Albert Douer, miembro de la Junta Directiva de Endeavor, habla de los alcances de un proyecto destinado a potenciar el trabajo de los emprendedores colombianos que más prometen.
“Es mejor enseñar a pescar que regalar un pescado”. El valor intrínseco de este antiguo y popular adagio es lo que ha animado a un grupo de altos empresarios colombianos a crear el capítulo colombiano de Endeavor, organización mundial dedicada a fomentar el desarrollo económico sostenible mediante la identificación de emprendedores —de todos los géneros y sectores— cuyos proyectos tengan el potencial de generar un alto impacto social y económico en la sociedad.
Endeavor no da plata ni hace aportes materiales. Simplemente, pone a disposición de los emprendimientos seleccionados las mejores mentes del mundo empresarial para que un proyecto crezca y genere empleo. El capítulo colombiano cuenta con el apoyo corporativo y financiero de conocidas empresas y emprendedores como Alejandro Santo Domingo (Grupo Santo Domingo), Juan B. Sanint (Foto Japón), Antonio Celia (Promigás), Eduardo Pacheco (Grupo Colpatria), Albert Douer (Ajover) y Andrés Echavarría (Grupo Corona).
Endeavor, fundada en 1977, está presente desde hace varios años en Chile, Argentina, México, Brasil, Uruguay, Sudáfrica, Turquía y ahora Colombia. Todas estas filiales funcionan con recursos de corporaciones locales o ex favorecidos de Endeavor.
Hasta ahora, la entidad ha apoyado a más de 260 emprendedores a escala internacional, quienes, a través de sus 180 empresas, han generado 50.000 empleos y una facturación de cerca de 1.400 millones de dólares. En promedio, los trabajadores de estas firmas tienen ingresos diez veces superiores al salario mínimo legal de cada país.
Según Douer, Endeavor ayuda a acortar el camino para crecer en ventas y mercados, apoyándose en la experiencia de empresarios que ya recorrieron el camino y hoy se encuentran en posiciones de liderazgo a escala local y global.
Hasta ahora, dos empresas colombianas se han beneficiado del programa: Indeagro, un fabricante de maquinaria agrícola de avanzada para el sector de la ganadería, y Live Systems Technology (LST), dedicada al desarrollo y producción de biofertilizantes, biofungicidas y biopesticidas, que persiguen lograr una agricultura limpia y sostenible. “Indeagro y LST son dos empresas de alto impacto económico y social, que ya han germinado su semilla y presentan gran potencial hacia el futuro”, dice Douer, mientras prueba un delicioso plato casero hecho a base de una verdura del Cercano Oriente, llamada cándida. Por falta de tiempo, fue preciso almorzar en su oficina del occidente de Bogotá.
Cuando Douer habla de “alto impacto”, no se refiere a emprendimientos que vayan a cambiar el mundo, pero sí que contribuyan al mejoramiento de la empresa y de su entorno. Para partir de bases firmes y asegurar una rápida consecución de resultados, Endeavor prefiere analizar firmas con ventas entre 100.000 y 500.000 dólares anuales. Pero también puede clasificar una organización con facturaciones de 20 millones de dólares o más.
Las filiales de Endeavor realizan una preselección de emprendedores y la lista final se evalúa en un panel local, integrado por la junta de la entidad e invitados especiales. Sin excepción, todos están involucrados, de manera activa, en el mundo empresarial. “Aquí nadie recibe nuestro aval por razones de cercanía o amistad, sino por los méritos del proyecto, que debe satisfacer las exigencias de un grupo multidisciplinario de diferentes regiones del mundo”, dice Douer. “En ese sentido, es tan exigente como el ingreso a cualquier gran universidad de gran prestigio”.
En el próximo mes de octubre, Cartagena acogerá al primer panel internacional para la selección de candidatos. Y en el curso de esta semana, Endeavor Colombia elegirá a cuatro nuevos emprendedores nacionales, quienes participarán en la evaluación final de Cartagena. “Nuestra proyección es realizar otras dos rondas antes de finalizar 2007 y otras seis en 2008”, agrega Douer. Para llegar a ese número se requerirá entrevistar a cientos de emprendedores locales en los próximos meses.
Los mentores o asesores de Endeavor van desde empresarios locales hasta consultoras de la talla de Harvard Business School o McKinsey & Co., cuyos ejecutivos regalan horas para apoyar a los emprendedores seleccionados por Endeavor. “Estos servicios podrían costar cientos de miles de dólares anuales a cualquier empresa”, señala Douer. “Pero en el caso de los beneficiados nuestros, la consultoría no tiene ningún costo”.
Entre los campos cubiertos por estos asesores están la reorganización del negocio, la búsqueda de nuevos mercados, la facilitación del acceso a recursos de capital y el apoyo en tareas de mercadeo. Los comentarios más comunes de los emprendedores elegidos son que Endeavor les ayudó a evitar errores, a trabajar más rápido y a pensar en grande. “Lo único que no hace Endeavor es manejar el negocio”, señala Douer.
La presencia de la entidad en Colombia llegó de la mano de la ejecutiva colombiana Diana Gómez, quien se desempeñó como directora ejecutiva de Endeavor, en Nueva York. Durante algún tiempo, Gómez se dedicó a recorrer las empresas nacionales en busca de apoyo, y lo consiguió. “En un principio le dijimos que nuestras responsabilidades nos impedían dedicar tiempo a nuevos proyectos”, recuerda Douer. “Pero al conocer en detalle las proyecciones de Endeavor para apoyar a los mejores emprendedores locales, no dudamos en participar; porque estamos convencidos de que si ayudamos a generar bienestar y riqueza, esa riqueza será el motor del desarrollo que Colombia necesita”.
Qué reciben los apadrinados
» Asesoría permanente, prestada por 32 mentores, en el caso de Colombia.
» Orientación sobre mercados.
» Asistencia en búsqueda de fuentes de financiación.
» Apoyo en desarrollo de producto.
» Soporte en las tareas de mercadeo.
» Reorganización interna.
El carnicero de Endeavor
No todos los beneficiarios son empresarios del sector tecnológico o de servicios.
Endeavor acaba de respaldar, en Turquía, el negocio de un carnicero.
A diferencia de sus pares (dedicados a preparar y vender carne de cordero), éste se enfocó en el ganado vacuno, prácticamente inexistente en su país. Tuvo, incluso, que montar su propia ganadería para sustentar el negocio. Tras iniciar una ronda de demostraciones sobre lo que se podía hacer con la carne de vacuno, terminó montando un concurrido restaurante. En su campo, se ha convertido en rey.
Endeavor en América Latina
Chile, Argentina, Brasil y México conforman el cuadrilátero de excelencia de Endeavor en América Latina.
En Chile, los resultados han sido sobresalientes. Mientras el crecimiento del PIB nacional ha rondado el 5,5 por ciento, los emprendedores de Endeavor han asegurado aumentos en sus ingresos del 28 por ciento.
En el caso de Argentina, Endeavor ha comprometido al Estado e, incluso, el gobierno de Buenos Aires la ha incorporado para impulsar negocios innovadores de alto potencial en la ciudad. El ente oficial, con el apoyo de la institución, ha otorgado créditos con intereses del 0 por ciento para financiar 43 proyectos.
Según Albert Douer, miembros de la junta directiva de Endeavor Colombia, el caso de Argentina demuestra lo que puede lograrse tras la unión de esfuerzos entre los sectores público y privado. “Uno de nuestros propósitos, justamente, es educar al Estado sobre el enorme valor de estimular los emprendimientos que generen riqueza y trabajo en el largo plazo”.
En Brasil, la penetración de la entidad es tan alta que el trabajo de orientación lo realizan ahora los propios empresarios beneficiados.
Y en México, el partido de Acción Nacional (PAN) aceptó una propuesta de Endeavor para diseñar una estrategia nacional enfocada hacia la promoción de incubadoras de empresas y fondos rotatorios de capital.
Fuente: El Espectador