Las bolsas van recobrando el pulso lentamente después de años de vulnerabilidad y caos en los mercados financieros, y donde la renta variable ha salido fortalecida desde el punto de vista de la inversión. Aquellas compañías que han sabido capear mejor la crisis, se han diversificado e internacionalizado, han logrado captar la atención de los principales inversores privados e institucionales.
Vamos a ver algunos de los títulos de empresas que más tirón tienen durante 2016:
- Facebook. Con un crecimiento esperado para 2016 del 32%, ya supera ampliamente ese dato. Esto, unido a la inesperada subida de beneficios (180% más que el primer semestre de 2015), hacen de la compañía americana uno de los mejores valores a tener en cuenta a la hora de invertir en bolsa. Facebook ha sabido reordenar sus cuentas y posicionarse dando valor y utilidad a millones de usuarios, obteniendo ingresos por publicidad y servicios.
- Otra de las compañías de redes sociales siempre en el ojo de los inversores. Parece que 2016 será el año definitivo de la red social después de años de fracasos y falsas esperanzas en cuanto al retorno de los inversores, ya que hasta ahora no ha sabido aprovechar la rentabilidad de los millones de usuarios y la publicidad. Para este año se espera un crecimiento en bolsa de más del 60% y unos dividendos mucho mayores que los frustrantes resultados de ejercicios anteriores.
- La banca. Tanto la banca española como la internacional son la cara y cruz de una misma moneda. Por un lado, han recuperado mucha capitalización de toda la depresión durante la parte más cruenta de la crisis, alcanzando en algunos casos valoraciones de antes de la crisis, que sin embargo ha caído en varios baches desde el verano del pasado año, debido fundamentalmente a hechos políticos inesperados, como la caída y dudas sobre la economía china o factores externos como el Brexit y los países emergentes.
- Nuevos mercados de accionariado. La fiebre de las startups no cesa y es normal si tenemos en cuenta el ritmo de crecimiento de estas nuevas empresas, la mayoría dirigidas por millenials, que han optado por crear y llevar a cabo sus ideas. Aplicaciones como Whatsapp, Uber entre otras, que permiten acceder a buenas rentabilidades desde inicio, monopolizadas en su mayoría por fondos de inversión y capital riesgo. Suponen una de las mejores alternativas para la compra de acciones.
Una de las bondades de los mercados financieros, es la posibilidad de comprar acciones de empresas de otros países como hemos visto más arriba. La globalización y la desregulación y apertura de los mercados financieros ha supuesto un flujo de capital que ya piensa en global y no en nacional, pudiendo acceder mediante brókeres y softwares apropiados, a la compra internacional. Es por ello que debemos tener en cuenta tanto la distancia y seguimiento de la compañía, así como términos relacionados con rentabilidad, riesgo, volatilidad, liquidez y similares, es decir, tener una base financiera para la valoración de inversiones.
La rentabilidad de la inversión en bolsa puede venir por dos vías principales. La primera es la plusvalía, es decir, el beneficio directo de la compra-venta de acciones. Depende del perfil del inversor, puede dedicarse a comprar acciones con la esperanza de poder venderlas en un espacio de tiempo y obtener así un beneficio. Por el contrario, otra vía de obtener ganancias es a través de los dividendos de las compañías, por lo que se trata de una inversión a largo plazo, seleccionando aquellas compañías que puedan otorgarnos una rentabilidad anual sobre la inversión dedicada.
Sim embargo, para adentrarse en el mundo del trading e inversión en bolsa debemos de contar con los conocimientos necesarios, ya sea de manera propia o a través de intermediarios financieros o brókeres. Debemos contar con un orden de magnitud que nos permita saber qué cantidad de dinero invertir de acuerdo a nuestras posibilidades y recursos, así como al perfil de inversor que tengamos, no cayendo en errores básicos como invertir en un solo valor o sector declinando la diversificación.
Estos conocimientos nos deberán orientar para realizar un seguimiento de las acciones, cuándo salir de un valor o cómo negociar las acciones en el caso de venta. También es importante establecer una planificación de la inversión que nos permita ver de manera general en qué campos podemos operar y los límites.