“Lo que queríamos era crear una incubadora sexy. En 2011 nos sentamos e hicimos un plan estratégico, nos planteamos ¿qué queremos ser? La misión siempre fue ser la primera incubadora de negocios universitaria de Latam antes de 2015 y al fin lo logramos en 2014” señala Marcelo Díaz Bowen, Manager de IncubaUC, incubadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Díaz hace referencia a la distinción como la sexta mejor incubadora dentro de una universidad en un ranking de 25 que recientemente recibieron de parte de la iniciativa europea UBI Index -con sede en Estocolmo (Suecia)- que investiga internacionalmente las mejores incubadoras en universidades.
En la segunda edición, se pusieron bajo la lupa 300 incubadoras en 67 países y las categorías analizadas se vincularon al valor para el ecosistema, el valor para la startups y el grado de atractivo del programa de incubación. Vale aclarar que las otras latinoamericanas presentes en el ranking son el Instituto Genesis PUC-Rio de la Pontifical Catholic University of Rio de Janeiro (Brasil) en noveno lugar y otra chilena, Chrysalis, de la Pontifical Catholic University of Valparaíso en el puesto 23°.
“Es un espaldarazo de parte de nuestros pares, de gente que consideramos que son muy buenos en los que hacen” subraya Díaz.
Yendo atrás en la historia, IncubaUC nace de la fusión de dos incubadoras, GeneraUC y VentanaUC ambas de la UC. En el año 2009 se fusionan y generan un nuevo modelo de trabajo que atraiga a proyectos nacionales e internacionales: “Fue uno de los grandes cambios, empezamos a atender no sólo a alumnos y ex alumnos de la universidad sino que a cualquier emprendedor que quiera crear una empresa en Chile con impacto global” indica.
Más de aceleración que de incubación
Díaz cuenta que modificaron el modelo con la idea de parecerse más a una aceleradora de negocios que a una incubadora:
“Nos dedicamos full time a hacer que los emprendedores facturen lo antes posible la mayor cantidad de dinero. El primer objetivo, una validación comercial internacional. Generamos una red de contactos el primer año en Silicon Valley, Israel, Europa, China, Japón. Nos dedicamos principalmente a buscar el mejor mercado para los emprendimientos tecnológicos que se nos acercaron” relata.
Luego vino la etapa de crear un programa de seis meses:
«Cinco meses los pasamos en Chile preparando a las startups y un mes fuera del país en el mejor mercado posible para ellos. Dividimos nuestros emprendimientos entre todo lo que es TIC y los que no eran TIC (hardware, dispositivos médicos, etc). Creamos dos tracks de trabajo y en ellas atendemos a los emprendedores de distintas formas porque son completamente distintos. Y de ahí empezamos a buscar clientes para nuestras startups y sólo nos enfocamos en emprendimientos que tuvieran alcance global. Los resultados han sido maravillosos: hemos invertido en 123 empresas en tres años, el año pasado invertimos en ellas cerca de USD 7 M y estas empresas levantaron de fondos de capitales USD 15 M, estamos generando unos 750 trabajos al año. Solo hasta el año pasado, 17 de estas empresas facturaron USD 9 M en todo el mundo” explica y afirma que justamente el reconocimiento que han recibido está basado en el éxito comercial que han tenido las empresas que han apoyado».
Sexy, para diferenciarse
Díaz entiende que cualquier incubadora de negocios de la región está en condiciones de entregar la misma cantidad de dinero ¿qué hacer para diferenciarse?
«Lo que quisimos es crear una incubadora sexy porque ¿qué es lo que va a hacer que un emprendedor de excelente calidad se acerque a una y no a otra incubadora si todas tienen similar propuesta económica? Primero a través de los mentores de primer nivel, que agregan tremendo valor, luego el alcance de las redes nacionales e internacionales porque son las que hacen que el emprendimiento facture. Cuando empiezas un emprendimiento no estás tan interesado en levantar plata, lo importante es cuánto puedo llegar a facturar en el menor tiempo posible. Esa es la pregunta que hacemos cuando entra un emprendimiento, ofrecemos un staff especializado en la comercialización y escalamiento de tecnología. Por otro lado la visibilidad y el marketing, los emprendimientos no tienen mucho dinero para ello, nosotros les hacemos marketing a ellos. Cuando a ellos les va bien, todo el mundo habla de nosotros. Logramos gran impacto en las redes sociales y en nuestro programa de TV en el cable de Chile”explica.
Según Díaz, Geek Camp -uno de sus programas, el otro es HI Tech- tiene enorme popularidad: “Geek Camp tiene más de 1500 postulaciones de startups de América Latina y US. Pasamos cuatro meses en Chile, un mes en San Francisco y un mes de vuelta en Chile. Le pasamos USD 20 mil a estos emprendedores. A los que les va bien, los apoyamos hasta con USD 100 mil más. Nunca tomamos más de 7% de equity. Tenemos startups de Colombia, UK, India, de US, la gran mayoría son chilenos y argentinos” completa.
Por último, para la incubadora, la nueva misión es aún más ambiciosa: “Queremos una empresa en la Bolsa, es ese nuestros sueño, una gran empresa que haya nacido de aquí, que sea game changer en la industria” concluye.
Autor: Clarisa Herrera
Fuente: Pulso Social