El e-commerce avanza un paso más: en el dinámico mundo de la tecnología hoy la tendencia va hacia el m-commerce, la compra de bienes y servicios a través del celular o cualquier otro dispositivo inalámbrico móvil.
De la mano del crecimiento de la penetración móvil, el m-commerce llegó para quedarse. Tal es la velocidad con la que está creciendo el uso de los dispositivos móviles que se estima que, para el año que viene, habrá un aumento de 34 millones de usuarios (totalizando 374 millones de dispositivos en todo Latinoamérica), con Brasil y México a la cabeza del ránking.
Según datos de Cisco, en 2019, más del 14% del tráfico IP mensual va a proceder de conexiones celulares a escala global, mientras el 53% lo hará de conexiones Wi-Fi.
Según Lucas Llorente, Director de Zetenta, agencia especializada en marketing mobile, el acceso a sitios web desde móviles ya está por encima del 50% en relación a desktop en algunos países de Latinoamérica y la región superará esa penetración en menos de dos años.
Por otro lado, hoy quien accede a un sitio e-commerce vía móvil tiene menos tasa de conversión (probabilidad de que compre) que un usuario desktop pero eso también está cambiando: es cada vez más probable que un usuario móvil realice una transacción.
Si bien el panorama para la región es muy alentador, existen dos trabas que se deberán sortear.
La principal es que los consumidores latinoamericanos, si bien hay una leve mejora en la percepción de los usuarios, tienen temor al fraude. Esto continua siendo un freno para que más usuarios utilicen Internet como canal de transacción.
Otro de los requisitos para que el m-commerce continue creciendo en la región está relacionado con una mayor bancarización de los usuarios. Se estima que más de un 60% de consumidores en América Latina están fuera del circuito bancario y se manejan con dinero en efectivo. La regla es simple: cuanto más aumente el ingreso del público a este sistema, mayor serán las transferencias y pagos electrónicos.
“Puede que en América Latina todavía nos mostremos reacios a la tecnología y los nuevos canales de pago, como el online. Fuera de esto, no hay dudas de que el m-commerce llegó para quedarse, también en nuestra región: para los consumidores, representa un paso más en flexibilidad, practicidad y rapidez en sus compras, y para las empresas una nueva oportunidad (y necesidad) de adaptarse a las últimas tendencias en materia de comercio” comenta Llorente.