Emprender es la consecuencia de soñar. Los sueños son un viaje permanente hacia lo que queremos. Y viajar es un tesoro pero que merece toda nuestra atención.
El paso inicial de cualquier emprendimiento es soñarlo, visualizarlo o imaginarlo. A partir de allí, le siguen los pasos que surgen del día a día y los pasos formales; ambos necesarios para la implementación y consolidación.
Si todo sale dentro de lo esperado o mejor, seguramente alguien comprará tu empresa o invertirá en ella. Podrás subirte a la profesión de moda: “emprendedor serial”, ser inversor ángel y, claro está, ser parte del Olimpo de los rockstars del ecosistema, y ser parte del selecto grupo que da inspiradoras charlas en todos lados.
Dirás entre otras frases esperables de un emprendedor exitoso que uno de tus secretos es no dejar de soñar. Esa es una realidad, o mejor dicho una parte de ella, porque siempre es necesario hacer un stop.
Desde los pueblos nómades de la antigüedad hasta los viajeros aventureros del siglo 21, todos conocen la necesidad de hacer un alto en el camino antes de seguir viajando. Emprender es lo mismo; es un viaje continuo pero que necesita detenerse en determinados momentos.
Saber cómo está el negocio, aggiornarse a los requerimientos del mercado, actualizar conocimientos, hacer los ajustes necesarios para viajar más seguros; todo requiere de poner el pie en el freno y luego retomar el viaje de tus sueños.
El 100% de los emprendedores de éxito que conozco son excelentes soñadores pero también son seres racionales que saben parar a tiempo para ajustar todo lo que necesite ser ajustado.
Como enseña este cuento sufí:
Un Maestro decía:
– Desgraciadamente, es más fácil viajar que detenerse.
Los discípulos quisieron saber por qué.
– Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueño; pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad
– Pero entonces, ¿cómo vamos a poder cambiar si no tenemos metas ni sueños? – preguntaron perplejos los discípulos.
– Para que un cambio sea real, tiene que darse sin pretenderlo. Haced frente a la realidad y, sin quererlo, se producirá el cambio.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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