Si bien cada emprendimiento es un mundo, existen muchos aspectos legales que se repiten a la hora de emprender.
Una vez que empezamos a dar los primeros pasos en un emprendimiento comienzan a aparecer los famosos dolores de cabeza legales.
- Estructura societaria. La sociedad es una herramienta mediante la cual vas a procurar proteger tu patrimonio y te permitirá asimismo dar una imagen más “seria” entre otras ventajas. Ahora bien, ¿es necesario desde un primer momento tener una sociedad constituida? La respuesta es que no siempre. Es algo a evaluar dependiendo de la etapa del emprendimiento en la que te encuentres, el crecimiento que proyectes y los riesgos que tengas por delante. Como dije antes, no siempre en necesario tener una sociedad constituida, pero si es necesario hacerse todas estas preguntas, ¿Para qué necesito la sociedad? ¿Cuáles son mis potenciales riesgos? ¿Quiénes participan del proyecto? ¿Necesito inversores? ¿Cuál es mi proyección de crecimiento? ¿Con qué capital cuento?
- Protección de la marca o producto. Es algo a evaluar dependiendo del producto, de la idea o de la marca. No todo es patentable, pero si es algo que debemos contemplar. Como así también quien va a tener la propiedad de esa patente en caso que existiese. Esto es algo importante a tener en cuenta cuando tenemos inversores o socios estratégicos involucrados. Asimismo es necesario pensar dónde se va a utilizar o consumir esto que pretendemos patentar, ya que cada país tiene normas específicas y a su vez existen convenios internacionales que regulan la materia.
- Creá canales de negocios distintos. Dado que el emprender es una forma de ser, la gran mayoría de emprendedores NO se puede quedar con un solo proyecto a la vez y lleva más de uno al mismo tiempo. En estos casos recomiendo fuertemente que, si bien es más costoso en cuanto a su mantenimiento, procures separar lo negocios a través de sociedades distintas y en lo posible, socios distintos. Cada proyecto nuevo, una sociedad nueva y si es posible socios distintos. El objetivo es evitar que un fracaso te tire por la borda todo lo que conseguiste hasta ahora. Al igual que lo que comentamos en el punto 1. Siempre recomendamos evaluar cada uno de los casos ya que no todos son iguales.
- Acuerdo de socios. Es importante hacer un acuerdo entre los que participan de un negocio. Muchas veces pasa que el emprendimiento se inicia con amigos o familiares, pero esto es un negocio, y así hay que verlo. Un buen acuerdo entre socios y participantes puede ahorrarte un gran dolor de cabeza en un futuro.
- Acuerdos con accionistas/inversores ángeles/ incubadoras/ etc. Es clave tener buenos acuerdos con los inversores ángeles/incubadoras/etc., pero por sobre todo, es necesario tener excelentes salidas de los acuerdos. En los contratos todos se ponen de acuerdo en cómo “entrar” pero lo más complejo es cómo salir. La salida es molesta, conflictiva y puede ser muy dolorosa si no se plantea como corresponde.
Ante cada situación jurídica que se te aparece siempre hay más de una opción posible y creativa para elegir, solo hay que pensar fuera de la caja.
“Emprender es desprenderse y para desprenderse hay que estar seguros”.
por Dr. Juan Raskovsky.Emprendedor y Abogado asociado Raskovsky & Asociados – Abogados, estudio dedicado hace 30 años al asesoramiento integral de empresas y Start-ups con base en Buenos Aires, Argentina. Especialista en asesoramiento a emprendedores & VC. Desarrollo de nuevos negocios. Especialista en Derecho Ambiental, graduado de la carrera de Especialización en Derecho Ambiental de la Universidad Católica Argentina. www.raskovskyasociados.com.ar Twitter: @juanraskovsky @RaskovskyAsoc
Buenísimo el artículo Juan!! Abrazo