfono inteligente es una herramienta conocida. La revolución educativa para los más necesitados debe venir de la mano de las novedades tecnológicas para hacerla más eficiente e impactante, donde el docente entusiasme y sea facilitador y enseñe a aprender por internet y que los nuevos medios de comunicación sean como la tiza o los manuales los maestros del siglo pasado.
El emprendedor serial dinamarqués Michael Bodekaer viene explorando diferentes tipos de innovaciones para impulsar en las aulas El mundo crece muy rápidamente y eso trae desafíos cada vez mayores: lidiar con el calentamiento global, resolver la escasez de agua y el hambre y curar las enfermedades, entre otros. Los que van a tener que resolverlos serán estos jóvenes estudiantes. En los pupitres de la escuela está sentado el futuro. El diagnóstico al momento de iniciar su exploración fue decepcionante: los libros se convertían en libros electrónicos, las pizarras en videos de YouTube, y los monólogos de sala de conferencias en cursos abiertos masivos en línea. Pero seguían entregando los mismos contenidos y el mismo formato, a muchos más estudiantes pero con el mismo método de enseñanza. Entonces buscó inspiración en los simuladores de vuelo que se habían combinado con entrenamiento real para capacitar a pilotos y lo aplicaron a la educación de la ciencia, construyendo un simulador virtual de laboratorio en el que que los estudiantes experimentaron con ecuaciones que simulan lo que sucede en un laboratorio en el mundo real. Así las universidades podían ahorrar millones de dólares en experimentos virtuales antes de entrar al laboratorio real. Y luego podrían hasta realizar experimentos que muchas escuelas no pueden enseñar por buenas razones de seguridad. Y encontró que aumentó un 76 % la eficacia en el aprendizaje al usar laboratorios virtuales frente a los métodos tradicionales de enseñanza. La segunda parte del estudio investigó el efecto del profesor en el aprendizaje. Y hallaron combinando laboratorios virtuales con la orientación y tutoría dirigida por el profesor, se observó un 101 % de aumento en la eficacia, lo cual duplica el impacto del profesor con la misma cantidad de tiempo invertido. Esto requiere que los profesores se comprometan, necesitamos profesores que impulsen la adopción de nuevas tecnologías en el aula. El próximo gran salto cuántico en la enseñanza de las ciencias no se encuentra en las tecnologías, sino más bien en la decisión de impulsarlas y adoptarlas.
En definitiva, la buena educación es el mejor camino para erradicar la pobreza si se hace planificada e integralmente con otras asistencias como la asistencia social, los planes salud y de empleo joven. La Escuela pública de los lugares más pobres y en emergencia puede ser la plataforma ideal para una experiencia concreta que sirva como ejemplo multiplicador utilizando la tecnología para llegar a las decenas de miles de escuelas del país. Se puede y se debe hacer. La pobreza no espera. Los líderes deben formar coaliciones para presionar a sus gobiernos a invertir en mejorar la calidad educativa, o no pasará nada. Es hora de que la sociedad civil ponga a la educación en el centro de la agenda política en todas partes.
La práctica hace al maestro. Coach, mentor, son los nuevos nombres de los maestros, que ejercerán la nueva educación, la profesión del futuro.