Entrevista de Viviana Alonso (colaboradora de la revista Gestión) con Stephen Herrod.
«En los próximos cinco años se podrá acceder a las aplicaciones desde cualquier lugar y en cualquier momento —anticipa Stephen Herrod al hablar de tendencias en tecnología de la información (IT )—. Habrá mayor libertad para el usuario y, al mismo tiempo, más regulaciones para las empresas”. Herrod habla con conocimiento de causa porque es el responsable de tecnología de VMWare, una de las empresas del Silicon Valley que más creció en la última década y que cuenta entre sus clientes a todas las compañías del ranking Fortune 100. “VMWare se creó hace 12 años con el objetivo primordial de simplificar la tecnología de la información —comenta Herrod— La IT se había vuelto muy compleja porque, entre otras cosas, había muchos lazos entre el software y el hardware. La virtualización llegó para cortar esos lazos”.
En la siguiente entrevista, Herrod explica en qué consiste la tecnología de la virtualización, la manera en que contribuye al desarrollo de la “computación en la nube” y las tendencias más importantes en IT.
¿Qué es la virtualización y cuáles son sus ventajas?
Es como la clásica navaja del ejército suizo, que tiene muchos usos y muchas ventajas. La más evidente es la eficiencia. La mayoría de los servidores están subutilizados; en promedio se aprovecha sólo el 10 por ciento de su capacidad, lo cual redunda en un desperdicio de espacio, de potencia y hasta de energía eléctrica. La virtualización permite ejecutar múltiples máquinas virtuales en una única máquina física, compartiendo sus recursos y optimizando su uso. Dicho de otro modo: diferentes máquinas virtuales pueden ejecutar diferentes sistemas operativos y diversas aplicaciones en el mismo equipo físico. De esta manera se obtiene un gran ahorro en el costo del hardware, un mejor uso del espacio en el centro de datos y una mayor eficiencia en el consumo de energía eléctrica. Al principio, en VMWare logramos que los servidores de datos individuales fueran más eficientes. Pero con la virtualización conseguimos que las aplicaciones estuvieran más disponibles; es decir, siguen funcionando aun si falla el hardware y, en el caso extremo de que todo el centro de datos colapse, es más fácil recuperarse del desastre. La tercera fase para la empresa es la computación en la nube. La virtualización es la base de la computación en la nube.
¿Cuál es el concepto de la computación en la nube?
Me gusta hacer la analogía con la industria de la energía eléctrica. A principios del siglo pasado, las empresas tenían sus propios generadores diesel. Pero con el surgimiento de las compañías eléctricas quedó en claro que no había ningún valor en crear la energía propia cuando otro podía hacerlo de manera más eficiente. La industria de la computación está aprendiendo la misma lección: las empresas no necesitan tener y administrar su propio centro de datos; puede ser más eficiente que otra compañía lo haga por ellas. La computación en la nube consiste en que un tercero administre buena parte del centro de datos de una empresa. Es una tendencia que se fortalece.
¿Cómo surgió el término “la nube”?
No sé quién lo acuñó. Tampoco hay una definición clara. De nuestro trabajo con analistas de la industria y organizaciones gubernamentales, extrajimos un conjunto de características esenciales de un ambiente de computación en la nube. La más obvia es que uno no necesariamente sabe, ni se preocupa por saber, dónde corren las aplicaciones. El usuario de un servicio de Internet, por ejemplo, no sabe dónde está alojada la página web que consulta. Lo mismo ocurre con la computación en la nube y la empresa: el empleado usa el sistema SAP o el de gestión de relaciones con el cliente sin saber dónde está alojado el programa. Sólo se conecta a través de la red. Hay otro aspecto de la computación en la nube y es la noción de “autoservicio”. La manera en que la mayoría de los centros de datos funcionan es muy lenta: cuando pido un servicio al departamento de IT pasan semanas antes de tener una respuesta, porque el requerimiento debe atravesar muchas instancias de aprobación. Pero con la computación en la nube uno se conecta a un servicio directamente, sin saber dónde está y sin conocer los detalles.
Hay un tercer punto importante de la computación en la nube relacionado con el espacio de almacenamiento.
Por ejemplo, si una empresa tiene un sitio web de ventas online que recibe muchos pedidos para Navidad, el desafío es crear un centro de datos con suficiente capacidad para manejar las ventas de ese período, lo cual
implica que la mayor parte del año estará subutilizado. Con la computación en la nube se puede aumentar el espacio de almacenamiento en las épocas de mayor demanda, y achicarlo cuando ya no es necesaria tanta capacidad. Es la elasticidad de la nube.
¿El modelo que usted describe tiene algún inconveniente?
La idea de la nube es muy atractiva: no debo preocuparme por los detalles, sólo corro las aplicaciones. Sin embargo, hay algunas dificultades. El departamento de IT sigue siendo responsable de la seguridad de los datos y, si un empleado tiene un problema, acudirá a él, no a la entidad difusa conocida como “nube”. Entonces, el desafío que enfrenta el departamento de IT es proveer los niveles de servicio, la conveniencia y la elasticidad de la computación en la nube de manera que funcione bien para la empresa. El gran cambio en la industria es la llamada “nube híbrida”. Y significa, en pocas palabras, lograr que los departamentos de IT de las empresas parezcan nubes.
¿Cómo funciona el modelo híbrido?
Hay nubes públicas, que corren fuera de la empresa, y hay nubes privadas, que hacen que los centros de datos sean más elásticos y faciliten el autoservicio. La clave está en que las nubes privadas brinden servicios, garanticen la seguridad de los datos y ayuden a los empleados a usar la nube pública. Creemos que, en el futuro, habrá una colección de nubes que funcionarán en conjunto. Eso es la nube híbrida.
¿Quién es el responsable en la nube pública?
Muchas empresas, entre las que se cuentan Google y Amazon, están creando nubes públicas. Pero cada vez más compañías telefónicas y proveedores de servicios de comunicaciones ofrecen servicios de nube a las empresas. En estos casos, se firman contratos según el “nivel de servicio”; es decir, la performance y las garantías de que las aplicaciones siempre correrán, entre otras cosas. El precio se acuerda en función del nivel de servicio.
¿Cómo se relaciona la virtualización con todo eso?
La virtualización es el facilitador de la computación en la nube.
Pero los proveedores también podrían tener muchos servidores físicos y ofrecer servicios de nube…
Podrían. Pero no sería fácil mover las aplicaciones de un lugar al otro. La virtualización es como un sobre que contiene las aplicaciones. Y ese sobre es independiente de dónde corran. No tiene vínculos directos con el hardware. La virtualización permite tomar todas las aplicaciones y llevarlas fácilmente a un proveedor de nube. Sin ella, al proveedor de nube le llevaría mucho tiempo crear la combinación adecuada de servidores que necesita el cliente.
El modelo de nube tiene algunos puntos en común con la idea de “thin client” (cliente delgado) que surgió en los ’90, según la cual era mejor que los programas y los datos estuvieran en la red de servidores, y que las computadoras de los usuarios (thin clients) se conectaran y los usaran remotamente, en vez de tenerlos cargados en sus discos rígidos.
Es un concepto similar. De hecho, el modelo de nube también puede aplicarse en las computadoras personales para virtualizar el “desktop” (conjunto de aplicaciones instaladas en la computadora del usuario).
Pero la idea de thin client no funcionó. ¿Por qué habría de esperarse mejores resultados ahora?
Los usuarios estaban acostumbrados a tener la información y los programas en sus computadoras. Por lo tanto, al usar lo que se conoció como “terminal boba”, muchas veces no pudieron correr Windows y debieron conformarse con una pantalla verde y el sistema operativo Unix. Pero el mundo moderno de computación en la nube permite ejecutar Microsoft Windows 7 o Windows XP, y tener acceso completo a cualquier aplicación que uno quiera correr en esos sistemas operativos.
La tecnología de conectividad actual permite que la experiencia de usuario no sufra cuando se usa la nube. Puede ver videos, jugar o utilizar aplicaciones gráficas vía la red. Yo la uso todos los días para trabajar. No me doy cuenta de que no tengo las aplicaciones cargadas en mi computadora personal; me conecto a la red a través del teléfono o de la netbook. La mayoría de los usuarios demandan más movilidad que antes: trabajan desde sus casas, desde un cibercafé. Uno de nuestros clientes implementó la computación en la nube ante la amenaza de la pandemia de gripe, porque quería garantizar que los empleados pudieran acceder a sus aplicaciones si tenían que quedarse en sus casas. El acceso desde cualquier lugar es un impulsor clave de las soluciones de nube y de virtualización.
¿Cuáles son las grandes tendencias en el mundo de IT? ¿Cómo cambiará el ambiente de trabajo en los próximos cinco años?
Habrá acceso a las aplicaciones desde cualquier lugar y en cualquier momento. Hay una disyuntiva interesante entre más libertad para el usuario y más regulaciones para las empresas. Los sistemas financieros, por ejemplo, están sometidos a controles y hay cuestiones de privacidad relacionadas con los sistemas de salud. Conciliar la libertad del usuario y la mayor regulación corporativa, dos tendencias que parecen opuestas, es un desafío para la industria.
El modelo de nubes privadas, con la opción a usar las públicas, será la solución en muchos casos.
¿Podría explicar con más detalle el tema de las regulaciones?
Trabajamos mucho con empresas financieras y compañías de la industria del cuidado de la salud. Las primeras tienen aplicaciones que manejan números de cuentas; las segundas, información sobre la salud. Estos datos, además de confidenciales, están regulados. No se pueden mandar registros con información sobre la salud de las personas entre dos estados norteamericanos, por ejemplo. En el futuro, las empresas segmentarán sus centros de datos. Habrá una clase de aplicaciones críticas y confidenciales que vivirán en la red privada y, por otro lado, aplicaciones de procesamiento general o información de los contactos de ventas, que se alojarán en la nube pública. Los departamentos de IT manejarán una colección de centros de datos y elegirán dónde ponerlos.
¿Qué cosas está investigando VMWare actualmente?
Estamos ayudando a las empresas a crear nubes privadas y, al mismo tiempo, trabajamos con proveedores de servicios para crear nubes públicas. En el mundo híbrido, las empresas con centros de datos eficientes y que quieran contratar otros recursos dispondrán de una gran variedad de opciones. Por ejemplo, habrá nubes públicas cuya seguridad estará certificada por el gobierno, otras que funcionarán con energía hidroeléctrica para los clientes interesados en la sustentabilidad. Nuestro foco es hacer crecer la nube, tanto en el sentido privado como en el público.
Usted se doctoró en computación. ¿Cómo fue que se sumó a las filas de VMWare?
La idea de VMWare surgió entre estudiantes de la Universidad de Stanford. Es un dato importante, porque en la universidad uno puede hacer cosas que resultan más difíciles en la vida real. Estudiar historia, por ejemplo, algo que nos permite analizar lo que hicieron otros. La universidad también es el ámbito en el que uno se empeña en resolver problemas extremadamente complejos. En Stanford conocí a quienes fundarían VMWare, y juntos estudiamos la virtualización como se usaba en los mainframes. Ya en aquel entonces veíamos que el mundo iba hacia los sistemas Windows y Unix, y a los servidores x86, razón por la cual pensamos que podríamos lograr que la virtualización funcionara también en esas plataformas. De modo que el punto de partida fue un problema técnico difícil, por cuanto las máquinas x86 no habían sido diseñadas para hacer lo que nosotros queríamos.
Además, VMWare se fundó en Silicon Valley, un lugar propicio para empresas de tecnología. Recién graduado trabajé un tiempo en Transmeta, y en 2001 ingresé a VMWare como director de tecnología. Entonces había 80 empleados; hoy somos 7.100.
STEPHEN HERROD, CTO DEL AÑO
Stephen Herrod, director de tecnología de VM Ware, es uno de los 12 jugadores clave en el mundo de la IT según Fortune. La revista InfoWorld, por su parte, lo eligió el “CTO del año” en 2009. Herrod se doctoró en Ciencias de la Computación en la Universidad de Stanford, fue director senior de Transmeta Corporation y en 2001 ingresó a VM Ware, empresa que había sido fundada en 1998 y fue adquirida por EMC en 2004. Actualmente con 7.100 empleados e ingresos por US $ 2.000 millones, en 2009 recibió el premio “Technology Innovation” de The Wall Street Journal.
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No me parece una buena idea eso de la nube.