El economista Joshua Hall, profesor de la Universidad de West Virginia y fanático de la serie decidió combinar sus dos grandes pasiones para demostrar que las ciencias económicas están en todos lados.
Como la economía forma parte de nuestras vidas, la podemos encontrar en un montón de situaciones cotidianas pero -sinceramente- nunca nadie imaginó que la serie de dibujos animados más conocida del mundo, Los Simpsons, fueran a enseñar sobre la materia. El economista Joshua Hall, profesor de la Universidad de West Virginia y fanático de la serie probó que esta premisa es correcta.
En un artículo publicado en el sitio ElCronista.com, se explica que el especialista decidió combinar sus dos grandes pasiones para demostrar que las ciencias económicas están en todos lados. Por lo cual, Hall reunió a varios colegas suyos y les propuso que utilicen escenas de la serie para explicar conceptos como el costo de oportunidad, la escasez, el uso del dinero, los mercados, el gasto público, los incentivos, el emprendedorismo o el rol del Gobierno en la economía.
Según explica el economista, una de sus frases favoritas es la del científico social Herbert Spencer, “quien decía que lleva múltiples reiteraciones tener que forzar conceptos extraños en mentes reacias. Por eso trato de ofrecer enfoques alternativos y que mis alumnos estén familiarizados con lo que hablo. En ese sentido, Los Simpsons está en el aire desde siempre y fue algo natural usar la serie como ejemplo”, destaca.
Todos las conclusiones a las que llegó Hall se recopilaron en “Homero Economicus: la economía y Los Simspons”, un libro del creciente género conocido como ‘economía pop’. ”Para ser un dibujo animado, Los Simpsons es una serie muy realista en cuanto a las motivaciones humanas. Y de eso se trata la economía, al final de cuentas”, dice el experto.
Explorando la ciudad natal de la familia más famosa de televisión mundial, los economistas convocados por Hall van encontrando situaciones y personajes que sirven de disparadores para desarrollar conceptos aún más complejos.
De esta forma, una de las anécdotas que se cuentan en el libro, es la del mini-mercado de Apu Nahasapeemapetilon. Ésta, sirve para explicar la búsqueda de beneficios en un negocio. También el Hospital General de Springfield, donde la comunidad siempre es atendida por el Doctor Hibbert, se utiliza como caso para profundizar en la costos económicos del sistema de salud y en los alcances de proyectos como el Obama-Care, que impulsa la administración norteamericana actual, en la vida real.
Sin embargo, según Hall, la serie también sirve para dejar en evidencia la falla del mercado. En esta línea, se utiliza como ejemplo el capítulo en el que el Señor Burns logra convencer al ayuntamiento de que la apertura de un casino lograría revitalizar la economía de la ciudad.
Tal cual consigna la nota de ElCronista.com, en el libro, las consecuencias de la legalización del juego son analizadas por Doug Walker, uno de los principales expertos en la economía detrás de los juegos de azar y las apuestas en los Estados Unidos. ”Cuando la gente piensa en un casino, por lo general le viene a la mente el entretenimiento o quizás los problemas de adicción, como los que desarrolla Marge en el show, pero no siempre se piensa en temas económicos. En ese capítulo medimos el costo económico que genera un casino en una ciudad si llega a atraer más crimen organizado, por ejemplo”.
En cuanto a la presión impositiva y el déficit fiscal en un gobierno, en el libro se hace referencia a un capítulo de la séptima temporada. La aparición de un oso merodeando Springfield genera que el gobierno anuncie la creación de una costosa patrulla anti-osos que incluye hasta un avión equipado con modernos radares.
Pero el gasto pronto se ve reflejado en una suba de impuestos y para justificarse, el alcalde Diamante culpa a los inmigrantes, como el ya mencionado Apu. ”Es gracioso, pero es reflejo nuestro como sociedad: siempre pensamos que hay dinero disponible y que el Estado puede recortar de algún otro lado. Sin embargo, a nivel individual, somos mucho más cuidadosos y conscientes con los gastos. Por eso el déficit fiscal suele ser un problema en todos los gobiernos”, reflexiona Hall.
fuente: Inversor Global