Los emprendedores están llamados a generar una revolución en la economía post covid. Deben convertir a la ética, los valores humanos y los principios elevados en parte indispensable en los negocios.
Hay un refrán tan antiguo como sabio que dice que “quién no vive para servir, no sirve para vivir”.
Esta idea debe ser la sangre que fluya por las venas de nuestros emprendimientos. Es correcto y lógico que nos motive ganar dinero con los proyectos que emprendamos, pero es vital también que pensemos también en como servir más y mejor al prójimo en necesidad.
Comencemos a pensar cómo mejorar nuestro ecosistema, generando una atmósfera de trabajo agradable. Seamos serviciales con nuestros socios, colaboradores y proveedores y tendremos como resultado un ambiente apto para mejores negocios.
Servir bien a nuestro equipo de trabajo, servir al cliente, servir a la comunidad que nos rodea. Esta es la base que hace sólido desde los cimientos a cualquier emprendimiento.
Si la mira está puesta solo en trabajar pensando solo en el dinero, puede dejarnos contentos un rato pero espiritualmente pobres por mucho tiempo. Trabajar con conciencia de servicio puede que nos deje un rato con algo menos de dinero pero nos hace inmensamente ricos.
Pensar solo en dinero para acumular, nos tensiona. Pensar en el dinero como energía que sirve para que todos vivamos mejor, da placer.
Trabajar con tensión da la imagen de empresa en movimiento; trabajar con placer es empresa en movimiento.
La honradez en los negocios es una forma de servicio social. He escuchado infinidad de veces que la veracidad en los negocios trae pérdidas como resultado. Mi experiencia es diferente; aunque inicialmente puede haber cierta dificultad, con el tiempo, la integridad y la honradez traerán su propia recompensa.
Otra forma de servir a la sociedad es trabajar con márgenes de ganancia razonables. Aun si esta política no da utilidades al comienzo, a largo plazo será sumamente provechosa. Éste es el modo de inspirar confianza. Manejar un negocio con honradez debe considerarse una forma de servicio social y una disciplina espiritual.
Estoy convencido que los emprendedores están llamados a ser actores centrales en la revolución de la economía que convierta a la ética, los valores humanos y los principios elevados en parte indispensable en los negocios.
Les deseo un feliz lugar de trabajo a cada uno.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
[email protected]
Marcelo, como de costumbre, el artículo tiene un profundo sentido más allá de lo físico material al integrarlo con los valores humanos y espirituales, sin lo cual el emprendimiento carece de la brújula necesaria que lo guíe a su objetivo indispensable de servicio.
gracias Juan