Cuando un equipo de trabajo alcanza el éxito suele ser porque son más que una suma de sus componentes. En las organizaciones muchas metas solo pueden lograrse teniendo un equipo cohesionado.
Sin embargo, este objetivo no siempre es fácil; el factor humano es clave. Para lograrlo es imprescindible que cada uno de los integrantes reconozca y valore lo que aporten los otros, esforzándose para mantener el equipo unido.
«Un equipo está cohesionado cuando todos sus miembros comparte el objetivo como un enfoque común, lo aceptan como propio y luchan por conseguir los resultados deseados por todos por encima de sus intereses individuales», explica Carme Castro, coach y social de Kainova e Incosec-Kainova. «Hay que estar dispuesto a escuchar y pensar por el bien del equipo por encima del propio», avisa.
El liderazgo, el respeto, la confianza y la tolerancia son básicas para alcanzar la cohesión necesaria, pero para mantenerla hay que recurrir a la inteligencia emocional. A hacer equipo se parende, jugando en equipo, animando, y aceptando otros puntos de vista para enriquecerse. Así se contribuye a solucionar las dificultades que surjan. «Cada uno de los miembros de un equipo tiene que creer que todos aportan algo y que todos son parte del mismo, y esto requiere compromiso, esfuerzo y la existencia de un proyecto común».
Decisiones consensuadas
Las decisiones consensuadas ayudan a mantener la cohesión en el día a día. Es muy importante también llevar a cabo celebraciones que refuercen las vivencias compartidas y contribuya al sentimiento de pertenencia.
Las personas que forman parte de un equipo cohesionado favorecen las relaciones interpersonales, aportan lo mejor de sí, trabajan juntos a lo largo del tiempo, buscan soluciones ante los problemas y contribuyen en la resolución de las diferencias que puedan surgir. Para que haya una buena química de equipo, se necesita un punto focal sólido para sostenerse.
Según afirma Jordi López en su libro Hacer Piña, «para sentirse parte de un equipo y protagonista de sus éxitos, no hace falta ser la estrella, basta con la posibilidad y las ganas de compartir el trabajo, los éxitos y los momentos de mejora y aprendizaje».