Allí donde la banca se ha retirado ha surgido la oportunidad para ideas novedosas que, en gran parte, tienen que ver con el desarrollo tecnológico (páginas webs, aplicaciones móviles, etcétera). De este modo, están apareciendo múltiples alternativas de negocios relacionados con el mundo financiero que se basan en utilizar las nuevas tecnologías, conocidas como fintech, vocablo que surge de la contracción de finance y technology, que sirve para agrupar a aquellas empresas que ofrecen productos y servicios financieros innovadores utilizando la tecnología y que, en muchos casos, ponen su foco de atención sobre las pymes.
Aunque hay diferencias importantes entre los distintos negocios fintech, todos ellos suelen participar del denominador común de formar parte de un proceso de desintermediación financiera, donde los flujos financieros fluyen directamente entre partes interesadas, por ejemplo, entre prestamistas y prestatarios, sin pasar por las entidades financieras.
Lo reciente del fenómeno y la rapidez con la que evoluciona dificultan cualquier intento de sistematizarlo, no obstante, diversos expertos involucrados en este tipo de negocios señalan que las siguientes cinco tendencias del fintech están teniendo un gran desarrollo en la actualidad:
1. Pagos online
Tendencia más veterana dentro del fintech, de tal modo que se podría decir que supuso su propio nacimiento. Las empresas que se dedican a esta actividad lo que permiten es enviar y recibir pagos a través de Internet, por lo que son proveedoras de servicios de pago. Para operar suelen exigir a sus clientes tener una dirección de correo electrónico operativa que actúa como identificador único, pudiendo enviarse el dinero a través de un ordenador o un teléfono móvil que tenga conexión a Internet. En cuanto al coste por sus servicios normalmente lo asume el receptor de los fondos al que cobran una comisión, mientras que para la persona que envía el dinero, el servicio suele ser gratuito. Como ocurre con otras tendencias del fintech, las empresas que comercializan pagos online se dirigen principalmente a clientes a los que no les satisfacen los mecanismos de pago tradicionales ofrecidos por la banca.
2. Crowdlending
Internet ha permitido que se desarrollen modelos de financiación en los que numerosas personas pueden financiar un determinado proyecto, en lo que se conoce como crowdfunding, el cual puede basarse en instrumentos tales como donaciones, recompensas, participaciones en el capital de empresas o préstamos. Precisamente esta última modalidad, denominada crowdlending, en la que los financiadores prestan su dinero a pymes a cambio del cobro de unos intereses, es la que parece estar teniendo mayor crecimiento. En ella los inversores pueden elegir tanto la empresa como el proyecto a los que prestan su dinero y hacerlo directamente a través de la plataforma de Internet habilitada.
3. Factoring
La unión de lo financiero y lo tecnológico fuera del circuito bancario ha alcanzado también a la venta de facturas de clientes, producto que desde la banca se conoce como factoring. En este caso, las empresas utilizan las plataformas tecnológicas existentes para subastar sus facturas de clientes entre múltiples inversores. Aunque esta financiación se dirija fundamentalmente a pymes, las facturas que van a poder subastar habrán de ser de sus clientes de mediano o gran tamaño. La empresa financiada puede adelantar el cobro de un determinado porcentaje de la factura (por ejemplo, un 85 por ciento), recibiendo el resto a vencimiento.
4. Créditos online
En este caso, la oferta fintech permite que las pymes obtengan líneas de crédito a través de plataformas de Internet en las que pueden utilizar el dinero a voluntad y pagar solamente por lo utilizado. A diferencia de las líneas de crédito bancarias tradicionales, los plazos de amortización de capital e intereses suelen ser más cortos. Es decir, si una póliza de crédito bancaria anual permite su amortización al finalizar el año, con estás fórmulas se solicita amortización mensual con el objetivo de reducir el riesgo. A cambio, con el crédito no se vende ningún producto complementario como, por ejemplo, los seguros que a veces obliga a contratar un banco, ni suelen solicitarse avales.
5. Divisas
Por último, dentro de este proceso de desintermediación financiera destaca el desarrollo de las plataformas que ofrecen a las empresas la posibilidad de intercambiar divisas entre sí. Por ejemplo, dos empresas en España, una que haya cobrado de un cliente en dólares y otra que tenga que pagar a un proveedor en ellos, pueden estar interesadas en intercambiar moneda. De este modo, una operativa que tradicionalmente estaba reservada a las grandes empresas, gracias al fintech también es accesible para las pymes.
Mario Cantalapiedra
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