La inversión inmobiliaria mundial alcanzará un "máximo histórico" de aproximadamente 455.000 millones de euros en 2005, lo que supone un crecimiento del 20% respecto del año anterior, según el informe Global Real Estate Capital-The Search For Opportunity Intensifies de la consultora Jones Lang LaSalle.
Estas previsiones se deben a que en el primer semestre de 2005 se registró en todo el mundo un volumen de inversión inmobiliaria de 196.400 millones de euros, un 18% más que en el primer semestre de 2004.
Según la consultora, la región de Asia-Pacífico está experimentando sin lugar a dudas el mayor crecimiento a medida que se equipara con otras regiones más grandes y desarrolladas. El valor de las operaciones realizadas en esta región durante el primer semestre de 2005 fue un 45% más que en el mismo periodo de 2004.
Durante el primer semestre de 2005, Europa siguió siendo el destino más importante para la actividad transfronteriza, en la que predominaron las compras intrarregionales. En concreto, la inversión transfronteriza alcanzó los 43.000 millones de euros (un 21% más que en el primer semestre de 2004) y en todas las regiones se registró un incremento en el volumen de operaciones.
El consejero delegado del Grupo de Capitales Internacionales de Jones Lang LaSalle, Tony Horrell, explicó que la inversión inmobiliaria sigue inmersa en una rápida globalización. El prolongado entorno de bajos tipos de interés, la mejora de los fundamentales inmobiliarios, el envejecimiento de las poblaciones y el incremento del ahorro destinado a pensiones están incrementando el peso del capital hasta niveles desconocidos, lo que a su vez está reduciendo las rentabilidades en muchos mercados inmobiliarios internacionales, añadió.
En su opinión, sigue en aumento la presión por encontrar mayores rentabilidades allí donde se da la oportunidad. Además, los inversores internacionales también están ejerciendo una influencia significativa en los mercados de inversión locales al entrar en competencia con instituciones locales y regionales.
Por este motivo, los inversores no pueden permitirse desechar las oportunidades de inversión internacionales, que están ofreciendo cada vez más unas rentabilidades relativamente significativas y un fuerte componente de diversificación en las carteras inmobiliarias, aseveró.
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