Cada problema tiene su solución. Para los grandes males de la crisis, la experiencia es uno de los remedios más poderosos para combatirlos.
La sabiduría de la Experiencia y de la propia experiencia.
Despreciada por entender que todo lo tecnológico nada tiene que ver con el pasado al tratarse de innovación, nos ofrece un bagaje indescriptible de axiomas y máximas de experiencia de un gran valor.
Estamos en medio de un GRAN MAL,
Es indudable, para el mundo, nuestra sociedad y nuestras propias vidas. Por nuestra parte vamos a centrar el análisis en el aspecto profesional.
Tu profesión
Que lo mismo la consideras tu vida, o, al menos, responsable de tu bienestar pasado o presente, hoy en día se presenta como una gran desvalida e incapaz de sostenerte económicamente. Es como un viejo compañero, un perro, que durante años nos ha hecho compañía y ahora llega su hora, es tiempo de partir, o como ese coche que fué el sueño de juventud y que ya no puede más. ¿Cuántas bienes materiales tiene obsolescencia programada? Muchos, ¿verdad?
Tu trabajo y trabajar
Que no son lo mismo, suponen en muchas ocasiones una rémora para avanzar, dado que no encuentras trabajo pero sabes trabajar. Hay quien no sabe trabajar y tiene un trabajo. Pero de eso hablaremos otro día. Pero cómo vinculas emocionalmente “el trabajo” con trabajar la rémora es aún mayor.
Tu profesión y tu capacidad de trabajar no están en crisis.
Si el sector donde se desarrolló tu trabajo durante los últimos años está en una profunda crisis, es decir, en medio de un “GRAN MAL” , tu como profesional y trabajador no lo estás. Y si lo estás es cuestión de tu actitud, disposición mental y emocional que somatiza en el cuerpo y genera lo que solemos denominar como desánimo.
Si tenemos identificado el “GRAN MAL” ponemos ahora el foco en las soluciones, es decir, en el “GRAN REMEDIO”
Remediar requiere una base sólida
Y esa base sólida es tu profesionalidad y tu capacidad de trabajo. Estos dos valores acumulados durante años de experiencia son tu mejor patrimonio. Todo patrimonio o es bien gestionado o acaba en la ruina, como las casas, o haces reformas y las mantienes en buenas condiciones, inviertes y rehabilitas o dentro de unos años no valdrá lo que el mercado dice que vale.
Para mantener tu patrimonio en buenas condiciones de eficacia lo conveniente es actualizarse, es decir, cambiar y transformarse, dicho de otro modo, que te tienes que poner las pilas.
Y existe una medida infalible para detectar “GRANDES REMEDIOS”.
Se trata de hacer una lista de todo aquello que has pensado y has concluido con la frase “YO NO PUEDO”
Como decía Henry Ford:
“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no, siempre tienes razón”.
Si ya la tienes, tienes un “GRAN” por eso consideras que no puedes. Lo reconoces como “REMEDIO” pero es tan “GRAN REMEDIO” que consideras que no puedes con esa opción.
¡Pues bienvenido al mundo de la gastronomía!
Has oído bien, en la gastronomía está la solución. Un banquete de bodas, o un elefante, empieza y termina por lo mismo, por cachos, bocados, platos…Es decir, paso a paso, poco a poco, se hace el camino y se enfrenta uno a los grandes retos.
Todo lo grande se puede hacer pequeño. Un partido de tenis se descompone en pelotas. Jugar un partido o jugar una pelota, marca la diferencia.
Tus “GRANDES REMEDIOS” los conoces,
Los sabes, los tienes identificados pero te da miedo ponerte en marcha y asumir los retos del camino par subir a esa nueva cima, y, por tanto estamos hablando de gestión emocional. De cómo gestionas tus miedos. Y, para no reconocer que tus dudas no son más que miedo me dirás que hay que ser realista.
Hay una frase que me encanta:
“Lo consiguieron porque no sabían que era imposible”
Jean Cocteau.
Ahora tú decides, pero lo tienes claro.