¿No has enviado tu currículum a esa empresa en la que tanto deseas trabajar? ¿Continúas atrapado en una relación nociva o insatisfactoria? ¿Cada fin de semana juras que el lunes inicias la dieta y te inscribes al gimnasio? Seguramente te encuentras estancado en la zona de los deseos frustrados y las excusas que amarran tus pies para impedirte dar el primer paso.
No te preocupes, no eres el único en esa zona, en mayor o menor medida todos postergamos. La ventaja es que no depende de nadie más que de ti. Tú decidiste entrar y sólo tú eres el responsable de salir.
Saber que tenemos algo que hacer y no haberlo iniciado, nos genera un estado de ansiedad y estrés. Nos atrapa en un dilema en el que por un lado sentimos la carga de uno o muchos pendientes y por otro lado, la resistencia que nos impide desahogarlos.
A veces pueden ser pendientes muy importantes y desafiantes, o simplemente se puede tratar de tareas tediosas y operativas; en ambos casos, el estrés que genera la “no acción” es el mismo, se van acumulando cargas inconscientes que nos roban energía y claridad de mente para actuar y decidir con mayor efectividad.
Este es un tema muy recurrente en las sesiones de coaching, es por ello que me gustaría compartirte algunas de las preguntas que le he hecho a mis coachees para ayudarlos a reflexionar al respecto.
1. ¿Qué te ha impedido dar el primer paso?
Probablemente sea el miedo a que las cosas no salgan como esperabas y enfrentar el fracaso. Generalmente los cambios y nuevos proyectos, están compuestos de una buena dosis de ilusión y una buena dosis de terror. La clave está en ser conscientes de a qué le estamos dando mayor peso.
En ocasiones, en vez de aceptar nuestro miedo, nos auto-saboteamos con excusas y pretextos para evadir nuestras responsabilidades.
Algunas creencias o pensamientos que nos llevan a postergar:
► Aún no soy lo suficientemente bueno para lograrlo.
► Las cosas no van a cambiar, no tiene sentido intentarlo.
► El éxito es sólo para unos pocos.
► Mañana habrá mejores condiciones que hoy.
► En este momento no tengo el tiempo o no tengo la fuerza para llevar esta carga.
►Tengo algo más importante que hacer.
2. ¿Qué estás ganando al quedarte en dónde estás?
De acuerdo con Wayne W. Dyer, en su libro “Tus zonas erróneas”, algunas de las posibles ganancias de no dar el primer paso son:
► Evitar los riesgos que conlleva un cambio.
► Evitar enfrentarte a la inseguridad que sientes sobre ti mismo.
► Lograr que otras personas den el primer paso por ti, como una forma de manipularlos.
► Ganar la compasión y simpatía de los demás.
► Justificar un rendimiento mediocre, por la falta de tiempo para hacer las cosas.
► Evitar el éxito y las responsabilidades que conlleva.
3. ¿Qué es lo peor que puede pasarte si por fin llevas a cabo lo que has postergado?
Probablemente te des cuenta que tu temor es mucho más insignificante de lo que pensabas. Que no tienes las suficientes evidencias para fundamentar tu miedo o que cuentas con más recursos de los que creías para afrontarlo.
Cuando postergamos las cosas, aventamos la carga del presente hacia el futuro y nos auto-engañamos con la creencia de que quizás mañana tendremos mejores condiciones para iniciar nuestros proyectos.
Te comparto un cuadro que puede ayudarte en el proceso de dar el primer paso:
COMPROMISOS | ||
Proyecto 1: | Proyecto 2: | Proyecto 3: |
5 acciones que debo hacer para lograrlo: | ||
1 | 1 | 1 |
2 | 2 | 2 |
3 | 3 | 3 |
RELACIONES | ||
Personas a quienes debo de contactar hoy para lograr mis objetivos: | ||
1 | ||
2 | ||
3 | ||
PRIORIDADES | ||
Las principales acciones que debo completar hoy, a como dé lugar: | ||
1 | ||
2 | ||
3 |
Marcela Hernández. Coach ontológico, especializada en coaching de vida y empresarial. Directora de Cae-el20,