Un supuesto progresismo reaparece en el mundo para arrogarse las causas nobles y definirse como el promotor de las buenas intenciones ante los males que se niegan a desaparecer y que atentan contra su sagrada misión. Terry Pratchett escribió en 1994 “Ojalá que vivas tiempos interesantes”, una sátira a la cultura reinante. El protagonista es un vago que desea tener una vida aburrida pero termina sumergido en una guerra revolucionaria. Rebelión en la Granja, de George Orwell, es un relato de ficción sobre el fracaso de la revolución soviética de 1917, de inspiración marxista.
Los cerdos toman el poder en la granja y expulsan al explotador señor Jones. Todos trabajarán igual y repartirán las ganancias. Muy pronto surgen las diferencias entre el líder Napoleón y Sonvall, el encargado de planear. Napoleón consigue expulsarlo y le atribuirá luego la culpa de todos los males, tal como hacen los populismos cuando gobiernan, eligiendo chivos emisarios para achacarles sus errores. Los cerdos dicen que recibieron una herencia envenenada y restringen los bienes al resto argumentando que hay escasez. Mientras tanto ellos mejoran sus beneficios.
En el populismo una clase privilegiada se enriquece, sin atravesar los males que padece el resto, pero el relato habla maravillas del modelo y los protege su discurso: “Lo hacemos por tu bien”. El hambre, la inseguridad, el autoritarismo, son parte del plan para llegar a la felicidad absoluta. Comenzaron su rebelión con 7 mandamientos: todo lo que camina sobre 2 pies es un enemigo; lo que camina sobre 4 patas, o tenga alas, es amigo; ningún animal usará ropa; ninguno dormirá en una cama, no beberá alcohol ni matará a otro animal: todos los animales son iguales. Pero los cambiaron por: Ningún animal dormirá en una cama con sábanas; no beberá alcohol en exceso; no matará a otro animal sin motivo. Rebelión en la Granja revela las miserias y las cortinas de humo de la propaganda, para que no nos sometan ni seduzcan con el canto de las sirenas. Según el relato populista vivimos tiempos interesantes. Un observador diría: paren este mundo tan interesante que me quiero bajar.
En 1966 el senador Robert Kennedy pronunció su famoso discurso ‘Una ola de esperanza’, en Sudáfrica. Mandela acababa de ser condenado a cadena perpetua y Kennedy logró la frase mágica: retórica afortunada, imagen impecable y público entregado. Algunas de sus frases han pasado al imaginario del bestseller político: «Cada vez que un hombre lucha por una idea o para ayudar a otros o se rebela ante la injusticia, está generando una pequeña ola de esperanza y millones de esas pequeñas olas cruzándose entre sí y sumando intensidad forman un tsunami capaz de derrumbar los más poderosos muros de resistencia y opresión». El apartheid tardaría aún 28 años en caer, la política atrasa con respecto a las frases brillantes. Kennedy fue asesinado. Vivimos tiempos más abiertos para explicar cómo las sociedades crecen y los pueblos se unen en ciertos momentos. En tiempos caóticos merecemos más que políticas de autoayuda: una retórica brillante. Ante la comunicación instantánea las noticias no son un monopolio. En 1966 no se había inventado la rueda de prensa sin preguntas, ni la política sin declaraciones. Qué tiempos aquellos.
Hay países interesantes. The Economist declaró a Uruguay el país del año por dos reformas liberales tomadas en 2013: el matrimonio gay y la legalización de la marihuana. Inspiradas en la cultura de la libertad, fueron adoptadas por el gobierno de un movimiento que antes no creyó en la democracia. Mujica, que en su juventud fue guerrillero tupamaro, asaltó bancos y pasó años en la cárcel torturado por la dictadura, ha respetado las instituciones democráticas -libertad de prensa, independencia de poderes, coexistencia de partidos, elecciones libres, economía de mercado, propiedad privada y aliento de la inversión extranjera. Vive en su pequeña chacra, viaja siempre en segunda clase y dio a Uruguay una imagen de país estable, moderno, libre y seguro, lo que le permitió crecer económicamente y avanzar en la justicia social al mismo tiempo que extendía los beneficios de la libertad. Uruguay tiene una tradición democrática y se la llamaba «la Suiza de América» por la fuerza de su sociedad civil, el arraigo de la legalidad y unas fuerzas armadas respetuosas de la constitución. Había reforzado el laicismo y una poderosa clase media, con buena educación, rica vida cultural y un civismo equilibrado, que era la envidia del continente. En los años 60, pese a todo, sucumbieron a la fascinación de la utopía revolucionaria con acciones violentas que destruirían su «democracia burguesa» para reemplazarla por una dictadura de derecha que llenó las cárceles de presos políticos, practicó la tortura y obligó a exiliarse a muchos. El drenaje de talento fue uno de los más críticos que haya vivido en la historia un país latinoamericano. Sin embargo, la tradición democrática y la cultura de la legalidad y la libertad, resurgieron después del terror y, al caer la dictadura floreció con una experiencia acumulada que ha educado tanto a la derecha como a la izquierda, vacunándolas contra el pasado. La libertad tiene sus riesgos y quienes creen en ella deben estar dispuestos a correrlos en lo cultural, en lo religioso y en lo político. Así lo ha entendido el gobierno uruguayo y hay que aplaudirlo por eso. Ojalá otros aprendan la lección y sigan su ejemplo
Silvio Berlusconi, el encantador de serpientes. En Italia no se viven tiempos interesantes. Cuando piensa en Berlusconi viene a la mente una persona muy simpática, fascinante como todo vendedor, sabe ponerte de su lado, hacerte creer que eres el mejor. Hay que distinguir las características personales del rol político que desempeña. Si tuvo el éxito que tuvo en su carrera política es por su capacidad de atracción muy fuerte. Ha sabido utilizar el dinero para atraer a las personas y para multiplicar su fortuna. Sabe aprovechar sus dotes de encantador. Si estuviera en la India sería un encantador de serpientes. Mezcló negocios personales con la política. Y cambió, para mal los valores de la gente.
Populismo pseudodemocrático. El hombre es él y sus circunstancias decía Ortega y Gasset. El hombre se hace hombre en un contexto humano, creado entre lobos será un lobo y con el lavado de cerebro se convertirá en un robot, como logró Chávez en Venezuela. El dilema de la democracia es que puede ser manipulada y así un dictador puede redefinir una tiranía como socialismo democrático. Entonces el cerebro se quema, y olvida que puede estar contra el imperialismo y también contra Chávez. La maldición de los recursos naturales se da en los países bananeros donde un supuesto salvador de la patria se los apropia para sí y para sus amigos. Hoy el ejército, mañana la prensa, pasado las empresas. Les basta con tomar el control de las instituciones cambiando el directorio y los cuadros gerenciales para luego perpetuarse en el poder. Pero un día la realidad se hace sentir, más tarde o más temprano. Esta dirección populista de la política está creando en Venezuela una ola de pobres.
La filosofía como ejercicio del espíritu. Es el instrumento del diálogo. No hay interioridad sin el descubrimiento y aceptación de la realidad. Hay un aburrimiento negativo que lleva al afán inmoderado por la novedad, a la dispersión, inquietud e, indiferencia ante lo grande y a un espíritu pequeño, a la maldad y a la desesperación. Ese tipo de aburrimiento es una desesperación encubierta. El aburrimiento positivo, en cambio, sigue tres pasos: un primer deseo despierta la atención. Enseguida vemos que lo deseado tiene una apariencia engañosa. Pero si, tras el primer deseo, ponemos constancia, encontraremos un segundo momento. El esfuerzo significa mirar algo con amor, el que tiene buena disposición con esfuerzo adquiere el oficio y está en condiciones de recibir el favor divino. Ahora puede llegar al tercer momento: descubrir infinitas novedades en lo que era sólo brillo fugaz inicial. Se consigue así, gracias a una filosofía verdadera que se demuestra en la vida, y que es, por tanto, también -filosofía práctica-, un diálogo, que brinda alegría permanente. Es la verdadera fiesta del espíritu que anuncia que vivirás tiempos interesantes.
Hay dos formas de impedirte pensar: obligarte a trabajar sin descanso u obligarte a divertirte sin interrupción. Entonces aburrirse puede ser de gran utilidad. “Ricos en potencia, ustedes acabarán aburriéndose del trabajo, los amigos, los cónyuges, los amantes, la vista desde la ventana, los muebles, los pensamientos o de ustedes mismos. Tratarán de buscar caminos de escape. Aparte de la autocomplacencia con estos artilugios, pueden dedicarse a cambiar de empleo, residencia, compañía, país, clima; ensayar la promiscuidad, el alcohol, los viajes, las lecciones de cocina, las drogas. Pueden juntar estas cosas y por un tiempo funcionarán. Hasta el día en que se despierten con una familia nueva, en un estado y un clima diferentes pero con el mismo sentimiento frío hacia la luz que se filtra por la ventana.
No hay nada de malo en aburrirse: hay que enseñar y aprender a aburrirse más, sin ningún otro motivo o fin que el de instalarse, de lleno en él, pero en algún momento hay que saber salir. Cuando el aburrimiento te golpee, entrégate a él. Que te aplaste, te sumerja, te haga tocar fondo. Mientras más pronto toques fondo más pronto te levantarás. La idea es mirar de frente lo peor. Como una especie de acto de rebeldía, de recogimiento o de salud pública: si la gente se aburriera más y se concentrara en sí mismo, tal vez diría menos estupideces, existirían menos conversaciones intrascendentes, menos programas de TV idiotas, menos películas olvidables y libros banales y menos políticos corruptos y populistas.
El espacio es más importante cuanto está vacío, el temor a la falta provoca el horror al vacío. Aristóteles creyó que la naturaleza lo aborrecía. Nada debía quedar vacío. Einstein mostró que el vacío podía transformarse en energía y que es el substrato de lo real. Entonces se dejó de considerar al vacío como opuesto a lo real y se aspira a encontrar en él la solución de los problemas energéticos. Para el oriental el vacío es la realidad profunda, occidente tardó en verlo necesario para la presencia de las cosas. El vacío no se llena porque el universo se encuentra en continua expansión.
Hay que llenar el vacío con ideas que generen valor. Son las buenas ideas –que no ocupan espacio- las que nos mueven hacia un futuro mejor.
Valentía es aprender a desear, el deseo es un motor. Querer lo que deseamos y desear lo que queremos. Al principio Yo soy mi deseo y me identifico con lo que Yo quiero. Pero debo limitar al deseo egoísta para que no aparezca como fantasía. Así empieza la conexión. Hay que borrar el brillo fugaz y entrenarse para mirar. Sólo se aburren los aburridos. Como dijo Dylan Thomas: “Alguien me aburrió. Creo que soy yo”.
El populismo miente con el crecimiento. Sus estadísticas no hacen foco en la desigualdad para determinar si lo aprovecharon para construir un país más justo. La mejor sociedad no es la que más tiene sino la que supo organizarse para que todos vivan mejor. Una ciudadanía que no tiene acceso a la información no puede saber hacia dónde se dirige. Inequidad e inseguridad tienen vínculos estrechos. En lugar de enfocar las causas del delito se enfatiza el castigo. En un período de globalización donde el conocimiento de los objetos de consumo atraviesa todos los estratos sociales, los menos favorecidos no vislumbran cómo mejorar. Si a la pobreza se agrega la ausencia de políticas contra las drogas, se está convirtiendo a la actual generación en una «generación perdida». El enfoque que se limita al castigo de delitos, solo trae más pobreza, exclusión y más crimen.
Al generar grandes partidas para combatir el crimen con gastos en prisiones, se genera un círculo vicioso. La Argentina destina u$s 30.000 por año por cada una de las 50.000 personas encarceladas. Es gravoso para los pobres pues, por un lado, aumenta su exclusión y, por el otro, resta fondos al presupuesto que podrían destinarse a políticas vinculadas a educación, salud o nutrición que sirvan para disminuir la desigualdad.
2 millones de jóvenes «ni ni», que no estudian ni trabajan deben ser asistidos para capacitarse e identificar sus posibilidades de crecimiento personal y profesional. Una parte relevante del presupuesto nacional va dirigido a programas que no están destinados a derechos claves, como los que van a la publicidad oficial, las transmisiones futbolísticas o los subsidios para personas de altos recursos. Si a eso se le suma la falta de persecución de los delitos por corrupción, se advierte el fracaso en la misión de un gobierno que se autodenomina progresista.
Deng Xiaopong en 1978 terminó con las ideologías. No importa si el gato es blanco o negro, dijo, si caza ratones es un buen gato. En 30 años China creció al 9.9% anual. La revolución está en la mente, la mente cautiva de la ideología no es una mente capaz. Hoy China es un país que se encuentra entre los primeros al medir el rendimiento de su educación, según el informe Pisa de la OCDE.
Inteligencia país. Es un proyecto consensuado que sepulte al populismo y los daños que provoca. Para lograr metas se necesitan planes. No admitimos que un edificio se construya a ojo pero dejamos que la casa de todos funcione a dedo. Inteligencia país no es sumar inteligencias sino organizar la vida pública para desarrollar el capital institucional. Inteligencia país es el modo de gestionar las capacidades y recursos para promover el bienestar general, con meritocracia y no con amiguismo, con administradores profesionales y no con clientes o socios del poder turno.
El Coeficiente Gini. Cero es igualdad y uno desigualdad absoluta. Sin políticas públicas no hay equidad. La educación es la solución para acortar diferencias, es una estrategia a largo plazo y por eso los populistas la rechazan. Los países de Noreuropa hicieron de la educación su política de estado, eliminaron la pobreza y mejoraron su economía. Claro que allí las estrellas no son los ricos y famosos sino los maestros.
La era del desarrollo. Jeffrey D. Sachs fue nombrado por secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, director de la Red de Soluciones de Desarrollo Sustentable, que moviliza a expertos científicos y técnicos del mundo académico, la sociedad civil y del sector privado en apoyo a la solución de problemas de desarrollo sustentable a escala global. La red alentará a las universidades a participar en la nueva era de enseñanza global online. La meta será equipar a los jóvenes de hoy para usar sabiamente el poder que pasará a sus manos para enfrentar los grandes desafíos.
Hace medio siglo, John F. Kennedy observó que «el hombre tiene en sus manos el poder de abolir todas las formas de pobreza humana y todas las formas de vida humana». Nuestra generación puede terminar con el antiguo flagelo de la pobreza extrema. Pero también puede destruir el sistema de soporte de la vida de la tierra a través de la devastación ambiental inducida por el hombre. El desarrollo sustentable alienta un enfoque holístico del bienestar humano, incluyendo el progreso económico, fuertes vínculos sociales y sustentabilidad ambiental. Se convertirá en el principio organizador de la política, de la economía e incluso de la ética. Los gobiernos lo ubicaron en el centro de la agenda del desarrollo mundial para después de 2015. Pronto adoptarán Metas de Desarrollo Sustentable (MDS) que ayudarán a guiar al mundo hacia una trayectoria más segura y justa. Así como las Metas de Desarrollo del Milenio, adoptadas en 2000, se han demostrado efectivas en la lucha contra la pobreza y la enfermedad, las MDS prometen dar respuesta a los desafíos de energía, alimentos, agua, clima y empleo. Con las nuevas tecnologías informáticas, la educación está cambiando. Se pueden incorporar más datos, videos, chats en vivo con expertos de todo el mundo. Más gente accede a materiales de alta calidad gratis, antes eran para unos pocos. Los desafíos del desarrollo sustentable demandan ciudadanos conocedores y educados. En los años por delante tendremos que convertirnos en líderes en desarrollo sustentable. Millones de jóvenes tendrán que resolver problemas. 200 países del mundo tendrán que movilizar a los interesados para que cumplan su rol y la educación online abierta será clave para diseminar la información.
Cae la inteligencia institucional. La clase dirigente ha perdido la noción de lo que representa para los demás quien ocupa una función social. Al borrarse el límite que separa lo público de lo privado, las instituciones pierden la trascendencia que las hacen respetables. No se advierte que, al asumir la representación de instituciones, se adquiera el compromiso de respetar el simbolismo y reflejar el prestigio que a ellas acompaña.
La dirigencia deja a una sociedad desprovista de ejemplos. Como por definición las instituciones son formales, resulta paradojal que quienes asumen su representación se desesperen por ser vistos como informales. Es que en la sociedad del espectáculo, caracterizada por la vulgarización, no importan la reflexión y el juicio ponderado sino la presencia permanente para exhibir rasgos vulgares de la vida privada.
En la antigua Roma, contemplando a los soldados que lo aclamaban, Pompeyo -que vestía toga púrpura denotando su poder y autoridad como general y tribuno- pensó que esa gente antes había saludado con igual respeto a todo el que hubiera exhibido esos atributos. Dirigiéndose a Licinio, le dijo: «Sabes, sólo la autoridad de ser dignos nos pertenece para siempre. El poder y la púrpura son prestados. Le pertenecen a Roma».
Son las sociedades las que prestan el poder y la púrpura, las que hacen que quienes las representan, y sólo durante un tiempo, trasciendan. De allí surge la importancia de que, quien asume esa representación, tenga clara conciencia de su rol. Los dirigentes deben dar el ejemplo con una conducta que responda a las preocupaciones más elevadas, asumiendo un compromiso con su rol social. Deben recordar al recientemente desaparecido Nelson Mandela que dijo: La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo. Coelho afirmó que cuando alguien desea algo debe saber que corre riesgos y por eso la vida vale la pena. La posibilidad de realizar los sueños hace que la vida sea interesante. Que tengas buena educación y dulces sueños, así podrás vivir un vida interesante.
* El doctor Horacio Krell es el CEO Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre optimización de la inteligencia. Mail: [email protected]