por Dr. Horacio Krell*
El sentido común se actualiza cuando integramos el saber del cuerpo con la reflexión mental. No se trata solo de pensar bien, sino de sentir mejor.
I. Introducción: Sentidos, cuerpo y sentido común
“El sentido común es el menos común de los sentidos.” — Voltaire
Los cinco sentidos clásicos —vista, oído, olfato, gusto y tacto— han sido históricamente el canal principal de interacción con el mundo exterior. Pero hoy sabemos que existe un universo interno de sensaciones igual o más relevante: la propiocepción (percepción de la postura y movimiento del cuerpo) y la interocepción (percepción de los órganos internos). Estas percepciones configuran nuestro estado emocional, cognitivo y físico, y muchas veces las ignoramos por falta de conciencia corporal.
Aprender a sentir, observar y usar el cuerpo como aliado no solo mejora la salud, sino también la toma de decisiones, la inteligencia emocional y la capacidad de adaptación.
II. El cuerpo como sistema sensorial integral
Ya no se trata solo de captar estímulos externos. El cuerpo es también un receptor interno:
- Exterocepción: Información externa (vista, oído, tacto, olfato, gusto).
- Propiocepción: Posición y movimiento del cuerpo.
- Interocepción: Señales internas (latidos, hambre, respiración, tensión, temperatura, etc.).
Estas tres capas sensoriales forman una red de retroalimentación continua con el cerebro. Las emociones no solo se piensan, se sienten físicamente: un nudo en la garganta, una presión en el pecho, mariposas en el estómago.
III. Cuerpo, postura y emoción: el lenguaje olvidado
El cuerpo habla constantemente, aunque no lo escuchemos. Los gestos, las posturas y hasta las microexpresiones modulan nuestras emociones, activan áreas del cerebro (como la amígdala o la ínsula), y alteran nuestra percepción de la realidad.
📌 Ejemplo clave:
Personas encorvadas recuerdan más palabras negativas que positivas y muestran menor capacidad de memoria. Solo cambiar la postura ya modifica el estado emocional.
📌 Otro experimento:
Simular una sonrisa (con un lápiz entre los dientes) mejora la percepción de imágenes y activa emociones positivas. El cuerpo engaña al cerebro… ¡y el cerebro coopera!
IV. Respiración: el marcapasos del cerebro
La respiración es el único sistema automático que podemos controlar voluntariamente. Respirar por la nariz, lento y con exhalación prolongada, regula el ritmo neuronal, activa el hipocampo (clave en la memoria) y ayuda a gestionar emociones.
- Inspirar por la boca desconecta este sistema.
- Respirar correctamente activa la atención, calma el sistema límbico y ayuda a dormir mejor, pensar con claridad y tomar decisiones racionales.
V. La conciencia corporal como inteligencia práctica
Aprender a identificar dónde sentimos una emoción es el primer paso para regularla. ¿Dónde sentimos la ansiedad? ¿Dónde sentimos la alegría? Ponerle nombre y forma a las sensaciones físicas ayuda a desactivar automatismos mentales, salir de la rumiación y actuar con mayor libertad.
💡 Conclusión intermedia:
El cuerpo no grita. Susurra. Pero no lo escuchamos. Y lo que no se escucha, se repite.
VI. El verdadero sentido común: integrar razón, emoción y percepción
El sentido común, más que un conjunto de reglas sociales, debería ser la sabiduría de la experiencia corporal. Pero suele estar desconectado del cuerpo, reducido a ideas abstractas o creencias heredadas.
- Para Aristóteles, el sentido común unificaba los sentidos externos.
- Para Descartes, era una razón universal para distinguir el bien del mal.
- Hoy sabemos que ese «sentido» también se siente en el cuerpo.
El sentido común se actualiza cuando integramos el saber del cuerpo con la reflexión mental. No se trata solo de pensar bien, sino de sentir mejor. Las personas que viven «en su cabeza», desconectadas del cuerpo, tienen más dificultades para regular sus emociones, tomar buenas decisiones y adaptarse a lo nuevo.
VII. Conclusiones: Aprender a usar todos los sentidos… incluso los nuevos
- Los sentidos no solo captan el mundo: también lo interpretan.
- El cuerpo es un mapa emocional. Aprender a leerlo es clave.
- La respiración, la postura y el gesto son herramientas para influir en la mente.
- La conciencia corporal no es un lujo, sino una forma de inteligencia práctica.
- El verdadero sentido común debería ser una fusión entre lo biológico, lo emocional y lo cultural.
- El cuerpo es el instrumento donde suena la vida. Hay que aprender a afinarlo y a tocarlo.