Internet se convierte en un refugio para la creación de empleo en la provincia. Cientos de malagueños optan por la Red para crear sus empresas, atraídos por los costes reducidos
No necesitan un local. Cuentan con el escaparate más grande del mundo: Internet. Y sin sede física, ni gastos de luz, agua o cuota de alquiler se reducen los costes. A veces, ni siquiera es preciso disponer de un almacén para sus productos porque venden servicios o funcionan como meros intermediarios de las empresas de distribución. Los emprendedores se lanzan a la Red para abrir nuevos negocios, una alternativa barata que en tiempos de crisis supone la esperanza para miles de malagueños que llevan tiempo en el paro y que no encuentran hueco en un mercado laboral saturado.
Según la Unidad de Emprendedores del Instituto Municipal de Formación y Empleo (Imfe), este tipo de iniciativas han crecido en el último año, y cada vez son más las personas que se interesan por esta opción. «Internet te permite lanzarte al mundo empresarial sin precisar grandes inversiones», indica una de la técnicas de la Unidad de Emprendedores. Inmobiliarias, agencias de viajes, empresas de traducción, venta de alimentación… La oferta es variada. Cuatro malagueños que han creado sus negocios a golpe de click cuentan las ventajas de emprender desde el ordenador.
Cuando Luis Lindes, ingeniero de caminos, canales y puertos, empezó la carrera, la salida profesional de su licenciatura estaba casi asegurada. Las empresas contrataban a los alumnos del último curso antes de obtener su titulación. Pero la crisis de la construcción ha cambiado este panorama. Luis decidió entonces quitar el polvo a la vieja idea de crear su propia empresa y, con otros dos amigos arquitectos, se decidieron a unir las nuevas tecnologías al asesoramiento urbanístico e hidráulico a través de Internet. Así nació www.arqcivil.es hace seis meses. «Queríamos desarrollar una consultoría de arquitectura e ingeniería diferente, con la ventaja de que el cliente puede disponer de expertos especializados y, como no tenemos sede física, se reducen los costes», indica Luis. Arqcivil cuenta con distintos colaboradores para ofrecer la mayor calidad para realizar el proyecto.
Crear la página no les supuso grandes gastos. Hicieron el diseño ellos mismos. La parte más complicada ha sido elegir un nombre que no existiese ya, darse a conocer a través de la Red y que los clientes confíen en el teletrabajo. Luis tiene claro que la empresa debe avanzar hacia la especialización, pero el tiempo lo dirá. Por ahora, Internet les ha facilitado el comienzo y la crisis les ha dado el empujón definitivo. «Era un sueño que, si hubiese encontrado un trabajo en una empresa, al final habría dejado aparcado por el día a día y las facturas; ahora por lo menos sabremos si funciona o no», asegura.
Idamor Fernández, Carmen Guerrero y Daniel P. Doblas apostaron por Málaga para crear Framboise, una empresa especializada en la comunicación digital en la era 2.0. Los tres habían trabajado en Madrid en publicidad tradicional e Internet y vieron en el desarrollo tecnológico que se realiza desde la capital de la Costa del Sol un filón para implantar la comunicación que propone esta segunda etapa de la Red. «Estamos en un momento en el que el consumidor pasa a ser lo que se llama un ‘prosumer’, es decir, que también se convierte en un medio de comunicación y crea contenidos a través de redes sociales, Youtube, comunidades on-line o aplicaciones para I-Phone», indica Idamor. «Las empresas deben adaptarse a este cambio para seguir promocionándose», continúa. Y como no podía ser de otra forma, usan las nuevas tecnologías para trabajar. «Nos comunicamos con nuestros clientes por e-mail o con el Skype y podemos trabajar desde Málaga con grandes marcas de Madrid o Barcelona sin problema», asegura Carmen.
Además, pueden llevarse el trabajo a casa, lo que facilita la conciliación. «Aunque eso también genera sus problemas, porque nunca desconectas», indica Carmen. Eso sí, para que el teletrabajo funcione es vital ser responsable y autoexigente para ganarse la confianza del empresario, dicen. Inmediatez y un mercado sin fronteras son las ventajas de esta forma de trabajo.
Mar Rodríguez creó su web como una galería para sus dibujos y al final acabó convirtiéndose en un escaparate de complementos diseñados por ella como ‘hobby’, pero que han tenido mucho éxito entre los internautas más originales. Chapitas, espejos, ropa… y ahora camisetas y baberos muy personales para bebés y padres que huyen de la uniformidad.
Todavía, dice, no puede vivir de sus creaciones, pero poco a poco Mar de Color ha logrado hacerse un hueco entre los diseñadores locales. Hace unas semanas, mostró su trabajo en el encuentro Creactiva Málaga, que volverá a celebrarse el 17 de abril en la plaza San Pedro Alcántara de la capital. Internet le permite mostrar sus diseños y trabajar desde casa, algo que le permite conciliar su vida profesional y laboral.
Compagina Mar de Color con su trabajo en Búnquer, otra empresa malagueña de creación de contenidos audiovisuales de la que es socia junto a su marido y que se dedica a realizar vídeos corporativos, motion grafics (infografía en movimiento) o páginas web. De hecho, Mar tuvo muy fácil crear el diseño de su web porque ésa es precisamente otra de las facetas de esta profesional que combina las nuevas tecnologías con manualidades coloristas y divertidas.
Daniela Corcodel es una de las emprendedoras nacidas bajo el asesoramiento del Imfe. Se decidió a crear su negocio por Internet ante las dificultades para encontrar un trabajo. El hecho de ser extranjera le trajo problemas a la hora de entregar un currículum. Es rumana, aunque vive en Málaga desde hace cuatro años y habla la lengua de Cervantes a la perfección. Sin embargo, todos los trabajos que le ofrecían eran de como limpiadora por horas, y Daniela se decidió a crear su propia empresa.
Su primera incursión en la Red fue con un negocio de embalaje. Pero pronto se animó a abrir otra vía de lo que más le gustaba, la moda y la imagen. Se ha convertido en ‘personal shopper’ y asesora de imagen. Y además, también gestiona una agencia de azafatas. Desde el mismo despacho, situado en la incubadora de empresas del Imfe en el polígono El Viso, controla tres empresas con su ordenador. Aunque su dedicación favorita es la de ayudar a los clientes a encontrar su propio estilo. Los que más le llaman para que cambie su vestuario son hombres, pese a lo que se podía pensar a priori. Y es que en Internet todavía hay mucho por descubrir.
Fuente: Diario Sur