La historia ha ocurrido en Australia y, más concretamente, en Melbourne, donde un hombre de 71 años ha evitado la amputación de su pierna con un nuevo implante impreso en 3D.
A Len Chandler le diagnosticaron un cáncer en el calcáneo en el mes de abril y sufrió gradualmente los estragos de la enfermedad, hasta el punto de haber perdido recientemente el uso de sus talones.
Los pacientes con cáncer en el calcáneo a menudo pierden la pierna por debajo de la rodilla, debido a una posible fractura del hueso calcáneo o del talón.
Además, también es muy difícil de reemplazar un hueso altamente complejo, que debe moverse en tándem con los huesos de la espinilla y el pie.
Afortunadamente, se cruzó en su camino el profesor Choong, jefe del departamento de ortopedia del Hospital St. Vincent, en Melbourne. Con su equipo de cirujanos, el profesor decidió usar la impresión 3D para reemplazar el hueso que faltaba en el paciente con un implante e impedir así la amputación de la pierna, a la que se veía abocado en los próximos meses.
El equipo escaneó primero el pie izquierdo del señor Chandler, libre de tumor. Las imágenes escaneadas del pie fueron enviadas al fabricante de implantes con sede en Melbourne, Anatomics , que creó un diseño de imagen especular de su pie derecho. A continuación CSIRO, la agencia de investigación primaria de Australia, utilizó el modelo 3D para construir una réplica exacta del hueso, el calcáneo, en titanio, utilizando para ello su impresora de metal fabricada por la compañía sueca Arcam y que utiliza un sistema de haces de electrones.
Por último, los cirujanos trabajaron en la extirpación del tumor y en el implante de la pieza impresa en 3D en el paciente.
El implante debía incluir una parte lisa para coincidir con otros huesos, tendones y músculos y también una parte porosa, para permitir que se fijara el tejido.
La cirugía pionera tuvo lugar el 11 de julio de 2014. Ahora, el señor Chandler ya puede sostener más de la mitad de su peso corporal y se espera que sea capaz de caminar sin muletas por Navidad.
«El profesor Choong dijo que podíamos correr el riesgo, y no tenía nada que perder. Yo dudaba y no sabía si funcionaría, pero tenía que intentarlo», ha declarado el paciente, que ha salvado su pierna gracias a la impresión 3D.
fuente: Imprimalia
