Wenceslao Casares es un emprendedor prodigio. Hijo de una familia de pastores de Chubut, una pequeña localidad de la Patagonia, amasó una gran fortuna durante la primera burbuja puntocom tras vender Patagon, la empresa que había creado con 22 años junto a Constancio Larguía, a BSCH por 528 millones de dólares (unos 425 millones de euros).
Desde entonces, Casares ha constituido diversos proyectos empresariales, incluyendo Wanako Games, que vendió en 2007 a la multinacional estadounidense Vivendi Games (hoy, Activision Blizzard), y Lemon Bank, «un banco para pobres», como él lo define, que fue absorbido por Banco de Brasil en junio de 2009, junto con sus 15 millones de clientes.
También ha tenido tiempo de cumplir uno de sus sueños, dar la vuelta al mundo en barco, una aventura que le llevó tres años, de 2004 a 2007. En su catamarán de 47 pies (aproximadamente 14,5 metros), acompañado de su esposa y su hijo, tuvo a su segundo vástago.
Tras recorrer el globo, era hora de empezar de nuevo. «Vendimos nuestra casa para recorrer el mundo, así que no teníamos ataduras. Nos decidimos por Silicon Valley porque es ahí donde se juegan las grandes ligas de la tecnología», comenta.
Hacerse ver
Casares conoce bien Silicon Valley. A sus 20 años, siendo aún un estudiante, decidió viajar a esta región de EEUU al menos dos veces al año, simplemente, para ver y hacerse ver. «El ecosistema que se ha creado en esta área es único en el mundo. En Latinoamérica, muchas grandes ideas no llegan a triunfar porque no cuentan con los contactos y la cercanía de otros emprendedores e inversores que sí existe en California», destaca. Y de este pensamiento surgió otra de sus iniciativas, consistente en organizar encuentros entre empresarios y capital riesgo de EEUU y Latinoamérica. «La propuesta tuvo una acogida muy buena», hasta el punto que llegaron a organizar lo que se denominan geeks on a plane: fletar un avión con personalidades del sector tecnológico de Silicon Valley, mostrarles las oportunidades de negocio en un determinado país y llevarlos de vuelta a Norteamérica en el mismo día.
Aun hoy, Casares participa activamente en enlaces empresariales interregionales como Endeavor, de la que es miembro del consejo.
Pero la mayor parte de su tiempo lo dedica a sacar adelante Lemon, su app para realizar pagos a través del móvil. «Es un billetero móvil que permite tener en Internet una copia digital de las tarjetas de crédito y débito, ordenar los recibos y cupones, y recibir posibles promociones de comercios», explica. La iniciativa, lanzada el pasado octubre, cuenta ya con dos millones de usuarios registrados. En junio, cerró su primera ronda de financiación por 8 millones de dólares, a la que acudieron firmas como Maveron , el fondo creado por el CEO de Starbucks, Howard Schulz.
Once rondas
Con ésta, ya son once las veces que Casares ha levantado capital para sus empresas en sus quince años de trayectoria profesional.«Trasladarme a California me ha abierto muchas puertas. Vinimos en 2007 con la intención de quedarnos dos o tres años, lo suficiente para hacer los contactos necesarios, pero muy pronto se convirtió en nuestro hogar».
fuente: Expansión
sigo desde hace años la vida de este emprendedor Wenceslao Casares, es un referente para triunfar en internet. Como dice Wences, trate de conseguir contactos en Silicon Valley, para una web Cultural de Grecia, ya que en EEUU la comunidad griega,es de 1.300.000 griegos americanos.