Uno de los aspectos para observar y poder encontrar pistas en relación a esto es mirar el nivel de autoestima. Es importante ver cómo me siento ante los demás, frente a mi entorno, ya que de acuerdo a cómo me valore, es el valor que le daré al dinero, a mi trabajo.
Es posible que quienes tienen poca valoración de sí mismos sean las personas que cobran poco su trabajo, no generan ganancias, no generan progreso. Piensan algunos que poner un precio alto implica correr el riesgo que te digan que no o que tu producto o servicio es muy caro, y rechazar el producto o servicio. Entonces estas personas toman el NO como algo personal.
Otro aspecto a tener en cuenta es el grado de tenacidad, perseverancia y voluntad que tengo con las actividades y esto está en estrecha relación con el dinero. Ya que si no soy constante y perseverante con una tarea, y abandono si no veo resultados, tampoco lo seré a la hora de salir a buscar recursos y posiblemente no sea constante en un plan de ahorros por ejemplo.
El grado de ahorro o despilfarro también podrá detectarse en la escritura. La importancia de descubrir esto es obvia, y también será revelador saber que es muy probable que si no puedo administrar el dinero, si lo despilfarro sin ningún fin específico, también haré lo mismo con el tiempo, energía, recursos, y probablemente no tengo los resultados deseados porque mi comportamiento es irregular.
A si mismo, si tengo un sentido de ahorro excesivo, también haré lo mismo con el tiempo, energía, recursos y es posible que no invierta dinero cuando sea necesario hacerlo, entonces allí estaré perdiéndome posibilidades de crecimiento.
Tener en cuenta en la relación con el dinero algo fundamental; “aquello a lo que le temo, es aquello que me posee”…si le temo a la pobreza, a la pérdida de dinero, posiblemente ese temor me impedirá disfrutar de mis finanzas y termine cumpliendo mi profecía.
Algo más para tener en cuenta es poder observar el comportamiento en general de la persona con los demás, cómo se muestra frente al entorno; por ejemplo, alguien que tiene una actitud y comportamiento infantil seguramente tomará la vida, el trabajo y por ende las finanzas como un juego, se motivará y actuará por el principio del placer, hará las cosas o no solo si tiene ganas o si le causan placer. Aquí es importante analizar esto porque si bien no hay que hacer las cosas con desagrado, muchas actividades requieren ciertos esfuerzos extra como muchas cosas en la vida.
Será el objetivo entonces, tratar de tener una actitud lo más madura y adulta posible.
Pararse en un lugar ganador en la vida, un lugar de protagonista donde las cosas suceden porque yo voy en busca de ellas y no en un lugar pasivo donde los resultados no aparecen o le llegan a los demás.
Es interesante indagarse acerca de las conversaciones familiares históricas que tuve sobre el dinero, por ejemplo:
*El dinero es malo, corrompe a la gente, trae problemas; entonces ahí hay un indicio de por qué temo ganar más dinero. Porque si tengo mucho voy a tener más problemas y voy a dejar de ser buena persona.
*El dinero no puede ser manejado por mujeres, es cosa de hombres; por eso no progreso con mis ventas, me conformo con ganancias pequeñas fáciles de administrar.
*Las frases “vos con plata en la mano sos un desastre”, “La plata no dura en tu mano”, “La plata se va como el agua”; por eso no puedo ahorrar ni administrar el dinero, esas son las frases más castradoras en cuanto a la relación con el dinero.
*La Frase ”Para tener mucha plata hay que trabajar mucho” :esto es relativo hoy en día…porque todo depende de las ganancias….está comprobado que no todo el que trabaja más gana más.
*La Frase “No importa el dinero, lo importante es tener salud” ; otro concepto erróneo…muchas veces a la salud se la ayuda con dinero, porque tenemos acceso a mejores profesionales, servicios, productos, alimentación, etc.….
Gabriela Arismendi
CONSULTORIO EMPRENDEDOR DE GRAFOLOGÍA
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Gabriela Arismendi es grafóloga pública, egresada del Instituto
Emerson. Conferencista y autora de artículos sobre la profesión.