A veces, los anunciantes no tienen en cuenta que el producto también comunica.
Más allá de la publicidad, la promoción, el POP, la comunicación directa o cualquier otra acción de comunicación de marketing, el producto en si mismo, “anuncia”.
Tu producto o servicio habla. De calidad, de estilo, posicionamiento o personalidad de la marca, de relación competitiva de precios y de tantas otras cosas.
¿Cómo lo hace? A través del producto en si mismo, del packaging o presentación, del lay out de sus locales, de su marca, de su distribución, de su estrategia de precios, y de tantas otras manifestaciones que se hacen perceptibles en su compra, consumo o prestación, más allá de sus comunicaciones propiamente dichas.
Hace algo menos de dos meses comenzamos a trabajar para la cadena de casas de empanadas Morita.
Todavía no empezamos a trabajar en su comunicación, sólo en su presentación.
Avanzamos en el restyling de su marca, su packaging, su oferta y el layout de sus locales en, hasta ahora sólo dos de sus sucursales.
Las mismas aumentaron un 65% su facturación.
Todos los productos comunican.
Un local con buen diseño en su logotipo, y en sus locales, incluso con personalidad, pero con sus marquesinas gastadas y mal iluminadas, al igual que su interior no dice lo mismo que otro en óptimas condiciones.
Si tuvieras que comprar empanadas, ¿donde lo harías?
Y si estuvieras evaluando franquicias para hacer una inversión, ¿por cual te inclinarías?
Parémonos frente al espejo. Pensemos: ¿Qué queremos que se perciba de nosotros?
Y comencemos a probarnos trajes hasta sentir que estamos comunicando lo que realmente queremos. Recién en ese momento estaremos listos para salir a la calle.
Aunque no lo hagan concientemente, nuestros consumidores y potenciales consumidores están esperando a ver que les decimos.
Pensemos que les vamos a decir.
Jorge Imhof. Director de OpenMind/ISF