Iniciar un camino propio es un desafío del cual podemos salir airosos si llegamos a aceptar la incertidumbre y aliarnos con ella. En la ausencia de certezas podremos encontrar la tenacidad que requiere todo emprendedor para alcanzar la meta.
La tenacidad es la fuerza que lleva hacia la superación y el crecimiento. Es la energía que no permite que nos detengamos por causa de algún tropiezo; el elemento que transforma un fracaso en una oportunidad; un error en enseñanza.
Ser tenaz significa tener un propósito, escuchar el corazón, llenar la acción de pasión, ser responsable, flexible, tener espíritu de superación, ser capaz de aceptar ayuda, tener creatividad para hallar soluciones y, fundamentalmente, ser perseverante y constante.
Hay un cuento que dice que un hombre quería romper una piedra a martillazos. Dio un golpe y no pudo. Dio otro, y otro, y otro pero no podía. Al final, después de 20 golpes se cansó y abandonó. Enseguida llegó otro hombre, tomó el martillo, golpeó y rompió la piedra en el primer intento. ¿Este hombre era más fuerte? No, pero la piedra tenía encima otros veinte martillazos que la habían ablandado lo suficiente.
Recordá que no es lo mismo «haber fracasado» que serlo. Fracasá las veces que sea necesario pues nunca se sabe cuando llega tu «martillazo 21». Ojalá que sea pronto.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
[email protected]