Apple vive lo que se podría definir como una crisis de madurez. Gracias al tremendo éxito de sus iPhone, ya no es una empresa pequeña con un enorme potencial de crecimiento. Sin embargo, dado su historial de innovación y su vocación por liderar los avances en varias industrias, está lejos de ser una empresa estancada. Esta identidad dual ha dejado a las acciones de la compañía a la deriva: entre los fanáticos de la marca, que confían en la habilidad de Apple para crear productos revolucionarios, y aquellos que creen que tendría más sentido devolverles dinero a los accionistas.
La semana pasada, las acciones de Apple cayeron a 506 dólares después de un informe de ganancias que mostró que sus ventas no cumplieron con las expectativas en su primer trimestre fiscal. Esa decepción subraya la dependencia de Apple en los iPhone y su necesidad de presentar nuevos productos que renueven a la compañía. Pero poco se sabe sobre productos nuevos y Apple probablemente no ofrecerá muchas pistas hasta mitad de año.
El inversor Carl Icahn pidió que la compañía tomara prestado dinero para recomprar acciones y el viernes la tecnológica adquiría títulos por valor de 14.000 millones de dólares. Pero si Apple desea convencer a los inversores de que sus días de crecimiento no han pasado, su presidente ejecutivo, Tim Cook, debería resistir los llamamientos a tomar este tipo de medidas. Y es que la innovación en productos, y no la ingeniería financiera, seguirá siendo la clave para el éxito a largo plazo de Apple.
Dependencia del iPhone
Sin importar si la compañía lanza un reloj inteligente u otro aparato, seguirá dependiendo de una sola línea de producto. El iPhone generó más de 91.000 millones de dólares en ventas en el último año fiscal de Apple, más de la mitad del total. Además, se trata de un dispositivo bastante rentable. Gene Munster, de la firma Piper Jaffray, calcula que representó cerca del 70% de las ganancias totales de Apple en el trimestre que finalizó en diciembre.
Eso hace que el iPhone sea muy difícil de reemplazar en el mix de ventas de la tecnológica, consiguiendo a la vez mantener sus altos márgenes con un crecimiento significativo. Apple ha registrado un promedio de crecimiento de ingresos del 40% en los últimos tres años fiscales. Registrar apenas un 20% ahora requeriría ingresar al menos 35.000 millones de euros este año.
Un importante argumento de venta para la acción de Apple es su baja valoración de mercado, la cual se encuentra cerca de 11 veces sus ganancias futuras. Eso conlleva una interesante, pero poco halagadora, comparación con su archirrival Google. Pese a tener múltiplos similares a mediados de 2012, las acciones de Google se cotizan actualmente con una prima significativamente más alta -cerca de 21 veces- que la de Apple.
El negocio publicitario de Google aún tiene formas de crecer a ojos de los inversores: tomar participación de mercado en otras formas de publicidad, como la transición de los medios tradicionales a los móviles, y crecer en la economía global. Además, el suyo es un negocio consistente que se mantiene estable durante el año, mientras que Apple concentra sus ventas cuando lanza productos. Por otra parte, Google tiene muchas apuestas en diferentes campos y esencialmente le ofrece a los inversores opciones baratas ante el posible éxito de productos como las Google Glass.
El dilema de Apple sigue siendo el mismo: proteger los márgenes al mismo tiempo que devuelve dinero es una forma de envejecer con clase. Pero para que las acciones de la compañía recuperen su brillo, necesita probar que puede ser joven de nuevo
fuente: 5 Días