Se puede hacer bien lo que está mal o mal lo que está bien. Sobre eficiencia y eficacia se han derramado litros de tinta y los libros inundan las bibliotecas. Eficiencia es hacer las cosas bien y eficacia es hacer lo correcto. Eficacia y eficiencia no son de izquierda ni de derecha. Hacer bien lo que está mal es el camino al fracaso, en cambio hacer mal lo que está bien facilita el aprender de la experiencia.
Desde que las máquinas hacen lo que antes hacía el hombre, este ganó tiempo libre. El extremo es la vagancia que el diccionario define como pereza, holgazanería o falta de ganas de hacer algo. Vago tuvo siempre una connotación negativa y peyorativa. Es el que no produce y además es un estorbo.
Los mitos explican el origen o la causa de algo, lo justifican, le dan significado y hasta organizan estructuras sociales. Si los aceptamos los convertimos en verdaderos. Muchas veces hay que desaprender y terminar con ciertos mitos o, al menos, cuestionarlos. Vamos a hacer esto con el mito del vago.
El test del vago: Evalúa con humor la conducta humana ante ciertas situaciones.
1.- Sales a comprar, vuelves a casa y olvidaste comprar algo. ¿Qué haces?
A- Sales inmediatamente a comprarlo.
B- Lo dejas para después…
C- Otra vez será…
2.- Estás calentito en el salón, pero quieres un vaso de leche ¿Qué haces?
A- Te levantas y lo preparas.
B- Lo pides: ¿me alcanzas un vaso leche?
C-Solo pensar en levantarme te quita las ganas.
3.-Estas tumbado en el sofá, cansado, pero te entra frío, ves una manta en el sofá de al lado y….
A.- Haciendo un esfuerzo te levantas y te cubres con ella.
B.-Intentas por todos los medios alargar el brazo o tomar algún objeto que te permita alcanzar la manta.
C.-Prefieres pasar un «poco» de frío.
4.-Estas viendo una película muy aburrida, pero como el DVD no tiene mando, debes levantarte a pararla….Entonces:
A-La cambias sin dudar.
B-Esperas un poco por si da un giro radical y te entretiene un poco.
C-Te la tragas entera.
5.- Estas viendo la tele y tienes sed, ¿Qué haces?
A- Te lanzas a la heladera.
B-Esperas a que venga alguien y te la traiga.
C-El agua más cercana que tienes es la del canario así que…
6.- Sales a comprar un vino. En la tienda de al lado cuesta el doble que en el supermercado de tres cuadras más adelante. ¿Dónde la compras?
A-Caminas un poco más y ahorras.
B-La compras al lado.
C-Vuelves a casa y bebes agua.
7.-Estas navegando por Internet y se te antoja un helado. ¿Qué haces?
A- Naturalmente vas a por él.
B-Levantas el dedo y esperas que Dios exista y te tire uno.
C-¿Quién dijo que querías un helado?
8.-Llegas de trabajar, te encuentras la mesa puesta, te sientas a comer, y cuando vas por la mitad, te das cuenta de que no hay cerveza.
A- Vas por ella.
B- Se la pides a tu mujer: eres la más guapa del mundo, el arroz está exquisito, ¿me haces el pequeño favor de traerme una cerveza?
C- Otra vez será….
9.-Domingo por la mañana, estas en la cama, pero hay misa y debes llevar a tu hijo. Viene el pequeño y pregunta: ¿Vamos a ir a misa?
A-Por supuesto: vas.
B- No….es que resulta…que el cura está enfermo y hoy no hay misa.
C- Te hace el dormido y no contestas.
10.-Estas jugando al fútbol y le pegas con la pelota a un hombre que se la lleva.
A-Sales corriendo como alma que lleva el diablo, le pides disculpas y recuperas el balón.
B- Le pides a alguien que vaya a buscarlo
C- Baaaaa… el balón está firmado por Messi pero, ¿Quién es ese?
Si tienes mayoría de A: Eres lo mejor que existe a la hora de moverse y activarse. No tienes problema en hacer algo cuando te lo piden. Equivalencia: Robot.
B-De vez en cuando te levantas por algo (siempre y cuando sea para ti) y si hay que andar un poco más, va a ser que no. Equivalencia: Persona normal.
C- Hay que ser vago para sacar mayoría de C. Si tienes frío, te aguantas, si tienes que pagar más lo haces para no caminar. Estás en el ranking de los vagos.
El ocio productivo. Hay quienes creen que el ocio es trabajo para los demás, porque el vago, haciéndose el «distraído», les carga su tarea. Hay gente que parece ocupada en poner las ideas en orden, a la espera del momento justo. No está nada mal, pero siempre que le pongan un límite, dejen de analizar y se pongan en marcha. Perder el tiempo obedece a causas diversas. Procrastinar es dejar mañana lo que no puedes o no quieres hacer hoy. Pero no realizar una idea productiva, puede no ser una vagancia física, sino con una «vagancia emocional» que tiene sus orígenes en el miedo al fracaso.
La pereza productiva propicia ideas lucrativas, como la de poner al dinero a trabajar para uno, echando por tierra el concepto de que el trabajo arduo es el generador de la riqueza. El ingreso activo es la retribución al esfuerzo y al tiempo dedicado a generarlo. Por el contrario, el ingreso pasivo se genera con algún activo físico, inversión o sistemas de negocios que no requieren a presencia física del generador de la riqueza.
¿Está bien considerar vago al que obtiene dinero de ese modo? Los ingresos pasivos son un síntoma de vagancia tan solo para quien no puede obtenerlos. A esa frustración le suelen sumar una connotación negativa sobre los que obtienen el dinero fácil. El sacrificio y el trabajo duro son la forma generalmente aceptada de generar el dinero necesario para sobrevivir. Según el mandato bíblico “Ganarás el pan con el sudor de la frente”.
Una historia sobre la verdadera riqueza. Un hombre rico paseaba en un pueblo de pescadores por la playa, y vio a un pescador dormitando en su barca. Se acercó y le dijo: ¿no sale a pescar? Sí, salí temprano ¿No va a salir otra vez? ¿Para qué? Ya pesqué lo suficiente. Pero si usted pescara más, conseguiría más dinero, ¿Y para qué quiero más dinero? Podría tener un barco más grande. ¿Un barco más grande? Con un barco así usted conseguiría más pesca y eso significa más dinero ¿Y para qué quiero yo tanto dinero? Con más dinero podría comprar varios barcos, y entonces pescaría mucho más, y se haría rico ¿Yo? ¿Ser rico? Tener coche, viajar, tener comodidades ¿Y para qué quiero yo esas comodidades? ¿Cómo es posible que no lo entienda? Si usted tuviera riquezas, entonces podría retirarse a disfrutar y descansar. Pero, caballero: ¿no ve usted que eso es justamente lo que estoy haciendo ahora?
Vagancia emocional. Estar ocupado tiene buena prensa pero no es sinónimo de ser un productivo generador de valor. En lo referente al trabajo, estar sentado, sin hacer nada no es más que un síntoma de estar en el rincón del vago, porque a nadie se lo encuentra «mirando al vacío» hoy. La irrupción de Internet eliminó el «tiempo muerto» porque es prácticamente imposible saber si quien mira la pantalla está haciendo algo o está haciendo huevo.
Mantener conversaciones difíciles pero necesarias, implementar ideas y trabajar en lo que nos gusta, sin miedo al fracaso, no es vagancia emocional. Tampoco lo es tener empleados que trabajen para uno, adquirir cultura financiera sobre inversiones o emprender nuevos negocios.
La «vagancia emocional», es una forma de pereza moderna que impide concentrarse en los aspectos que podrían mejorar nuestra calidad de vida: la tan ansiada independencia financiera llega en el momento en el cual los ingresos pasivos, los no derivados del trabajo, cubren los gastos fijos.
Llenar el vacío. Aristóteles creía que la naturaleza aborrecía el vacío. Hay quienes sienten miedo al no hacer nada. Tienen un vacío interior y lo ocultan acumulando dinero u objetos por si algún día les faltan o arrastran odios, tristezas y miedos. Así ocupan un espacio vacío que debería estar ocupado por los recursos productivos. Cuando nos llenamos de trabajo lo urgente reemplaza a lo importante. También hay artistas que no descansan hasta que no ven su obra terminada. El horror al vacío retrasó la idea de Demócrito que los átomos se mueven gracias al espacio vacío, hasta que Einstein mostró que el vacío podía transformarse en energía. El vacío no se opone a lo a lo concreto, en el vacío se podrán hallar soluciones para problema energético de la humanidad.
El poder del vacío. LaoTse dijo “Se agujerean paredes para hacer las puertas y ventanas al construir la casa, y la nada de ellas es lo más útil.
Así, pues, en lo que tiene ser está el interés. Pero en el no ser está la utilidad.”
Para los orientales el vacío es la realidad profunda, occidente tardó en entender que es necesario para la presencia de las cosas. La Naturaleza no siente horror al vacío, es el hombre quien le teme, como derivación de su miedo a la muerte. Precisamos llenar el vacío pero está mal visto el tiempo libre.
De la nada. Ese algo que es nada (el vacío) tiene energía que genera con partículas subatómicas de signos opuestos. Somos polvo de estrellas, de explosiones cuya violencia escapa a la imaginación. Flotamos en un vacío que no es vacío, viajando por un espacio que se recrea ¿Cómo imaginar que de la nada surja una energía de la que nacen las cosas? Habría que imaginar y derivar las causas de los efectos ¿Cómo llenar el vacío? Lo que no se usa se pierde ¿Para qué tener lo que no usamos? Sin espacios vacíos de tiempo no conoceríamos gente, ni cambiaríamos de trabajo. Llenarlo con basura impediría lograr la prosperidad. Es preciso el vacío para que la novedad llegue. Sin vacío la mente no puede pensar ni crear. El vacío atrae lo que se desea, cargarlo con cosas inútiles lo clausura. Los bienes precisan circular, hay que cambiar lo que es obsoleto por algo que sirva y donar el resto. Guardar no es administrar que es conseguir. Guardar por guardar sin un plan es la cobardía que justifica la inacción. Es creer que mañana algo faltará y no se sabrá cómo solucionarlo.
En los problemas el vacío es parte de la solución. Cuando la inspiración llegue espero que me encuentre trabajando, dijo Picasso. Recibir el aliento proviene de un origen incierto. El hemisferio izquierdo activa las rutas neuronales de la lógica que llevan a la solución normal. Si esta no aparece el pensamiento salta al hemisferio derecho que parte del resultado deseado y retrocede realizando asociaciones y nuevas conexiones. Arquímedes dormía en la bañera, un minuto antes despertar gritando: ¡Eureka!, lo encontré. Para potenciar la creatividad, hay que romper el control del hemisferio izquierdo dominante, que descarta las ideas no convencionales. Como dijo Einstein, en momentos de crisis la imaginación es más importante que el conocimiento.
El proceso va desde la incubación hasta el insight creativo. Einstein definió la locura como el deseo de mejorar pero seguir haciendo lo mismo.
Esto es lo que hay, así son las cosas, es lo que te toca vivir. No hay que creer esos mensajes. Es preciso crear el rincón del vago para invitar a lo que se desea y sin miedo de despegarse de lo que molesta. No hay nada estático, todo va y viene desde lo desconocido. Algunos ven el peligro en el vacío, pero en la dificultad aflora el talento. La historia la escriben los que ven en el vacío la imagen de lo que serán y se creen arquitectos de su propio destino.
La autoestima es el amor por uno mismo que llena el vacío del alma, nos hace mejorar y atrae personas y recursos valiosos. Para incrementarla hay que cumplir con las promesas. La rebaja de autoestima la confirma una voz interior que nos recrimina por el autoengaño. El problema se soluciona al aceptarse como uno es y entonces progresar. Una tarea personal e indelegable es adoptar buenos hábitos. Lo que se guarda sin sentido, las relaciones que no se activan, los afectos que no se demuestran, los odios sostenidos: son costos de oportunidad. Un espacio mal ocupado implica clausurar otros mejores. No se trata de no llenar el vacío, sino de cómo y con qué. Pero el vacío nunca se llena porque el universo se encuentra en continua expansión. Se trata de completarlos con ideas que generen valor. Son estas buenas ideas – las que no ocupan espacio- las que movilizan al mundo hacia un futuro mejor.
El vago se hace emprendedor. Para el año 2020, el principal empleador de la economía será uno mismo. Chico o grande, formal o informal, por necesidad o en busca de cumplir su sueño, el fenómeno emprendedor crece con nuevos proyectos. El término entrepreneur sonó fuerte en la década del 90, cuando surgió un ecosistema de startups de base tecnológica y empresas que fueron motorizadoras de cambio.
La pasión es la clave. Si falta pasión faltará el empuje para llevarla a cabo cuando las cosas se compliquen. Emprender es sentirse dueño de su destino. Tener flexibilidad horaria, rodearse de un equipo de gente: emprender es una forma de vida. Algunos emprenden por necesidad, otros por amor a la libertad, por cansarse del trabajo dependiente o para cumplir sus sueños. Son pequeños luchadores de la vida para quienes emprender les permite vivir de lo que les gusta, pero tomándotelo en serio. Es lo mejor que se puede pedir a un trabajo. Los emprendedores movidos por la necesidad muestran niveles inferiores de bienestar que los motivados por la oportunidad. Dedicando el 5% de tu tiempo podrías cambiar el 100% de la vida de otra persona. Si el 5% de la gente decidiera colaborar con algún proyecto solidario la humanidad dispondría entonces de 131.000 millones de horas invertidas en ayudar al prójimo
Slow down. Se precisa tiempo vacío para reflexionar. El aburrido y el vago pueden ser también creativos motores del cambio. Los soñadores frustrados pueden gastar toda su energía en odiarse u odiar al mundo y encontrarse con que no les queda atención para nada más. Los que buscan emociones violentas son presa fácil del aburrimiento negativo cuando sienten que el mundo no se mueve lo bastante rápido. No es un sentimiento agradable y surge el impulso de enfrentarlo de modo impropio. Ese tipo de aburrimiento es como las arenas movedizas: cuanto más nos movemos, más nos hundimos.
Slow down o desaceleración es luchar contra la tiranía del reloj. Es vivir con modestia y pensar con grandeza consumiendo menos, tomando conciencia que los horarios extremos amenazan la salud, la familia y las relaciones. De este modo se consigue más eficacia, compromiso, y terminar la jornada con una mejor disposición para disfrutar de la vida. El Movimiento Slow se pregunta: ¿Es necesario vivir acelerado? ¿Se disfruta? ¿Por qué nos seduce esa cultura? ¿Ganar dinero para asegurar un futuro incierto requiere no gozar de lo cotidiano? ¿Por qué no caminamos al trabajo si está cerca? ¿Por qué no levantarnos antes y tomar un buen desayuno? ¿Por qué no dejamos que sea la misma vida la que nos marque el ritmo?
Elogio al vagoneta. Quien va despacio, va lejos; quien corre se dirige hacia la muerte. Los que no varían lo que comen no tienen amplitud de criterio, no perciben con claridad ni poseen una buena memoria. Su capacidad cognoscitiva disminuye, la comida es sólo un combustible para el cuerpo. Cada año decenas miles se suicidan porque no soportan ese tipo de vida. La tecnología crea sistemas tan veloces que no puedan usarse, softwares tan rápidos que no los acepta la PC. ¿Para qué tanto apuro? El vago productivo usa el espacio vacío para disfrutar. Así le llegan las ideas que luego convierte en oportunidad
Los humanos vivimos 700.800 horas y 70.000 las ocupamos trabajando. Adoptando los principios de la vida slow, prestemos atención a las 630.800 horas no laborales para ganar en felicidad y tranquilidad. Vivir a mil desconecta los sentidos de la conciencia, la tensión mata, la creatividad muere. La educación para la vida fast hace correr a velocidades imposibles sin enseñar los métodos facilitadores de la acción. En la película «Perfume de Mujer» el ciego invita a la chica a bailar y ella responde: «No puedo, pues mi novio va a llegar en pocos minutos». Él dice: «Pero en un momento, se vive una vida», y la saca a bailar un tango. Es el momento clave del film. John Lennon dijo una vez: “La vida se nos va mientras nosotros seguimos haciendo planes».
Dr. Horacio Krell Ceo de Ilvem. Su mail de contacto es [email protected]