La cadena de la memoria comienza en la percepción, prosigue con la retención, continúa con la expresión y finaliza con la aplicación práctica de la memoria.
Hay técnicas para mejorar la velocidad de aprendizaje y la retención. La memoria es una aliada o un enemigo en la vida: ante un examen, una exposición o en situaciones cotidianas (como recordar la clave del cajero automático, del mail o del celular). La mnemotecnia es la técnica para la memoria que hace uso de la la neuroplasticidad del cerebro para crear redes neuronales, y recordar algo nuevo asociándolo con algo ya conocido. Mnemotecnia deriva de memoria y de arte.
Para mejorar un recuerdo este arte facilita la evocación. La idea es optimizar los recursos naturales, aprender a usarlos, e incorporar nuevos instrumentos; para desactivar en el cerebro el recurso de la fuerza bruta, que lleva a dedicar tiempos y esfuerzos excesivos, con bajo rendimiento.
Mente sana en cuerpo sano
El cerebro sufre cambios con la edad. La pérdida de memoria ocurre en el hipocampo, que es el que genera los nuevos recuerdos. Cada año, el cerebro pierde neuronas del hipocampo, este se achica un 1% cada año desde los 20 años de edad. Por eso, cuando pasan los años cuesta cada vez más recordar nombres, lugares y hasta conversaciones recientes.
El ejercicio físico incrementa el tamaño del hipocampo y mejora la memoria. Quienes realizan ejercicio físico moderado pueden revertir esa situación. Así, el área del cerebro más importante para la memoria, recobra parte de su tamaño y de ese modo mejora la capacidad cognitiva.
Prestar atención
Entre los contendidos de memoria más útiles se encuentran los visuales, musicales y verbales. La memoria está ligada a la atención y mejora cuando se presta atención. Olvidar es normal, el interés es el motivo de la acción. Para memorizar algo se debe atender sólo a eso. Que la atención se oriente al estímulo y no a otra cosa. Si estamos cansados, estresados o deprimidos es más difícil. La atención es como una linterna en un cuarto oscuro. Sin apuntar a lo que se piensa o se siente, la información no va a ingresar. Atención y significado son las claves del recuerdo. Cualquier otro estímulo, cómo la TV prendida, se debe apagar y hacer foco en lo nuevo.
Tácticas para memorizar
Si para recordar que alguien se llama Pedro Blanco se lo ve vestido de blanco, se recordará el apellido pero no el nombre. Para recordar algo más hay que agregar más asociaciones. Cuando no es tan sencillo hay que asociarlo con las letras iniciales. Por ejemplo si la persona se apellida Barrientos, se lo puede ver barriendo con una escoba. Para recordar se arman frases. Así «Me Ve Tía Marta Jugar Saturando y Untando Nada al Pan», se usa para recordar los planetas en el orden de cercanía al sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. A Plutón habría que olvidarlo, pues hoy en día ya no se lo considera un planeta.
Repetición activa
Cada vez que se repite algo, sin leerlo o en piloto automático, el esfuerzo activo profundiza la huella mnémica. Por otra parte lo que no se puede retener es porque no se lo entiende. La clave es que el recurso mnemotécnico sea sencillo, corto y llamativo. El test de Einstein, para chequear su memoria, era explicarle todo a su abuelita, antes de un examen o de dictar conferencias.
Trabajar con la atención, es lo primero, luego darle significado y es peligroso apoyarse en recursos externos. Calculadoras, celulares, o agendas, facilitan la tarea pero juegan en contra de la memoria.
Salir de la zona de confort
Si se lee un libro al mes, se debería leer dos o uno más complejo. Se debe crear un cerebro con neuronas en buen estado y relacionadas entre sí, a través de las sinapsis.
A diferencia de los músculos, donde se puede ver cómo crecen por el entrenamiento, en el cerebro es más difícil observar su desarrollo. El cerebro se enriquece ante situaciones nuevas. Esto hace que se active, crezca y cree redes. Hay que exigir al cerebro y sacarlo de su zona de confort.
El factor lúdico. Las palabras cruzadas son importantes y entretenidas, pero ayudan si se busca el desafío. Que no sean repetitivas o muy simples. Hay juegos como el ajedrez que son de estrategia, abstracción, flexibilidad cognitiva y permiten activar diferentes áreas del cerebro. Hay programas informáticos para entrenar la memoria. Además, están diseñados para que el nivel de dificultad vaya subiendo y eso hace que el cerebro se estimule constantemente.
Actividades fuera de lo rutinario. Se debe tratar de desarrollar la parte del cerebro que menos se usa en la vida. En ese caso, hay que ser consciente de que existe pero que no se ha estimulado y se deben buscar actividades que se postergaron y que sirven para mantener activo al cerebro.
La actividad tiene que ser placentera. Si no produce placer terminará siendo frustrante y negativa.
Aprender idiomas. La estimulación a través de nuevos lenguajes es muy importante porque entran en juego zonas más amplias del cerebro. Si las clases son grupales la parte social también ayuda. Tienen que dar placer, desafiar al cerebro, que le den trabajo y que salgan de lo rutinario.
El sueño consolida la memoria
Durante un buen descanso nocturno se consolidan los recuerdos Por eso es un error quedarse despierto estudiando la noche anterior a un examen. El mecanismo es complejo. Además de las neuronas hay células llamadas glía, a las que las neurociencias les asignan gran valor. Una de sus funciones es limpiar, por la noche, lo que descartan las neuronas. La falta de sueño puede comerse conexiones útiles para la memoria, que es otra función de las células glía.
El sueño también protege y lentifica la progresión del mal de Alzheimer. Una de sus características es la aparición de placas beta-amiloides, y el sueño de buena calidad funciona como protector.
Grafosíntesis
¿Es posible aplicar al estudio la matriz creativa del dibujo? Los conceptos e ideas no pueden observarse directamente. Primero hay que formar los conceptos y darle forma a las ideas para luego intentar dibujar sus representaciones. Para eso debemos saber que una observación directa o una lectura generan huellas distintas. Representar es la habilidad para resumir los elementos esenciales de la información. «Imaginar» proviene del latín y significa «imitar lo real». Para lograr el máximo realismo, hay que crear imágenes multisensoriales. Como se recuerda el 5% de lo que se escucha, el 20% de lo que se ve y el 90% de lo que se hace, conviene perfeccionar el registro con actos físicos, como dibujar o fotografiar, es decir a transformar la percepción en acto. Así cuando hablamos de amor, se puede dibujar un corazón.
Los trazos tienen que ser simples y entendibles, no se busca la estética. No es una obligación que los gráficos sean entendibles por terceros, la idea es que le sirva a uno mismo para recordar. La grafosíntesis reforzará el lado creativo.
¿Cómo representaría con trazos sencillos conceptos abstractos como obedecer, desesperación, triunfo y vejez?
La educación, el secreto de Singapur
Los estudiantes de Singapur obtienen muy buenos resultados en los exámenes internacionales. El secreto es que hay una obsesión nacional con la educación. Mientras los billetes en Estados Unidos y América latina muestran imágenes de próceres del pasado, el billete de dos dólares de Singapur muestra alumnos escuchando al profesor, con una universidad en el fondo. Debajo se lee una palabra: «Educación».
Hace cuatro décadas, cuando Gran Bretaña le retiró a Singapur su estatus de colonia, este pequeño país era tan pobre que ninguna otra nación quiso hacerse cargo de su territorio. Su PBI en los años 60 era menos de la mitad del de la Argentina y similar al de México y Jamaica. Hoy, en gran parte por su énfasis en la educación, Singapur es el noveno entre los países más ricos del mundo en ingreso per cápita. Comparativamente, Estados Unidos ocupa el 10° lugar y la Argentina, el 81°.Hace cuatro décadas, tenía un alto nivel de analfabetismo. Hoy, ocupa el primer puesto en los exámenes que evalúan la capacidad estudiantil. Singapur no tiene recursos naturales.
¿Cómo lo hizo? Convirtió su sistema educativo en una de las más duras meritocracias del mundo, que produce trabajadores altamente calificados y que exporta productos de alta tecnología.
La meritocracia académica de Singapur empieza en primer grado, donde los niños son clasificados en un ranking según su desempeño académico. Según el resultado que obtengan en un riguroso examen nacional, los estudiantes son destinados a diferentes secundarias, cada una de las cuales tiene una especialidad particular. Por medio de un proceso de «canalización», las escuelas identifican sus capacidades y los encauzan a la universidad o a escuelas técnicas o vocacionales.
Al finalizar la primera etapa del secundario, los estudiantes deben rendir otro examen y, según el resultado, pueden ir a institutos que ofrecen tecnicaturas especializadas o certificados en peluquería, asistencia de enfermería y otros oficios. Las autoridades niegan que sea un sistema draconiano, esos institutos proporcionan carreras para todos. Casi todos los países tienen buenas universidades, pero pocos tienen un buen sistema de escuelas vocacionales. Es muy importante tener un buen sistema educativo en la economía global, cada vez más basada en el conocimiento.
El test de la memoria
Infobae presenció una demostración de memoria al 100%. La lección es que se puede optimizar el rendimiento con metodología y con gimnasia mental. El instructor ingresa al aula y luego de un breve discurso propone una simple actividad: decir números del 00 al 99 sin repetir ninguno. Los oyentes comienzan a lanzar sus ocurrencias. Las cifras se distribuyen de izquierda a derecha, a lo largo de un pizarrón de diez casillas de largo por diez de alto. Completada la tercera hilera, empiezan las fallas: números repetidos, respuestas lentas. Una vez terminada la grilla, una pantalla cubre la pizarra y propone a cada oyente replicar exactamente los números, por supuesto, en orden. Las respuestas tienen entre 2% y 10% de aciertos. Lo esperable es que se llegue a 10%, según el criterio de que el ser humano trabaja al 10% de su capacidad potencial. Luego, el instructor hace una impecable demostración: sin equivocarse dice los 100 números.
Cómo detectar un problema
La memoria es un capital, uno obtiene lo que quiere de ella. Para darse cuenta si la memoria está funcionando bien o mal sólo hace falta observar cómo le está yendo en la vida: si se tienen proyectos determinados y no se están cumpliendo, no se está usando bien la memoria, que es un archivo de todo lo que está pasando en la vida, tanto en el éxito comercial como en los sentimientos. Para saber bien cómo funciona la memoria, primero hay que tener una expectativa: si no sé lo que quiero de mi memoria, tampoco sé si me va bien o me va mal.
Por eso, para saber si la memoria está bien o mal, lo mejor es testearla, propuso el experto.
Un práctico test es el mencionado anteriormente: de la grilla de 100 números colocados en forma aleatoria, ver cuántos pueden recordarse. Un rendimiento esperable es que al menos se recuerden diez. El mejor test eso el rendimiento de la memoria. Sabemos que la lectura es el mejor entrenamiento. Si puede leer un libro y recordarlo, recuerda sus temas principales y tien buen rendimiento laboral, esto indica que la memoria lo está ayudando.
Para el experto, la memoria no se puede medir como buena o mala en sí misma, porque Funes El Memorioso (el célebre cuento de Borges), tenía una memoria extraordinaria pero de tipo mecánica. La buena memoria tiene que ver con la jerarquía: no con recordar cualquier cosa, sino lo que se necesita. Por eso es importante la curva del olvido, que sirve para borrar lo que no sirve conservar en el cerebro o para demostrar que por falta de mnemotecnia el olvido está causando estragos.
Lo importante, es que tanto el sistema de memoria como la curva del olvido funcionen bien. En el testeo es importante saber cómo andamos en la memorización de asuntos claves, explicó.
Otra prueba de memoria en forma abstracta puede ser leer una página, tomarse el tiempo y luego medir lo retenido. El tiempo es fundamental: no es lo mismo el que lee una página a 50 palabras por minuto que quien lee 500. En casa, podemos leer un texto y ver qué nos acordamos, propuso.
Al ciento por ciento
Aunque del ejercicio es esperable recordar apenas diez números de los 100, es posible con entrenamiento mental lograr recordar todos, tal como lo demostró instructor.
Puedo recordar el 100% porque tengo un método interiorizado, internalizado, lo incorporé. No es lo mismo que conocer, dijo y recalcó que la gente no nota el bajo rendimiento porque se compara mirando hacia el costado y dice: soy normal. No es bueno sentirse bien al compararse con otros de bajo rendimiento. Es mejor someterse a examen para ver si la memoria está funcionando bien o mal. Y luego compararse con los niveles de excelencia. Esa genera la tensión creativa y la energía necesaria para a producir el cambio. Las grandes mayorías no tienen método para memorizar, lo que la hace incurrir en el defecto más común que es utilizar la fuerza bruta y no las claves del procesamiento, dijo. El método propuesto es el llamado AIDA (atención, interés, deseo y acción). Tiene que ver con utilizar todo el cerebro, con una metodología intelectual completa. Si sólo se entrena la memoria y no la lectura, entonces, no sirve porque no se tiene rapidez, destacó.
La cadena de la memoria comienza en la percepción, prosigue con la retención, continúa con la expresión y finaliza con la aplicación práctica de la memoria. Es necesario aprender a recordar.
Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem, mail de contacto [email protected]