Las personas ciegas tienen que superar barreras que van más allá de las limitaciones impuestas por la falta de visión. Las más difíciles de vencer, aquellas relacionadas con la falta de recursos económicos o comerciales.
Y los niños son quienes más sufren estas barreras.
El lenguaje Braille no es sencillo de aprender. La mayoría de los niños ciegos no lo aprenden hasta los 6 años, lo que significa que en sus primeros años de vida dependen de la narración y de los libros con ilustraciones en 3D disponibles en tiendas y bibliotecas.
El problema es que estos libros pensados para las personas con problemas de visión son caros, hay pocos títulos, las novedades tardan en convertirse, si es que alguna vez lo hacen.
La Universidad de Colorado tiene en marcha un proyecto llamado Tactile Picture Books Project, que se encarga de añadir relieve a las ilustraciones de los libros, para que los niños ciegos puedan tener una idea más precisa de lo que cuentan las palabras:
Hasta ahora trabajaban de forma tradicional: creaban moldes de los objetos que mostraban las ilustraciones, o añadían texturas de lana, telas y maderas para añadir relieve a los dibujos. Pero es un proceso lento y caro, pues deben diseñarse manualmente, libro por libro.
Gracias a la reducción de precio y la versatilidad de las impresoras 3D, se han planteado un nuevo reto: crear un software capaz de convertir automáticamente cualquier ilustración de un libro en un página en 3D, para que un niño ciego pueda reconocer formas y volúmenes de la historia que le están contando.
El software usa algortimos matemáticos para aislar los objetos de las ilustraciones, darles volumen y profundidad, y crear la composición en relieve, con una impresora 3D:
El programa no se limita a convertir en 3D cualquier imagen plana, pues eso no basta para una persona ciega. Si, por ejemplo, tienes una imagen de una manifestación con cientos de personas, imprimir en 3D no serviría de nada porque mediante el tacto no podrías identificar tantas personas superpuestas. Por eso hay que identificar los elementos importantes de la escena y darles prioridad, incluso a costa de desechar el resto.
El proyecto puede suponer un importante avance para el aprendizaje y disfrute de los libros por parte de los niños ciegos, porque con este software cualquier padre o educador podría convertir cualquier libro o dibujo en una imagen en relieve, gracias a una impresora 3D, y no tendría que depender del escaso catálogo de libros tridimensionales que hay en la actualidad.
[Fuente: Mashable]