Cuántas veces escuchaste que sin una estrategia de comunicación tus posibles clientes no sabrán a qué te dedicas o que si no manifiestas tus valores no podrían sentirse identificados con tu marca?
Para eso, y mucho más, sirve ejecutar una estrategia de comunicación integral que contemple cuál es tu visión, tus valores y cómo haces lo que haces. De esta manera, tu público aprenderá de una manera simple a qué te dedicas y tu marca o tu nombre se instalarán en su inconsciente para cuando necesiten de tus servicios.
Planear diferentes acciones (estrategia) con un objetivo definido simplifica el momento de elaborar una agenda que te ayude a cumplir con tu propósito pero qué vas a comunicar dependerá exclusivamente de cuáles sean tus objetivos. Por ejemplo, si un individuo se encuentra en plena búsqueda de un cambio laboral, deberá pensar en cuáles son sus mejores cualidades y qué valor puede aportar a quién lo contrate; una emprendedora pensará en qué solución brinda con su producto o servicio y por qué es mejor contratarla a ella que a su competencia mientras que, una gran organización, pensará en aniversarios, inversiones, premios o diferentes noticias relacionadas con la industria a la que se dedique para posicionarse como referente.
Para que una estrategia de comunicación funcione es indispensable plantear objetivos a corto, mediano y largo plazo: aumentar seguidores en las redes sociales, ganar posicionamiento, aumentar la visibilidad o exhibir logros son solo algunas de las posibilidades que existen. Una vez definido el horizonte, se evaluarán los contenidos y las acciones que te acercarán a ellos.
Si bien podemos planear cualquier objetivo inicial e intermedio, en líneas generales el objetivo final de toda estrategia de comunicación es obtener una ventaja sobre la competencia y para ello es necesario vincularla a los valores individuales o corporativos que se ofrezcan. De esta manera, la comunicación estratégica se aplica como una herramienta de gestión al servicio de quien la ponga en marcha.
¿Cómo crear tu propia estrategia de comunicación?
Guía de seis pasos
En primera instancia habrá que analizar el contexto actual y dónde estás situado al momento de iniciar tus comunicaciones.
¿Qué problema resuelve? ¿Dónde? ¿Cuáles son las fortalezas y las debilidades? ¿Dónde están las oportunidades de negocio? Son algunas de las preguntas que habrá que responder para colocar la piedra fundamental de lo que será la estrategia y, por supuesto, no habrá que perder de vista las ventajas que ofrece la competencia para encontrar los beneficios de la marca.
Objetivos
Una vez realizado este análisis, será el momento de pensar objetivos y cómo la comunicación nos ayudará a lograrlos. Una posibilidad, es poner los pies a tierra y definir objetivos “SMART” (del inglés inteligente) que se traduce en específico, medible, alcanzable, relevante y tiempo para cumplirlo. ¿Qué se quiere lograr? ¿Cómo podemos medir su eficiencia? ¿Es un objetivo razonable? ¿Por qué es necesario cumplirlo? ¿Cuándo debemos lograrlo? Responder a estas preguntas dará claridad al momento de establecer la estrategia y será de utilidad para pensar acciones específicas para cumplir esa meta.
En tercer lugar habrá que pensar en el público, el cliente potencial al que la comunicación será dirigida y para quien habrá que construir mensajes.
¿Qué público se interesará? ¿Qué edad tiene? ¿Son varones, mujeres o tienen otro género? ¿Dónde viven? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Qué los motiva a comprar? ¿Usa redes sociales? ¿A qué hora está más activo? ¿Escucha la radio? Cuantas más preguntas sea posible responder, mejor. Eso ayudará a pensar en su comportamiento y en qué es lo que quieren escuchar, leer o ver para ejecutar una compra.
Diseño
Una vez que el público fue identificado, es el momento de pensar el diseño de mensajes. El contenido debe ser coherente con la marca (o el nombre), relevante para el área y brindar valor. Centrar cada mensaje en una idea para mantener su atención, hablar de soluciones y beneficios que se ofrecen para motivarlos y generar una emoción hará que el cliente se acerque un paso más a realizar la compra. Utilizar recursos como contar historias o destacar un detalle que solo esa marca aporta y condimentarla con creatividad instalará esos mensajes en la cabeza del cliente potencial.
Por último, llegó la hora de seleccionar los canales de difusión
Habrá quienes decidan realizar una campaña de marketing digital o una campaña de prensa contratando a un profesional, quienes opten por utilizar redes sociales como Instagram, Facebook, Linkedin o hagan email marketing, quienes opten por pagar pauta publicitaria en un medio específico y quien haga todas las anteriores dependiendo del presupuesto con el que cuente. En el caso de optar por las redes sociales, es importante contar con un cronograma de publicaciones, hacerlo de forma periódica y brindar respuesta a las consultas ya que generar un vínculo con el cliente potencial, hará que se sienta importante y respetado.
Lo importante, una vez puesta en marcha la estrategia es medir sus resultados. ¿Se tradujo en ventas? ¿En visitas a la web? ¿Aumentaron las consultas? ¿Qué mensaje fue un éxito y cuál un absoluto fracaso? De esta manera, se evaluará qué acción dio mejores resultados para repetirla y qué no funcionó y habrá que repensar en el futuro.