El restaurante Espitas de la ciudad alemana de Dresden se transformó en uno de los más concurridos, al punto que las mesas deben reservarse con varias semanas de anticipación. Ni las milanesas a caballo, ni los canelones a la rossini ni el revuelto gramajo son la base de su éxito sino unos gruesos gusanos mexicanos.
Los animalitos (sabrosos, de acuerdo al buen paladar de Marley) son incorporados en ensaladas, cócteles y helados.
Alexander Wolf, dueño del restaurante, rebosa de felicidad. "Somos los primeros del mundo -que yo sepa- en importar esta mercadería. Lo que empezó casi como un chiste superó nuestras expectativas. Empezamos a servirlos hace un tiempo y nuestros clientes lo han comentado con sus amigos y ahora estamos repletos con reservas de varias semanas de anticipación. La mayoría de la gente los mira con desagrado pero los prueba por curiosidad y de hecho se asombra de lo ricos que son. Muchos vuelven con amigos para volverlos a comer".
A ver qué emprendedor argentino da el primer paso…