Paren el mundo que me quiero bajar. Es la frase que Mafalda nunca escribió. Según Quino, el creador del personaje, ella es muy emprendedora. Hace tiempo que este mundo no para de generar información y coleccionar datos. El problema es que no logra convertirlos en conocimientos a la misma velocidad o que sirvan mejor. La sociedad del conocimiento a pesar de crear información y que parte de ella se convierta en conocimiento, no logra parar la que haya cada vez menos sabiduría. Tenemos datos y a veces sabemos para qué usarlos, pero casi nunca tenemos tiempo para aplicarlos a los grandes problemas de la humanidad.
La geografía más desgarradora es la de la desigualdad que todavía tiene la sociedad. Una población en riesgo, de jóvenes sobre todo, que no estudian ni trabajan, atravesados por la delincuencia, por la droga, por la marginalidad y, lo que es quizás peor, por la falta de sentido de sus vidas. Y es imposible hacerlo porque vienen de generaciones de hogares donde impera la marginalidad absoluta y se debería llegar con política social pura y dura.
Actitudes generacionales Los Baby boomers nacidos entre 1945 son competitivos, buscan ganar, son adictos al trabajo, el poder y el éxito, no piensan en el retiro. La Generación X, de1964, se caracterizó por la rebeldía, romper con las tradiciones, flexibilidad, autonomía. La Generación Y nacida desde1980: aspira a desafíos nuevos, feedback, diversidad e informalidad sin jerarquías. Un balance entre la vida personal y laboral.
La inteligencia apuesta por un mundo mejor. Pero ¿qué es significa? Hasta hace poco se creía que era el coeficiente intelectual. Cicerón adoptó el término para referirse a la capacidad intelectual. En el siglo xx se postuló la existencia de inteligencias múltiples. Goleman popularizó la inteligencia emocional que conoce y maneja sentimientos propios y ajenos, motivación, confianza, creatividad, perseverancia y control de los impulsos.
La voluntad es la que ordena, moviliza e invita a sostener un proyecto personal, para encontrar el verdadero sentido de la vida en torno al amor, trabajo, cultura y amistad.
En este amplio espectro de lo que se considera ser inteligente, se puede identificar un coeficiente racional y lógico (CI) en convergencia con otros. La definición de inteligencia varía desde la flexibilidad para generar ideas, resolver problemas o adaptarse a situaciones nuevas. Algunos miden el pensamiento abstracto; otros la habilidad para aprender.
El factor G. Spearman a principios de siglo propuso la existencia del factor G o inteligencia general que permite tener éxito en tareas cognitivas. Thomson dijo que la aptitud única era una colección de habilidades que Gardner llamó inteligencias múltiples, habilidades particulares que difieren de la “inteligencia general”. El humor, la sensibilidad, la ironía y la creatividad no integraban los tests clásicos. Pero alguien puede ser inteligente sin demasiada educación formal. La “inteligencia fluida” es la capacidad de resolver problemas, con independencia del conocimiento adquirido o “inteligencia cristalizada”.
Quebró su empresa, perdió a su mujer y la relación con sus hijos. Se sentía sin esperanzas. Decidió ver al sabio de la montaña. El anciano con la vista fija en el horizonte escuchó su relato y murmuró: “Todo pasa”. El hombre regresó diciendo: “Tanto viaje para escuchar esto”. Pasó el tiempo, abrió un pequeño negocio que convirtió en gran empresa; volvió a enamorarse y reconquistó a sus hijos. Era hora de regresar a la montaña y hacer partícipe al sabio de las buenas nuevas. Lo encontró igual que aquella vez, escuchó sin inmutarse el relato y, luego se limitó a repetir: “Todo pasa”. Nada en la vida es para siempre.
La sociedad de consumo. Ofrece un radar para imitar a ricos y famosos. Pero ¿es eso lo que queremos? ¿Será la felicidad tener un auto nuevo y pareja, ganar más dinero? ¿No sería mejor buscar la brújula interior que brinda el “conócete a ti mismo”? La espiritualidad se relaciona con saber lo que uno quiere y luego hacer los cambios o crear las condiciones para alcanzarlo. Es un atajo que implica un cambio de visión y de actitud. Así es como en esta época de competencia, individualismo y consumismo, muchos salen a buscar lo trascendente, su potencial de realización y un espacio de libertad. Si la integridad, cumplir las promesas y la voz interior, dirigen la conducta, se generan cambios favorables.
Gardner en “La inteligencia reformulada” presenta la inteligencia existencial, inquieta por cuestiones esenciales de la vida referidas al cosmos y a la condición humana, el significado de la vida y la muerte. Con un mundo desprovisto de virtudes, se intenta hoy volver a lo que es natural para el alma. La crisis actual no es sólo económica y social, es sobre la falta de proyectos vitales. Hay un intento de retomar las riendas de la vida sin delegar el poder y sortear la presencia de obstáculos con la búsqueda de soluciones creativas.
Viktor Frankl (1905-1997), escribió: “Quienes vivimos en campos de concentración recordamos a los que reconfortaban a los demás dándoles su último trozo de pan. Pueden haber sido pocos, pero ofrecieron la prueba de que al hombre pueden arrebatarle todo excepto la última de las libertades humanas: la de elegir su actitud y su propio camino”.
Ser espiritual. Es vivir en concordancia con lo que se siente y con lo que piensa; respetar a los demás y a las leyes naturales. Es ser solidario, vivir con placer, en forma positiva, coherente y responsable. Más que religiosidad, la gente está buscando espiritualidad.
Pese a que algunos se empeñan en reemplazar a la sociedad por el mercado y al ciudadano por el consumidor, otros se encaminan hacia la autogestión. Creen en la superación personal, en aprender a identificar y regular las ideas, las emociones y comportamientos, administrar las energías, capacidades y talentos, sin negar el sentido de realidad que ofrece el contexto. Hacerse responsable de lo que hace o no hace, de lo que emprende o no se emprende, de transformarse protagonista, y no en una hoja arrastrada por el viento.
Signos de buena salud. La conciencia es propensa a la neurosis, a la presencia de una ansiedad que impide conectarse con uno mismo y con el afuera. Eso provoca sufrimiento psíquico, no deja pensar creativamente, hace reaccionar con la necesidad de reeditar el pasado o de crear un futuro de cambios improbables. La inseguridad, pone a la defensiva, sin poder alinearse con el ahora, de donde surgen las respuestas en un espacio propio.
Lo que sucede en el espíritu repercute en el cuerpo, en la sociedad entre cuerpo, mente y espíritu. De la conciencia de sí mismo surgen sentimientos que van de adentro hacia afuera. Si se los ignora, se maneja la vida desde pensamientos que generan juicios, castigos y separación. La práctica espiritual mejora la salud física, mental y emocional, el sistema nervioso autónomo, la presión arterial, el colesterol, las arritmias y cefaleas, la regulación del sistema endócrino e inmune. La espiritualidad es una variable independiente de la salud.
Pocos dejarían librada su enfermedad a la fe; pero la actitud espiritual evita enfermar o bien recuperarse con mayor facilidad ante el dolor, el temor a la pérdida y a la muerte. Es a partir de sentirse acongojado que se busca otra realidad que le otorgue sentido. Eso permite recuperar el coraje para hacer cosas que ni se soñaba que uno era capaz de emprender.
En la última década, heredera de la mirada humanista, la psicología positiva ha ganado su espacio en la búsqueda de la felicidad, evocando emociones positivas y el ejercicio de actividades que desarrollen la personalidad saludable y espiritual. Podemos cambiar el rumbo. La espiritualidad y la autoestima son el sistema inmune de un ser consciente.
Oriente fue antes el viaje a la búsqueda de un conocimiento lejano, hoy llegó a occidente. Vino Oriente, su divulgación comenzó con la Meditación Trascendental. Hoy es conectarse con sí mismo, una experiencia de goce, un camino aceptado y avalado por la ciencia.
El hábito de la meditación. Meditar es conectarse con la conciencia y permanecer en la esencia, en lo profundo, en lo que perdura. Se trata de repetir un sonido que no tiene significado intelectual, que se llama “mantra”. El efecto del mantra es guiar la meditación para lograr la profundización y evitar las distracciones. Lo opuesto a meditar es estar distraído y pensar aferrado a lo que pasó o asustado por lo que va a pasar.
Las angustias se superan creando una energía pacífica, sin escapar de la realidad sino al vivirla de otro modo. Es un cambio de actitud, son 10 minutos diarios de introspección que despejan la mente y alimentan el alma. La práctica funciona como una brújula orientadora. El yoga, la meditación, la respiración, la conciencia plena, los cursos de entrenamiento emocional, permiten escuchar y conectar la mente y el cuerpo, lo que ayuda a vivir mejor.
La zona espiritual. El cerebro tiene su centro de Dios. Los escaneos cerebrales muestran áreas que cobran luz o se activan cuando las personas conversan sobre asuntos religiosos o espirituales. Los que meditan cambian su estructura cerebral. A mayor materia gris, mayor posibilidad de desplegar las tres inteligencias: intelectual, emocional, espiritual.
La Universidad de California comparó cerebros de 44 personas: 22 sin antecedentes de meditación y 22 entrenados. Los meditadores tenían más materia gris en la zona espiritual. En las cárceles la meditación logró que los índices de criminalidad disminuyeran.
Promueve cambios en estilos de vida, desalienta el uso de tóxicos, estimula actitudes positivas de superación, relaciones interpersonales de ayuda mutua, permite ver lo oscuro y la grandeza del alma en el silencio. Se medita para sanar. Se puede ser un yogui sentado y quieto, o haciendo las cosas de la vida cotidiana, en interacción con los demás.
No es complicada la vida, la mente la complica. Con la conciencia plena se aprende a centrar la atención, a respirar y a ver con claridad el mundo interno y externo. Un tipo de inteligencia maneja el cuerpo. Los sabios sabían que está más allá. Su manifestación visible es la respiración. Si abandona el cuerpo se descompone porque pierde su función.
Ciertos trastornos no se pueden tratar desde lo psicológico, vinculado al pensamiento sino desde los sentimientos. En los jóvenes existe la necesidad de explorar una vida más plena.
La zona espiritual está detrás de las creencias, es lo universal a lo que todas las religiones adhieren. La fe es una certeza que se entiende y construye desde la experiencia, no se puede poner en palabras pero se siente. Lo que hay detrás y encima es el amor al que negamos porque como dijo John Lennon la vida se nos pasa mientras seguimos haciendo planes.
Cada quien sabe cuál es su verdad, su sentir y su camino y tiene la libertad de recalcular o dar un golpe de timón para cambiar de ruta. La espiritualidad es una elección y una responsabilidad. Ocuparse de espiritual evita caer en la seducción del «canto de sirenas».
La psicología, el psicoanálisis, la neurología y la física cuántica avalan la visión que lo esencial es invisible a los ojos. No es pensar más sino conectarse y sentir desde otro lugar. La trascendencia lo llega del futuro sino de la conexión con el ahora que es lo verdadero.
Queremos escapar del desorden, del caos, del apego, de la superficie frívola, de la falta de opciones, de la felicidad aparente en el éxito, del tener. Debemos conectarnos es con lo que somos, que no está en el escenario. El sufrimiento existe, el caos existe; pero hay un camino para trascender a la “iluminación”. Es el darse cuenta de que uno tiene luz interior, que somos el reflejo de una propia creación y que podemos transformar el mundo exterior. Freud, más allá de toda la teoría sobre el origen de la neurosis, tuvo un gran hallazgo que es la asociación libre de las ideas. Y cuando a un ser humano se lo escucha surgen estímulos conscientes que son las palabras, pero también surge una plataforma de escucha, y meditar es escucharse, para soltar los pensamientos y permanecer atentos a la base, a la conciencia que escucha los propios pensamientos. Hoy la escuela psicoanalítica integra la escucha freudiana con la meditación. La experiencia de escucharnos crea efectos terapéuticos.
- Test. ¿Cómo evaluar el coeficiente espiritual? 1- Interrogarse sobre el sentido de los actos, con independencia del beneficio material. 2- Prestar atención a los mensajes del cuerpo sin exponerlo demasiado. 3- Reaccionar ante las necesidades de los demás. 4- Disfrute en contacto con la naturaleza. 5- Respeto de toda forma de vida. 6- Ejercer un consumo responsable de bienes y recursos naturales. 7- Conmoverse por un atardecer, una flor, otra manifestación de la naturaleza. 8- Emocionarme ante una obra artística: música, danza, pintura, escultura, teatro, cine. 9- Cultivar valores que impulsan a ser mejor persona cada vez. 10- Vivir con la mayor coherencia entre sentimiento, pensamiento y acción. 11- Tomar conciencia de uno mismo; descubrir la sabiduría interior; lograr la transformación pese a cualquier adversidad o circunstancias de la vida y, hacer posible la trascendencia.
Gerente de mi futuro. El objetivo de muchos es retirarse para estar más en familia o hacer lo que les gusta. Sueñan con retirarse antes o cambiar por una actividad de mayor calidad de vida. El abandono ejecutivo a tareas para las cuales se sobrecalifica, brinda paz emocional y un ritmo desacelerado. Las nuevas generaciones buscan proyectos desafiantes personal y profesionalmente. Pueden emprendimientos, hobbies o deseos postergados.
El dinero es importante pero puede impedir hacer el deporte deseado, estar con amigos o con la familia, soportar un ambiente de trabajo incómodo o una tarea que no desafía.
Es respetable la decisión de retomar proyectos postergados ya que el tiempo de vida es escaso y único, y las personas debieran intentar realizar lo que le de sentido a su vida.
El peligro radica en que el retiro anticipado no haya sido analizado responsable y estratégicamente. La frustración es directamente proporcional a las expectativas insatisfechas. Mantener un nivel de actividad pleno y estimulante protege del envejecimiento cognitivo. Lo ideal es que un trabajo atractivo se alinee con los proyectos. Entonces, lejos de jubilarse, perseveran en su trabajo, lo cambian, pero no lo abandonan.
Los círculos de atención. La dupla meditación-atención se activa alterando los estados conciencia para construir mapas mentales creativos sobre cualquier tema. Chopra lo llama sincronizar el destino y requiere preparar el proceso creador. Las creencias lo traban, porque impiden imaginar. La lógica te lleva de A a B, la imaginación te lleva a cualquier parte. La meditación rompe la rutina, abre la mente. Hay que meditar sin reglas fijas, así el cerebro analiza con finalidad estratégica y el corazón sintetiza ideas inspiradoras.
No se puede vivir con el corazón cerrado ni con un pensamiento insensible. Las ideas no se pueden programar pero se pueden inducir. Convertir la resiliencia en estrategia combina el desafío cognitivo de eliminar la negación y la arrogancia, el estratégico de crear experimentos tácticos, el político de ubicar los recursos donde crean mayor retorno y el ideológico de entender que la renovación importa tanto como la optimización.
Inteligencias complementarias. La inteligencia espiritual es la fuente que nutre a todas las demás. Pero su complementación es la que permite convertir el espíritu en materia.
El CI -coeficiente intelectual- mide la capacidad de resolver problemas, el CE, emocional, la posibilidad de automotivarse y de motivar, el CES -coeficiente de inteligencia espiritual- cómo nos relacionamos con el todo y los principios universales. El CES tiene la fortaleza del porqué, el CI y el CCR -coeficiente de creatividad- sugieren qué hacer, la visión. El cómo hacer, implica la disciplina del CEJ – coeficiente de ejecución-, el CE es el Quantum de la pasión. La inteligencia espiritual orienta a todas las demás.
El dr. Horacio Krell es el CEO Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es [email protected]
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